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Los «lobos solitarios» del ISIS son la principal amenaza de España

El CNI presentará hoy un informe sobre el atentado de Las Ramblas ante el pacto antiyihadista.

El pánico se apoderó del corazón de Barcelona tras el brutal atentado del pasado 17 de agosto
El pánico se apoderó del corazón de Barcelona tras el brutal atentado del pasado 17 de agostolarazon

El CNI presentará hoy un informe sobre el atentado de Las Ramblas ante el pacto antiyihadista.

El Centro Nacional de inteligencia (CNI), presentará hoy un informe en la reunión que celebrará el pacto antiyihadista sobre las ultimas amenazas detectadas contra España. En principio, no está previsto aumentar el nivel de alerta terrorista 4 reforzado. Asimismo en la reunión serán expuestos los últimos datos que se tienen de los atentados yihadistas del 17 de agosto en Barcelona. Las investigaciones han acreditado que los autores eran una célula autónoma, radicalizada por el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty. Fue él quien recibió el encargo de formarla por parte del ISIS. Su forma de actuación así lo acredita y sólo una serie de circunstancias, como que los Mossos d’ Esquadra no detectaran los extraños movimientos en torno al piso okupa de la localidad de Alcanar (Tarragona), permitieron su desarrollo.

Quizás en la reunión de hoy se puedan conocer más detalles sobre el destino que los terroristas querían dar a las decenas de bombonas que acumulaban en el lugar y cuya utilidad para grandes atentados está por ver. Con el explosivo que utiliza el Estado Islámico (peróxido de acetona) las paredes de la bombona no se rompen, según han informado a LA RAZON expertos en la materia. No sirven, por lo tanto, como metralla. De momento, y a la espera de lo que se trate en la reunión de hoy, se sabe que España tiene «controlados» a los yihadistas, poco más de 200, que abandonaron territorio nacional para combatir en Siria e Irak en las filas del ISIS. Algunos han muerto y los que traten de regresar es más que probable que sean detenidos, según han informado a LA RAZON expertos antiterroristas. El peligro para nuestro país radica en las células ya establecidas, como la de Ripoll, y en los actores solitarios, mal llamados «lobos», un término que se usa para los radicales de extrema derecha.

Según las últimas investigaciones, han llegado a atentar dirigidos en tiempo real por su dinamizador o coordinador. Es decir, no se trata de que el fanático de turno salga a la calle el día que se le ocurra. Existen en Europa casos ya judicializados en los que se demuestra que el terrorista, a través de mensajes encriptados en Telegram, recibe las instrucciones hasta segundos antes del atentado. Las webs de Al Qaeda e ISIS están en las últimas semanas muy activas para que se cometan atentados en paises de mayoría cristiana. Aunque sólo citan al Vaticano, no hay que olvidar que España –Al Andalus– es un objetivo preferente. Además, cuenta con una creciente población musulmana asentada sobre todo en Cataluña, Madrid, Levante, Andalucía, Ceuta y Melilla.

La acción de los actores solitarios es vista por los cabecillas del Estado Islámico como una firma barata, sencilla y supuestamente eficaz para extender el terror. Esta circunstancia no significa que hayan renunciado a la actuación de células como las de Ripoll, el 11-M en Madrid, París etcétera. La banda islamista se sabe condenada a la insurgencia en Irak y Siria; y al terrorismo en Occidente. La vigilancia de la actividad yihadista a través de las redes es fundamental y da resultados.

Podemos no quiere estar dentro ni fuera

La reunión del pacto antiyihadista estará marcada por la supuesta exclusión de Podemos y los partidos nacionalistas que suelen participar como observadores. Desde Unidos Podemos y el PNV se han hecho visibles estas críticas, aunque el secretario de Sociedad Civil y Movimieto Popular de Podemos, Rafael Mayoral, afirmó ayer que su partido tiene «toda la intención» de ir a la reunión del pacto antiyihadista. «Pensamos que mañana deberíamos acudir todas las fuerzas políticas democráticas como fuimos la última vez», señaló Mayoral. Según consideró no hay «ninguna razón por la cual se pueda intentar impedir» que participen aunque no hayan suscrito el pacto.