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Pablo Casado: «Ciudadanos no es rival para el PP porque se define de centroizquierda»

Entrevista a Pablo Casado, portavoz de campaña del PP. Asegura que Rajoy tiene «mucha gente» entre la que elegir a los candidatos

Pablo Casado
Pablo Casadolarazon

Duerme de media 4-5 horas diarias entre el trabajo, mítines provinciales, entrevistas, tertulias... Es «la voz» de la campaña del PP, sabe comunicar y sabe transmitir. En su mesa, cientos de papeles con infografías de encuestas. Entre sus cuadros, las manitas y los pies de su hija Paloma y de fondo de pantalla, sus dos hijos. Cercano y sincero, cree en el proyecto que le han encomendado. Siempre responde, y su móvil no deja de sonar.

-¿Tienen alguna ventaja tantas elecciones seguidas un mismo año?

-Hay unas que están estipuladas cuando tocan, y no dependen del Gobierno. Otras, por la decisión de Zapatero de adelantarlas, coinciden este año. Pero por la irresponsabilidad de Artur Mas y Susana Díaz, por sus intereses partidistas, se ha decidido convocar otras dos, que hacen despilfarrar dinero público, y es una pérdida de tiempo y de gobierno por culpa de políticas caprichosas.

-¿Cuál es el enemigo íntimo del PP, Ciudadanos o Podemos?

-El enemigo íntimo del PP es el paro. De esos dos partidos hay uno que respeta el sistema y otro que es antisistema. Lo que nos preocupa no electoralmente, sino como españoles, son los partidos que intentan usar la democracia para luego vaciarla. La forma en la que Podemos se está enarbolando en España es la que ya se usó en Latinoamérica.

-¿Le preocupa el «voto del cabreo» contra el PP?

-Hay que votar con responsabilidad, no sólo a una persona o unas siglas, sino a un proyecto de país y a una opción de futuro para tus hijos, y el único partido que representa la estabilidad es el PP.

-Andaluzas, autonómicas, municipales... ¿condicionarán los resultados de las generales?

-Cuando las elecciones van tan seguidas marcan una tendencia. No hay mejor encuesta que la de abrir las urnas. Nuestra estrategia electoral está siendo ver el año electoral como un todo. La misma propuesta que hacemos en Andalucía de un cambio, de una regeneración, la decimos de cara a las municipales y autonómicas. Aquí la alternativa de cambiar España somos nosotros. A nivel catalán somos el único partido que garantiza la unidad, que está poniendo de relieve toda la corrupción... Tenemos los deberes bien hechos, una hoja de servicio limpia y estamos sacando a España de la crisis y de la bancarrota.

-¿Al PP le preocupan las encuestas?

-Miramos más a la calle. Nos ocupamos, no nos preocupamos. Las encuestas son indicativas, pero no concluyentes. En la calle se empieza a notar la recuperación.

-¿Le preocupa la abstención?

-Es contra lo que luchamos.

-¿Pero se va a seguir votando en las municipales al candidato más que a las siglas? ¿O esto también está cambiando?

-Depende lo del candidato. Los nuevos partidos lo que están intentando es, a marchas forzadas, fichar a candidatos y decir que son únicos para cualquier circunscripción, pero no es posible votar al mismo en Madrid y también en Ávila. El PSOE tienen tanto miedo al derrumbe de la marca que incluso en Baleares han suprimido el logotipo para tener las manos libres y pactar con la izquierda radical. Nuestras siglas siempre han sido un plus, aún teniendo un buen candidato. Tenemos el mismo mensaje en Cataluña que en Andalucía o Extremadura.

-¿No le parece una desventaja que plazas tan importantes como Madrid o Valencia aún no tengan candidatos?

-La única certeza es que quien está saliendo perjudicado son los otros candidatos. En Madrid, IU está destrozada; el PSOE, partido por la mitad; Podemos ha salido muy dividido de su asamblea... En el PP tenemos nuestros plazos y unos buenos antecedentes. En las pasadas municipales y autonómicas se nombró a los candidatos en marzo, y arrasamos. Y tenemos el buen ojo de Rajoy, que sabe elegir muy bien las candidaturas. Estamos en plazo, y estoy convencido de que tendremos candidaturas ganadoras.

-La rumorología le sitúa de candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid...

-Como decía Sabino Fernández Campo: «Ni estoy en ninguna quiniela, ni se me espera». Todas las personas de las que se está hablando en Madrid tienen muy buenos perfiles y estoy convencido de que Rajoy elegirá muy bien.

-¿Ve a Aguirre de alcaldesa?

-Le estoy muy agradecido a Aguirre. Ha hecho un gran trabajo en Madrid, en el Ministerio de Educación, como concejala... Todo lo ha hecho con un servicio público extraordinario, pero a mí no me corresponde decidir las candidaturas. Creo que el PP de Madrid volverá a ganar las elecciones porque tiene tanto proyectos como programa y equipos muy positivos para los madrileños.

-¿También en la Comunidad?: Ignacio González, Cristina Cifuentes...

-El PP tiene a los mejores y el balance de gestión le va a dejar la decisión muy fácil a Rajoy porque tiene mucha gente donde elegir. Estamos para servir a los madrileños y no para servirnos de ellos como han hecho otros partidos.

-¿Cree que los resultados económicos son suficientes como aval del PP para una campaña?

-No sé si son suficientes pero desde luego son muy importantes. La gente no quiere vivir eternamente de un subsidio sino emprender su propia vida, y los gobiernos del PP siempre han creado prosperidad, empleo y oportunidades. Nosotros preferimos que la gente pueda tener un futuro con esperanza y no un país como el que nos encontramos cuando llegamos al Gobierno.

-Se dice que la precampaña del PP se está basando en «que viene el lobo». ¿Lo ve así?

-Todo lo contrario, somos el único partido que hablamos de ilusión, nosotros no nos metemos con nadie, simplemente recibimos la crítica de los demás. Es justo reconocer los méritos que ha tenido el Gobierno y todos los españoles que han hecho esfuerzos para salir adelante.

-Parece que se anuncia el fin del bipartidismo. ¿Qué conviene más a España?

-Yo soy un defensor del bipartidismo porque creo que las democracias más consolidadas del mundo tienen sistemas bipartidistas como Reino Unido, Francia, EE UU o Alemania. Si vienen más partidos, bienvenidos sean, siempre que respeten las reglas del juego.

-¿El riesgo es que se cambien esas reglas del juego?

-El riesgo es el populismo que engaña, que oculta bajo una impostada moderación la radicalidad extrema que ha hecho que países como Venezuela, Ecuador o Nicaragua están sufriendo las consecuencias que estamos viendo. O como en Grecia, el populismo de Syriza en el que todas las promesas que enarbola eran falsas, no se pueden llevar a cabo y eso es engañar a la gente. Prometer lo imposible y lo impagable puede ser atractivo electoralmente, pero es un engaño a la ciudadanía. Con las cosas del comer no se juega. Cuando yo me monto en un avión, no solo miro el programa de vuelo, miro las horas de vuelo del piloto y los partidos que vienen no tienen ninguna experiencia en la gestión.

-Pablo Iglesias se ha arrogado ahora el liderazgo de la oposición «real», trasladando la soberanía popular del parlamento a la calle. ¿Qué le parece?

-Algo mal estará haciendo el PSOE para que alguien les intente sustituir en el rol de la oposición. Poco tiene que ofrecer la izquierda cuando ha estado en el Gobierno y nos ha dejado el país en una situación catastrófica. Y poco tiene que ofrecer un partido que lo único que defiende son regímenes pseudodemocráticos en los que el resultado de sus políticas comunistas han llevado a la miseria y a la opresión política. En España hay que apostar por los partidos que garantizan la estabilidad, el crecimiento económico y el sostenimiento de las políticas sociales y hoy por hoy es el PP el único que lo garantiza

-Dicen que Podemos vende ilusión. ¿Lo ve así?

-Con el programa en la mano, Podemos vende humo y además intenta cobrarlo. No se puede instrumentalizar el sufrimiento de una crisis económica. Cuando se ha empezado a enderezar el rumbo no se puede intentar volar el barco, hay que intentar llegar a puerto. No hay viento favorable para quien no sabe a dónde va, y no creo que esta gente tenga muy claro lo que quiera hacer con España, y nosotros sí. Queremos que España siga siendo una referencia en Europa.

-¿Es seguro para España un Gobierno en cuyo partido se resuelva todo en asambleas, círculos, redes sociales?

-La democracia interna de la que alardean algunos partidos no ha sido muy duradera. En el PSOE, se la cargan de un plumazo y en Podemos afanándose para que ganaran sus candidatos. Eso de votar con un ratón, con un clic, no es la democracia directa. Nosotros hemos tenido nuestras propias comisiones de estudio, sólo que ellos lo barnizan con ese marketing viral. Pero aquí está todo inventado. Nosotros queremos que la gente viva mejor, no que voten ingeniería social de laboratorios de la facultad de ciencias políticas de la Complutense.

- ¿No les preocupa el desgaste de sus siglas?

-Lo que desgasta es gobernar en época de crisis, no las siglas. Nos hemos rescatado a nosotros mismos como españoles, sin tener que pedir el rescate como pedían otros de los partidos nuevos. Gobernar desgasta, y esa es nuestra responsabilidad y, como queda mucho por hacer, queremos seguir gobernando porque ahora es cuando ya hemos salido de lo peor.

-¿Pactaría el PP con Ciudadanos en caso de necesidad?

-Nosotros salimos a ganar y pensamos que podemos tener las mayorías suficientes de gobierno debido a la polarización de la izquierda, sobre todo si el resto de partidos respeta la lista más votada como nosotros vamos a hacer.

-¿Qué puntos del programa de Ciudadanos impedirían esos pactos?

-El programa de Ciudadanos aún no se conoce, sólo han anunciado seis fascículos del programa económico y los anteriores no están en la web. Estamos de acuerdo con ellos en cuanto a denunciar lo que ha hecho el nacionalismos excluyente en Cataluña, pero nosotros estamos ocupados en presentar un programa ganador. Nuestra obsesión es mejorar la vida de la gente y lo que hagan otros será su problema.

- ¿Ciudadanos es un partido exclusivamente catalán?

-Por ahora sí.

- ¿No le ve como rival?

-En el espacio de centro derecha no tenemos rival, porque Ciudadanos y UPyD se definen como centro izquierda.

-¿Procesos electorales suponen un gasto excesivo?, ¿se debería terminar con ese privilegio de adelantar o retrasar elecciones?

-La nueva reforma de la ley de los partidos políticos ha acotado muchísimo los costes de las campañas y de la financiación de los partidos. Adelantar las elecciones por criterios partidistas como Mas y Díaz es un gasto innecesario. Andalucía va a gastar 12 millones de euros cuando podría haberlo hecho coincidir con las municipales y autonómicas y no han querido. Además, constituye un parón de gobierno, de periodo electoral perpetuo innecesario.

-Las elecciones catalanas están presentadas como la ratificación del referéndum de autodeterminación. ¿Cómo ve este desafío?

-La unidad de España y la soberanía son absolutamente innegociables. Cataluña nunca ha sido independiente en toda la historia y nunca va a serlo. Un responsable público se compromete a respetar las leyes, y situándose fuera de la ley no pueden esperar que haya diálogo.

-¿Las campañas de ahora son más a la americana? ¿Deberían hacerse reduciendo más costes?

-Las campañas ahora son mucho más austeras. En el caso del PP es más fácil hacer campaña porque tiene datos a los que agarrarse. La gente paga con sus impuestos al gobernante para que le mejore la vida, no para que le cuente cuentos. Nos estamos encontrando en una política de monologuistas. Hay que tener sueños realizables de un sistema del bienestar sostenible y no como el que dejó la izquierda, quebrado. Pero la ilusión ha de ser plausible, porque si nada de lo que prometen se puede cumplir, tendrán una gran frustración como ciudadanos.

-¿No les preocupa haber podido perder ese nicho de votos que tenían en los grupos pro vida?

-Siempre hemos dicho que el aborto no es un derecho y nos gustaría que el TC declarara inconstitucional la Ley Aído. Por eso la recurrimos y estamos esperando que se dicte sentencia. Mientras, lo que hemos hecho es que las menores no puedan abortar sin el respaldo de sus padres.

-¿La calificación de patético a Sánchez ha sido tan fuerte como para que esté en riesgo ese bipartidismo?

-Me resulta curioso que a nosotros nos pueden llamar sinvergüenzas, sucios, corruptos, mafia, casta, capos... Y no pasa nada, tenemos que ser el saco de arena de todo el arco parlamentario. El presidente del Gobierno lo que hizo fue un juicio de valor a una intervención, cosa que compartimos la mayoría de los que estuvimos allí. Porque estuvo bronco, cínico, negando todo lo que había hecho gobernando José Luis Rodríguez Zapatero cuando él era diputado... En este país, como hay esa supuesta superioridad moral de la izquierda, pueden insultarnos y nosotros encima tenemos que poner la otra mejilla. Déjenos calificar lo que han hecho, y lo que la izquierda ha hecho en este país ha sido patético y lo ha sido para todos los españoles, porque la situación económica ha sido patética. El que dijo que era limpio, dando a entender que los demás no éramos limpios, fue Sánchez, teniendo a Chaves a seis escaños de distancia, que es el símbolo del mayor caso de corrupción de la democracia española. Para ser limpio hay que limpiar la casa, y él ni ha limpiado la casa ni le dejan meter la escoba en Andalucía.

-¿Qué impresión le dejó otro de los estrenos del debate: Alberto Garzón?

-Hizo un discurso muy dogmático y los dogmas comunistas oídos en una persona de mi edad, en un treintañero, suenan extraños. El Muro de Berlín cayó hace 25 años y los comunistas corrían hacia el lado occidental. Y en el estrecho de Florida unos nadan hacia un lado y no hacia otro, que son los cubanos hacia Miami. No conozco ningún estadounidense que haya nadado hasta La Habana. El comunismo nunca ha creado prosperidad y están para dar pocas lecciones de ideología porque ésta fracasó hace años y no se quieren dar cuenta.

-¿Y Pablo Iglesias faltando al Parlamento Europeo para dar su mitin sin réplica?

-Fue absolutamente ridículo. El grado de arrogancia y egocentrismo que tiene es preocupante. Sobre todo, la incoherencia de llamar a la gente «casta» cuando estás de eurodiputado faltando a un debate tan trascendental como es el de la condena de los actos del régimen de Maduro contra la oposición pacífica. Dice mucho de él, primero que no cumple con su puesto de trabajo por el que le pagan 40.000 euros al mes entre dietas, asistentes y sueldo. Aquí el que llama casta exige a los demás cobrar el salario mínimo y dice mucho a favor de su connivencia con el régimen de Maduro. Si no quiere condenar que encarcelen a un alcalde elegido democráticamente, sin juicio, detenido a golpes... No han querido condenarlo. Le pregunté a Carolina Bescansa hasta cinco veces si lo condenaba sí o no y no dijo nada. ¿Pero qué España quieren? Menos mal que nunca van a gobernar.

-Zapatero viaja a Cuba... ¿Cómo lo valora? ¿Es un guiño a Podemos?

-Es una deslealtad y una irresponsabilidad por respaldar a la dictadura más longeva del mundo.

Yo no juego al «Candy Crush»

Ha sido la polémica de la semana. La imagen de la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, pillada in infraganti jugando al «Candy Crush» durante la intervención de Rajoy en el Debate sobre el Estado de la Nación, no ha dejado a nadie indiferente. Pablo Casado también opina: «Nunca me han gustado los videojuegos, no he sido muy jugón nunca. Veo injusto examinar a una persona simplemente por un momento puntual. Creo que Celia Villalobos tiene una dilatada trayectoria política y ella ya ha explicado lo que estaba haciendo y lo importante que pasaba ese día era el Debate del Estado de la Nación, no la tableta de un diputado».