Política

El desafío independentista

La fuga de votos en el Ayuntamiento de Barcelona va a ERC y Cs

El mayor trasvase de votantes en el Ayuntamiento de Barcelona saldrá de los apoyos a Colau y al PDeCAT

Imagen de archivo de una urna electoral
Imagen de archivo de una urna electorallarazon

El mayor trasvase de votantes en el Ayuntamiento de Barcelona saldrá de los apoyos a Colau y al PDeCAT.

Cataluña vive una revolución electoral, el PDeCAT, ahora Juntos por Cataluña, y antes Convergència Democrática de Cataluña, el principal partido político catalán desde 1980, con varias mayorías absolutas y hegemónico durante décadas, se despide de la primera división. Esquerra Republicana de Cataluña y Ciudadanos serán los nuevos protagonistas de la vida política catalana en general y de la ciudad de Barcelona, también.

Barcelona, la segunda ciudad más importante de España en la actualidad, llegó a alcanzar el millón de habitantes antes que Madrid, eran los años treinta del siglo pasado. Pero tras la contienda nacional de 1936/1939 Madrid se puso por delante de Barcelona y desde entonces no ha detenido su carrera en crecimiento demográfico, llegando la ciudad castellana a duplicar en población a la Ciudad Condal, ya a finales del siglo XX.

Hoy Madrid alberga más de la mitad de las empresas erradicadas en la ciudad de Barcelona que han huido de Cataluña a causa de la percepción de inseguridad jurídica provocada por la salida del marco de la legalidad de los dirigentes del proceso independentista.

La gestión del gobierno municipal de Barcelona en Común ha sido negativa para el empleo y el crecimiento de la ciudad. Otras fuerzas van a tomar el relevo al partido de la antigua activista de la oportunista y populista Plataforma de Afectados por las Hipotecas.

En la encuesta municipal en la ciudad de Barcelona de NC Report para LA RAZÓN se avanza que Barcelona en Comú ya no será la fuerza más votada. Retrocede 7,9 puntos porcentuales. Tampoco le van mejor las cosas a la segunda lista más votada en 2015, CiU, que desciende 9,6 puntos. Mientras que ERC incrementa su porcentaje de voto en 8,2 puntos y Ciudadanos en 6,2 puntos. Estas dos fuerzas políticas emergentes están llamadas a sustituir en influencia política a los partidos de Colau y de Puigdemont en el consistorio de Barcelona.

El coste político del llamado «procés» los está asumiendo la antigua Convergencia, ahora bajo un nuevo disfraz; Juntos por Cataluña, pero el desgobierno de la ciudad es responsabilidad de Barcelona en Común. Ambas formaciones políticas pagarán un elevado coste electoral en las urnas en dieciocho meses, el plazo de tiempo que dista de aquí a las elecciones municipales de 2019.

El partido de la actual alcaldesa, que alcanzó la alcaldía con tan solo el 25,2% de los votos válidos, poco más el 15,2% del voto de todos los barceloneses con derecho a voto, o el 11,0% del total de habitantes de la ciudad, se ve ahora castigado por su gestión municipal de los últimos dos años y medio y también por su ambigüedad política ante los sucesivos pasos que los líderes del desafío secesionista iban dando desde la Generalitat. Sólo conserva el 58,0% de sus votantes de 2015. El 17,6% se abstendrá y un 24,4% opta ahora por otros partidos, principalmente por el PSC y ERC, hacia donde marchan el 10,8% y el 8,5%, respectivamente, de sus antiguos votantes.

Su movimiento político, una amalgama que reúne a Iniciativa por Cataluña-Verdes, Izquierda Unida, Equo, Podemos y a los antisistema de Proceso Constituyente en Cataluña, está ahora en crisis, tanto a nivel municipal como autonómico. Buena parte de su electorado les abandona por su histriónica política ante el desafío independentista.