Cataluña

La república catalana sólo preveía suministro eléctrico para ocho años

La dependencia de las centrales nucleares sería vital, pese a que la CUP pidió su eliminación.

El ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont
El ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemontlarazon

La dependencia de las centrales nucleares sería vital, pese a que la CUP pidió su eliminación.

«A oscuras» en ocho años y aferrados a las centrales nucleares. Así se verían abocados los habitantes de la hipotética república catalana que preparaba la Generalitat. Bajo el título «El abastecimiento de agua y energía», un informe en poder del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona recoge las directrices en sendos ámbitos una vez que el Govern se hubiera hecho con la independencia.

Con un crecimiento del tres por ciento anual de la demanda energética, la república catalana sólo tendría una cobertura de ocho años para dar luz a su población, según figura en este documento realizado en 2012 por el Consejo Asesor para la Transición Nacional, un órgano creado por la Generalitat para orientar a las instituciones regionales en cuestiones jurídicas, políticas y económicas relacionadas con la creación de un Estado independiente.

«El equipo generador actual del sistema eléctrico catalán presenta un saldo excedente diario que supone un 27% de la energía producible», reza el informe al que ha tenido acceso LA RAZÓN, en el que se explica que «el sistema eléctrico catalán puede garantizar la cobertura de la demanda en energía de aquí a ocho años, con una hipótesis de crecimiento anual del 3%».

Las conclusiones del estudio apuntan que el equipo generador instalado en la comunidad autónoma «garantiza, con un 140% de cobertura, la máxima demanda previsible del mercado catalán de energía eléctrica con un saldo potencial exportador de unos 17 TWh anuales», pero con esa estimación del 3% de demanda, únicamente «se puede garantizar el suministro hasta el año 2020, sin necesidad de construir nuevas centrales».

Un escenario que choca con una de las grandes preocupaciones de los líderes secesionistas: contar con un sistema eléctrico propio y autosuficiente frente al resto del Estado español.

Respecto a las centrales nucleares, enemigo sempiterno de anticapitalistas como los miembros de la CUP, serían vitales para las necesidades energéticas de la hipotética república catalana. En el mismo informe se explica que la región «no dispone de recursos de uranio económicamente viables para su explotación», motivo por el que Cataluña tendría que seguir importando los recursos energéticos de uranio necesarios para las tres centrales nucleares instaladas en su territorio–Ascó, Vandellós I y Vandellós II–. Reactores nucleares que son propiedad de Endesa e Iberdrola, pero cuyas concesiones y licencias de explotación gestiona el Estado central, por lo que tendrían que ser expropiados.

«A excepción de Ascó I, [Cataluña] tampoco dispone de ninguna infraestructura para el almacenaje del combustible gastado o los residuos radiactivos, ni ningún organismo que haga el seguimiento y control», detalla el documento.

La necesidad de contar con esta vía de suministro nuclear tiene en cuenta además que en un futuro sea necesario su «desmantelamiento o renovación por el inevitable proceso de envejecimiento» de las instalaciones.

La CUP, que propuso el pasado agosto acabar con las centrales nucleares por ser un modelo «ineficiente, ineficaz y socialmente injusto», pidió que se realizara una consulta para decidir si Cataluña tiene que prescindir de la energía nuclear por otra «más respetuosa con el medio ambiente y la salud», según su diputado Sergi Saladié.