Partidos Políticos

Los malos datos de las encuestas ponen contra las cuerdas a Pablo Iglesias

Silencio en Podemos sobre la política de pactos para las generales.

Pablo Iglesias y Pablo Echenique, después del Consejo Ciudadano de Podemos
Pablo Iglesias y Pablo Echenique, después del Consejo Ciudadano de Podemoslarazon

Silencio en Podemos sobre la política de pactos para las generales.

Dos asuntos siguen siendo objeto de atención prioritaria discreta. Por un lado, las últimas encuestas han vuelto a mostrar una caída en intención de voto a pocos meses de las elecciones generales. Pese a que el discurso oficial de Podemos es que los sondeos no tienen mayor transcendencia, tal y como repiten sus dirigentes cuando son preguntados al respecto, la tendencia a la baja no deja de ser una realidad en todos los barómetros. Por otro lado, la cuestión de las afiliaciones, incluyendo simpatizantes, después del pobre dato de participación en las primarias del pasado mes de julio. Para algunos de los expertos en sociología del partido, la cuestión viene dada por un cierto agotamiento de los procesos internos, aunque tampoco se descarta la aparición del desencanto por la política del día a día partidista.

Pero en Podemos también quita el sueño la forma de llegar a las alianzas de cara a las generales. Y sobre esto, silencio total respecto a la reunión del Consejo Ciudadano celebrada el domingo en Madrid, en el que debía debatirse la cuestión de los pactos electorales de cara a las generales y la apertura de las listas a nivel local, provincial y autonómico. Sin embargo, una vez más la transparencia ha brillado por su ausencia, hasta el punto de que en esta ocasión no se ha emitido la intervención del secretario general. No será hasta hoy cuando un responsable de Podemos comparezca tras la reunión del Consejo de Coordinación. Dos días desde la celebración de un encuentro considerado decisivo y al que concurrieron un total de 81 dirigentes, entre consejeros y secretarios generales autonómicos, para discutir un documento preparado por el área de Pablo Iglesias.

Desde entonces, las únicas explicaciones continúan siendo las del propio secretario general, que a su entrada a la reunión se limitó a lanzar consignas electoralistas sobre la necesidad de aupar a Lluis Rabell, cabeza de lista de la coalición Catalunya Sí que es Pot a la Presidencia de la Generalitat y al hecho de que votar a dicha lista suponía un valor doble porque servía para echar a Mas y a Rajoy.

Por lo demás, secreto absoluto sobre los debates en torno a las listas de cara a las generales, donde el partido de Iglesias tiene que lidiar con el hecho de abrirse a IU por debajo del nivel nacional tras haber repudiado a la coalición. Las cosas no están nada sencillas, porque las «sensibilidades» de IU también juegan en contra de la nueva estrategia impuesta por el equipo de Iglesias. Para compensar esos problemas los responsables podemitas utilizan como ejemplo el caso de la ya citada Catalunya Sí que es Pot, donde se da la mano con la marca catalana de IU.