Elecciones 24-M

La Iglesia prohíbe a curas y monjas participar en partidos políticos

La religiosa Teresa Forcades y la candidata a la alcaldía de Barcelona, Ada Colau
La religiosa Teresa Forcades y la candidata a la alcaldía de Barcelona, Ada Colaularazon

La benedictina Forcades no podrá ser diputada si no deja la vida religiosa

Lo dice el Código de Derecho Canónico y numerosos documentos eclesiales: la Iglesia no permite a sacerdotes y monjas tomar parte en partidos políticos y, por tanto, presentarse a unas elecciones, como pretende la polémica religiosa benedictina Teresa Forcades, que se postuló hace unos días para liderar una hipotética candidatura de confluencia (Podemos, ICV y CUP) para las próximas elecciones a la Generalitat de Cataluña. La razón es bien sencilla: no se puede tomar partido por una opción concreta, pues al hacerlo el mensaje del que es testigo un sacerdote o una religiosa «queda fragmentado», cuando debiera ser «para todos», explica a LA RAZÓN el arzobispo de Oviedo y miembro de la Comisión para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal, el franciscano Jesús Sanz Montes.

De hecho, en el caso de los sacerdotes, el Derecho Canónico expone en su artículo 287.2 que «no han de participar activamente en los partidos políticos ni en la dirección de asociaciones sindicales» salvo en casos excepcionales de falta de libertad o de derechos. Aunque para las religiosas como en el caso de Forcades no hay una legislación concreta, sí existen documentos vaticanos que desaconsejan totalmenta la participación de estas en la vida política. Así lo recoge el documento vaticano «Religiosos y promoción humana», que apunta que «los religiosos no deben dejarse arrastrar por la ilusión de poder influir mayormente en el desarrollo de las personas y de los pueblos, sustituyendo sus deberes específicos con un compromiso político en el sentido estricto de la palabra». «No es que no se pueda hacer política, pero esa misión es propia de los seglares», apunta Jesús Sanz.

Con la legislación eclesial en la mano, Forcades no podría presentarse a las elecciones y si quisiera hacerlo tendría que abandonar la vida religiosa, aunque la propia religiosa había manifestado que pediría una exclaustración temporal, es decir, dejar de vivir en clausura con su comunidad, de modo que quedaría liberada de las obligaciones que implica pero sin dejar de ser monja. «La exclaustración es una gracia que se concede a una religiosa para casos concretos y especiales, y que no se aplicaría en estas circunstancias. Si su abadesa lo estableciese así, instancias superiores como su obispo o incluso la Santa Sede tendrían que intervenir», explicó a este periódico una voz autorizada en la materia que prefiere mantenerse en el anonimato. Esta misma fuente apunta que los obispos españoles están preocupados por esta cuestión, aunque cree que no llegará a presentarse. Si lo hiciese, contraviniendo las recomendaciones de la jerarquía eclesial y de los documentos ad hoc, podrían tomarse contra ella medidas disciplinarias o, incluso, ser suspendida cautelarmente.

A pesar de ser religiosa contemplativa, Forcades, también médico, ha tenido una amplica actividad pública, que se ha intensificado con su apoyo a la activista y hoy candidata a la Alcaldía de Barcelona, Ada Colau. También con sus polémicas manifestaciones sobre el aborto y algunas enfermedades.