Tribunal Constitucional

Miquel Roca: «El catalanismo pierde si se identifica con la desobediencia»

El abogado y padre de la Constitución insta a negociar y a reconocer las «identidades»

Miquel Roca (en el centro) presentó ayer el informe anual de la SEBAP acompañado de Jaume Giró y Vicenç Oller
Miquel Roca (en el centro) presentó ayer el informe anual de la SEBAP acompañado de Jaume Giró y Vicenç Ollerlarazon

El ex político, abogado y presidente de la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País (SEBAP), Miquel Roca, reclamó ayer al Gobierno central y a la Generalitat de Cataluña no abordar el proceso soberanista con radicalidad simplista, porque «la vía de la judicialización no resuelve nada y la desobediencia debilita las bases del catalanismo».

Durante la presentación del informe anual de la entidad, Roca aprovechó para incidir en la «imperiosa necesidad de diálogo, que no obliga a renunciar a las posiciones propias, pero sí a reconocer y respetar las de la otra parte». Y, al mismo tiempo, reivindicó que el diálogo tiene que ir acompañado de hechos, porque «si no, es una oferta sin credibilidad»; debe ser querido y respetado por ambas partes, y debe perseguirse un acuerdo transaccional entre el Gobierno central y la Generalitat en cuestiones económicas, de identidad cultural y en la cantidad y calidad del autogobierno.

Así, la Sociedad propone consensuar un programa catalán de mínimos para ser negociado con el Estado, lo que considera «un objetivo perfectamente factible», siempre y cuando se deje de lado «las tentaciones de demonizar al adversario». La entidad, a la que pertenecen, entre otros, Javier de Godó, Josep Caminal y Carles Duarte, concluye que el diálogo entre Cataluña y España no es posible si el Ejecutivo español no reconoce la identidad catalana, pero tampoco lo es si la Generalitat «no quiere reconocer la realidad española tal como es».

Junto a esto, Roca hizo hincapié en que la sociedad civil no puede sustituir el papel de las instituciones políticas y rechazó que sea imposible el acuerdo, recordando que Cataluña ha pasado antes por muchas otras situaciones difíciles, informa Ep. Respecto a la desobediencia, incidió en que «la división dentro de Cataluña no conduce a ninguna respuesta que la historia avale como positiva», por lo que llamó a encontrar un punto de unión de las diversas formas que adopta actualmente el catalanismo.

En cuanto al informe de la SEBAP, el documento recoge que «persistir en el camino de la desobediencia tiene muchos riesgos», entre los que incluye hacer imposible el orden, que califica de condición básica del progreso y la democracia.

Además, el documento también alerta de que, «si se acaba identificando desobediencia y catalanismo, saldrá perdiendo el catalanismo», porque se generarían anticuerpos en el interior de la sociedad catalana y se podría producir el efecto contrario al perseguido por el catalanismo soberanista. Así, expone que hasta ahora, la economía no se ha resentido por el independentismo porque era un movimiento esperanzado, con gran capacidad de movilización y generador de simpatías, pero advierte de que «entrar en la vía de la desobediencia generará problemas, causará dificultades, suscitará tensiones y situará a buena parte de la sociedad entre dos legalidades».

Añade que «la ilusión independentista ha implicado también la contención, el silencio, el malestar o la oposición de quienes no son independentistas o no creen conveniente serlo», un colectivo que Roca no dudó en cuantificar como importante, según el reparto actual de los escaños del Parlament.

Mientras, la necesidad de acuerdo político en la administración central tras casi un año de Gobierno en funciones también entra en el informe, en el que se apuesta por proseguir las reformas para poner fin a las debilidades del modelo económico que llevaron a la crisis.

Las propuestas

- Abandonar la desobediencia

Destaca que continuar con la desobediencia debilita al catalanismo, pero marca otros «riesgos»: la economía se resentiría, no habría progreso, provocará tensiones y situará a parte de la sociedad «entre dos legalidades».

- Respeto y diálogo

Insiste en la «necesidad imperiosa» de diálogo, pero partiendo de la base de que no será posible si el Ejecutivo central no reconoce la identidad catalana ni si la Generalitat «no quiere reconocer la realidad española tal como es».

- Programa catalán de mínimos

Una de las soluciones que la SEBAP considera «factibles» es la de consensuar un programa catalán de mínimos para ser negociado con el Estado sobre economía, identidad cultural y cantidad y calidad del autogobierno.