Gobierno de España

Moncloa cree que Sánchez intentará un gobierno antes de repetir elecciones

En el entorno de Rajoy ven más posibilidades de que la investidura se retrase a septiembre

Mariano Rajoy, esta semana en el Congreso, observa al diputado Alberto Rodríguez, de Podemos
Mariano Rajoy, esta semana en el Congreso, observa al diputado Alberto Rodríguez, de Podemoslarazon

En el entorno de Rajoy ven más posibilidades de que la investidura se retrase a septiembre

Los contactos siguen sin ofrecer avances. En Moncloa esperan que el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, haga un último esfuerzo en las horas previas a que el Rey Felipe VI ponga en marcha una nueva ronda entre los grupos para ver si hay algún candidato con apoyos para sacar adelante su investidura. Pero hasta ahora las negociaciones han estado en «stand by». Moncloa ha optado por alentar las expectativas y el optimismo, pero a la vez incluso en el entorno de Rajoy ha ido creciendo la sensación de que se alejan las posibilidades de que haya sesión de investidura a principios de agosto y cada vez miran más hacia el mes de septiembre.

Salvo que el presidente en funciones se guarde una carta bajo la manga, en una estrategia de negociación marcada, cierto es, por el hermetismo, la suerte parece echada y no hay apenas margen para que en los próximos días se desbloquee a su favor, pese a que en las elecciones repetidas fue el único candidato que mejoró resultados. Al menos, ésta es la sensación que se impone en medios gubernamentales y en la dirección popular. Los últimos tanteos no han servido para que ni el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ni el del PSOE, Pedro Sánchez, modifiquen su posición, y Rajoy no cuenta con el apoyo de los partidos nacionalistas para sacar adelante su candidatura.

Y ante esto, ¿qué? El periodo de reflexión al que se refirió Rajoy, en caso de que se constatase en esta semana que no tiene apoyos para que el Congreso apruebe su investidura, no guarda tampoco milagros bajo la chistera. En fuentes gubernamentales señalan que en el actual contexto no hay ninguna posibilidad de que prospere la idea, ya barajada en la legislatura fallida, de promover una reforma legal para que puedan correr los plazos para disolver las Cortes sin investidura, ante la falta de un candidato con los apoyos necesarios para que sea aprobada. Esta reforma exigiría además una modificación constitucional, lo que la hace aún más complicada. «¿Quién te la vota?», se preguntan en alto.

Cuando finalizó su ronda de consultas con todos los grupos parlamentarios, Rajoy ya anticipó que en ese periodo de reflexión, que cree que debería abrirse si no hay acuerdo para desbloquear la situación, todos deberían valorar el hecho de que si no hay Gobierno, no hay oposición, y la única salida, entonces, es ir a unas nuevas elecciones, las terceras en menos de un año.

No obstante, en medios gubernamentales empiezan a advertir cada vez más sobre la hipótesis, por difícil que parezca, de que antes de nuevas elecciones haya un intento de formar un Gobierno de izquierdas con apoyo nacionalista. Ahí explican, por ejemplo, la insistencia del Partido Socialista en la campaña de que el PP tiene un acuerdo con la antigua Convergéncia. «No hay que descartar nada. De momento, lo único cierto es que Sánchez y Rivera siguen bloqueando la elección de Rajoy», añaden.

La negativa del líder socialista y del máximo dirigente de Ciudadanos a negociar con Rajoy antes de su investidura limita al máximo el margen de Rajoy para hacer cesiones programáticas que lleven a «algún sitio». «No sabemos si Rivera es consciente de que cada vez que veta a Rajoy como presidente acerca un poco más a Iglesias a la vicepresidencia», advierten los del PP.

Sin embargo, y pese a que todos los obstáculos sigan estando en el mismo punto, en el entorno de Rajoy no renuncian a continuar confiando en que la presión ante la nueva ronda de consultas que el Rey hará esta próxima semana, las advertencias europeas o los movimientos que pueda haber por parte del Ibex y de otros poderes económicos y financieros puedan hacer que Sánchez revise su «no» en segunda votación a Rajoy. Si la revisión de posturas «madurará» antes o después del mes de agosto es uno de los grandes interrogantes que se mantienen estos días. El presidente en funciones ha utilizado distintas vías, la suya personal, y también la de terceros, para buscar el acercamiento con Rivera. Y aunque éste ha modulado en el discurso aquel veto al líder popular que convirtió en el eje de su campaña electoral, con los hechos sigue presionando en su contra. «No quiere aparecer como el responsable del bloqueo, pero él sabe que la abstención técnica aleja la investidura de Rajoy», sentencia uno de los colaboradores del candidato popular. La renuncia de Rajoy no se encuentra entre las hipótesis que manejan en Moncloa, aunque quienes no son partidarios de que el jefe del Ejecutivo en funciones se presente a una investidura fallida síadvierten de que, si Rajoy acude al Congreso y pierde, al día siguiente serámucho mayor la presión para que se vaya.