Política

La participación bajaría 3,8 puntos respecto al 20-D

La Razón
La RazónLa Razón

Transcurrido poco más de un mes de las elecciones generales del pasado 20 de diciembre y en un momento de alta tensión por cuál será la composición y apoyos del nuevo Gobierno, la ciudadanía da muestras de desmovilización electoral. En la encuesta de NC Report para LA RAZÓN que hoy publicamos, la participación en unas hipotéticas elecciones generales bajaría 3,8 puntos porcentuales con respecto a la registrada en la cita con las urnas del pasado mes de diciembre. En aquella ocasión el 69,4% de los españoles acudió a las urnas. Hoy, de repetirse las elecciones generales, votaría el 65,6%.

Toda repetición de elecciones en un corto plazo comporta apatía y hastío por parte de la ciudadanía. Para muchos, el hecho de acudir a votar representa un esfuerzo y esperan que los políticos sean capaces de buscar una solución de gobierno y no entenderían que no hubiese un acuerdo y que se tuviesen que volver a celebrar elecciones para desbloquear la situación creada.

Además, una nueva convocatoria electoral en tan breve espacio de tiempo se interpretaría por una buena parte del electorado como una segunda vuelta, por lo que se concentraría el voto en las dos opciones percibidas como más fuertes. En el centro-derecha no hay duda entre el Partido Popular y Ciudadanos, por lo que una importante parte de los votantes de Ciudadanos optaría ahora por el PP. Mientras que en la izquierda las dos fuerzas más importantes han quedado muy igualadas en votantes: el PSOE recibió 5,5 millones de votos y Podemos, con sus confluencias, obtuvo 5,2 millones. Los socialistas han perdido dos millones de votantes con respecto a las anteriores elecciones generales de 2011 y su tendencia sigue siendo a la baja, mientras que Podemos, partiendo de la nada, ha conseguido en menos de dos años prácticamente el mismo capital electoral que el histórico PSOE. Esta tendencia de bajada de uno y subida de otro es interpretada por el electorado de izquierdas como que Podemos acabará sustituyendo al PSOE y el voto útil hace que se incremente día a día el traspaso de voto del PSOE a Podemos.

Ante una próxima contienda electoral se reforzarían las opciones del PP y Podemos al tiempo que crecería la abstención, especialmente de votantes de PSOE y Ciudadanos que no estén dispuestos a cambiar respectivamente su voto por Podemos y PP. Pero la mayoría de partidos también vería crecer la abstención de sus votantes del 20-D por la frustración del electorado al ver fracasar a una clase política que obliga a votar de nuevo.