Francia

La última bala de la banda terrorista: 343 etarras en prisión

Los reclusos se dividen entre el «núcleo duro», que aboga por no arrepentirse ni colaborar, y los «posibilistas», a favor de negociar beneficios.

La última bala de la banda terrorista: 343 etarras en prisión
La última bala de la banda terrorista: 343 etarras en prisiónlarazon

Los reclusos se dividen entre el «núcleo duro», que aboga por no arrepentirse ni colaborar, y los «posibilistas», a favor de negociar beneficios.

Un total de 339 etarras cumplen en la actualidad sus condenas en cárceles de España (261), Francia (75), Reino Unido (1), Portugal (1) y Suiza (1), a los que hay que sumar otros tres en arresto domiciliario y una, Sara Majarenas, en una casa de acogida junto a su hija después de que su pareja intentase acabar con la vida de la pequeña. En total, 343 terroristas presos, en su gran mayoría en penales andaluces, donde se encuentran 95 reclusos.

Un grupo, el de los encarcelados etarras, que se encuentra dividido en dos: por un lado, el «núcleo fuerte», formado por unos 150, que son los más duros, los que cuentan con condenas más largas y los que, además, se niegan a aceptar cualquier tipo de condición (arrepentimiento, colaboración con la justicia...) para beneficiarse de permisos o rebajas de sus condenas. Y por otro, los «posibilistas», algo menos de 200, que abogan por, individualmente, decidir qué hacer de cara a obtener esos beneficios yendo, de esta forma, en contra de los que tienen más complicado acceder a ellos al necesitar unos 20 años para acceder al tercer grado penitenciario y unos 30 para la libertad condicional.

Una lucha interna que lleva meses fraguándose tanto en las cárceles como en el exterior, pues afectan desde al Colectivo de Presos Vascos (EPPK) a históricos etarras como Jon Yurrebaso, que a principios de este mismo año exigía a los reclusos volver a los tiempos duros de las «movilizaciones proamnistía del 77» y reclamaba a los «posibilistas» solidaridad y unidad entre todos los presos. El colectivo, se resquebrajaba.

Entre los miembros de ese núcleo duro, las caras más visibles son las de Francisco Javier García Gaztelu («Txapote»), preso en Huelva y condenado a más de 270 años por los asesinatos del popular Miguel Ángel Blanco, del dirigente socialista Fernando Mugica y del periodista José Luis López de la Calle. Junto a él estarían también Juan Antonio Olarra Gudiri, encarcelado en Albolote (Granada) y condenado a más de 1.000 años o José Javier Arizkuren Ruiz («Kantauri»), cuyas penas suman cerca de 200 años.

Por su parte, entre los «posibilistas» destacan Mikel Albisu Iriarte («Antza»), preso en Francia con una pena de 20 años; su compañera Soledad Iparraguirre («Anboto»), también en la misma cárcel francesa y con la misma pena que «Anboto». Son el grupo de reclusos que más dispuestos están a negociar de cara a obtener beneficios penitenciarios individualizados.

Y de entre todos los etarras encarcelados, además de los citados, también hay otros históricos como Iratxe Sorzábal (en Francia), el ex jefe de la banda Mikel Karrera Sarobe o Antonio Troitiño, preso en Londres y que acumula condenas por más de 2.700 años por una veintena de asesinatos