País Vasco

Los proetarras entrenaron a la CUP en la «presión ciudadana»

Las juventudes catalanas de Arran, que asaltaron la sede del PP, se reúnen frecuentemente con las vascas de Ernai

Proetarras y separatistas Cartel que recoge los actos celebrados por el movimiento juvenil Arran, de la CUP, con el grupo de solidaridad internacionalista Askapena, de la izquierda abertzale. También se han celebrado frecuentes encuentros entre Arran y las juventudes de Ernai, del entorno de la banda terrorista ETA
Proetarras y separatistas Cartel que recoge los actos celebrados por el movimiento juvenil Arran, de la CUP, con el grupo de solidaridad internacionalista Askapena, de la izquierda abertzale. También se han celebrado frecuentes encuentros entre Arran y las juventudes de Ernai, del entorno de la banda terrorista ETAlarazon

Las juventudes catalanas de Arran, que asaltaron la sede del PP, se reúnen frecuentemente con las vascas de Ernai

Arran, las juventudes de la CUP, han mantenido contactos con movimientos similares, juveniles y de «solidaridad», del independentismo vasco, con los que han compartido las estrategias de presión sobre los grupos que se oponen a sus fines secesionistas, según han informado a LA RAZÓN expertos antiterroristas.

La mayor o menor frecuencia de esas reuniones ha dependido de acontecimientos que iban a tener lugar en el País Vasco y Cataluña, como el referéndum del 9-N y en otros momentos.

Las juventudes independentistas catalanas mantienen relaciones con Ernai, las juventudes de la Izquierda Abertzale y, antes de su práctica de desaparición, con Askapena, el movimiento de solidaridad internacionalista del entorno proetarra.

Los grupos juveniles son piezas fundamentales dentro de la estrategia de desestabilización y hostigamiento a los que no piensan como ellos, a los que tratan de coaccionar de forma abierta para hacerles «la vida imposible», según las citadas fuentes.

Este tipo de movimientos, que se autodefinen como «revolucionarios» intentan que la única voz que se oiga en la calle sea la suya. Y adoptan las iniciativas necesarias para ello, como ocurrió esta semana con Arran, con el acto de presión sobre una sede de los «fascistas» del Partido Popular.

Los contactos entre el denominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV), del que forma parte Ernai; y el independentismo catalán, que incluye a Arran, han sido en los últimos años, en especial con motivo de la celebración de algún acontecimiento, «frecuentes, constantes y regulares».

Entre los asuntos «comunes» que abordaban en sus reuniones figuraba el de la desobediencia contra las instituciones.

De hecho, varias de estas organizaciones, entre ellas Arran y Ernai, llegaron a suscribir en su día un comunicado en el que, entre otras cosas, se decía «tenemos que ser conscientes de que ningún proceso de ruptura con el régimen del 78 será posible sin desobedecer. La desobediencia al orden constitucional es la única vía posible para conseguir nuestra libertad. Asimismo conviene insistir en el hecho de que nuestras élites políticas y económicas autonomistas y capitalistas, ni pueden ni tienen ninguna intención de desobedecer a España para materializar la independencia». «Mientras no nos dejen soñar, seremos su peor pesadilla».

En los contactos entre radicales vascos y catalanes, que vienen de lejos, son ahora estos últimos los que llevan la voz cantante y el espejo en el que se miran los primeros. En la actualidad, Cataluña aparece como un referente para el soberanismo vasco en general, y por lo que respecta a la llamada Izquierda Abertzale, la posición que los independentistas adoptan es objeto de un constante seguimiento.

A las reuniones de este tipo de grupos suelen asistir representaciones de Azarug, de Canarias; Jaleo, de Andalucía; Yesca, de Castilla; Purna, de Aragón; Darreu, de Asturias; Ernai, del País Vasco etcétera. Aprovechan para realizar intercambios y establecer canales mutuos de solidaridad.