Otegi prepara su candidatura: «Necesitamos un proyecto independentista nuevo. Cataluña nos está dando una lección»

LA RAZÓN accede a los planes del líder batasuno, que quedará libre el 8 de abril. Otegi se muestra «fascinado» con el proyecto de Mas y lo señala como referente para el País Vasco.

Arnaldo Otegi, dirigente de Batasuna que cumple condena en la prisión de Logroño, ha propuesto la «refundación total» del proyecto independentista vasco y copiar el catalán, que es «la hostia», según medios próximos a este individuo a los que han tenido acceso fuentes consultadas por LA RAZÓN. Sus contactos, directos o indirectos, con la CUP de Cataluña, que esta misma semana colgó un vídeo de apoyo a la manifestación que se celebró ayer para pedir la libertad del dirigente abertzale, son conocidos y existe, según los mismos medios, una confluencia de ideas y proyectos entre ambas formaciones. «Necesitamos un proyecto independentista totalmente renovado de cara a nuestro pueblo. Y, en ese sentido, creo que Cataluña nos está dando una lección de la hostia». Otegi está impresionado por lo que considera avances «imparables» de Cataluña hacia su separación de España.

El proyecto que defendía Otegi, diseñado en las negociaciones secretas que socialistas y nacionalistas mantuvieron a partir de 2009 y cuyo punto culminante fue el «final de actividades» que anunció ETA en octubre de 2011, pasaba por una mesa de conversaciones, una especie de paz por presos y salida de las Fuerzas de Seguridad y los ejércitos del País Vasco y Navarra. Sobre todo para que se les dejara llevar adelante sus proyectos secesionistas sin ninguna interferencia.

En el caso de Cataluña, ha sido la imposición y la desobediencia, sacar a las masas a la calle, para intentar dejar al Estado sin una respuesta acorde a la fuerza (ilegal a todas luces) que se estaba ejerciendo. Por ello, Arnaldo Otegi, que perteneció en su día a ETA PM, y cumplió condena por su participación en el secuestro de un industrial vasco, cree, según los comentarios que se han escuchado en su entorno, que se han equivocado de estrategia y que la desarrollada en Cataluña es la correcta para lograr la independencia y trocear España.

Otegi ha llegado a comentar que los catalanes lo han hecho «de puta madre». Su admiración la dirige también a la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC). Por ello, propone, movilizar a todos los sectores que controla el abertzalismo vasco, así como a otros próximos al PNV, y seguir el ejemplo catalán. Entre estos sectores incluye incluso al sindicato nacionalista ELA (a los abertzales de LAB se les da por descontados): «Hay que coger a los universitarios, hay que coger a todos, a su puta madre, y decirles con toda claridad: mirad, chavales, nosotros estamos aquí, hemos llegado hasta aquí y vamos a empezar un nuevo camino, igual al de Cataluña». La desobediencia, como parte de la estrategia de desestabilización de España, ha formado parte de la estrategia de ETA y las organizaciones de su entramado, que ponían por delante las actividades criminales de la banda como ariete para forzar al Gobierno a ceder y sentarse en la mesa de negociaciones. La victoria por mayoría absoluta del Partido Popular en las últimas elecciones generales rompió todo el «proceso» del que habla Otegui, para el que ya había convencido a socialistas y nacionalistas. Han pasado cuatro años desde el anuncio de ETA y, salvo la legalización de su brazo político (que no es poco) los avances en presos y la independencia han sido nulos. Desde la cárcel, y gracias al seguimiento directo de la estrategia de la CUP, el dirigente «batasuno» está fascinado por el proceso catalán y el protagonismo que sus homólogos están jugando en estos momentos de formación de un nuevo gobierno autonómico. Bildu y Sortu, según los planes de Otegi, están llamados a desarrollar un importante papel en el País Vasco (como de hecho ha ocurrido en Navarra). Sin embargo, la capacidad de movilización del entorno proetarra ha descendido significativamente en los últimos años, hasta el punto de que empiezan a emerger grupos disidentes descontentos con lo conseguido hasta ahora, que consideran nada: poltronas para los de Bildu, presupuestos para manejar , pero de presos a la calle e independencia, nada de nada.