El desafío independentista

París frena en seco al independentismo catalán

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Las autoridades francesas piden la disolución de un grupo soberanista por «atentar contra la integridad territorial» nacional».

A las autoridades francesas no les tiembla la mano a la hora de poner en marcha la maquinaria judicial para reprimir incipientes brotes de independentismo dentro de sus fronteras. La Prefectura de los Pirineos Orientales, el departamento francés situado al norte de Gerona, ha solicitado a los tribunales la disolución de una organización independentista catalana denominada Comité para la Autodeterminación de la Cataluña del Norte. Esta asociación trató de organizar una consulta soberanista entre los 300.000 habitantes de este departamento francés el mismo día en que tuvo lugar la consulta independentista en Cataluña con la intención, según admiten sus responsables, de «que se movieran las cosas a este lado de la frontera».

En declaraciones al diario «L’Indépendant» de Perpiñán, los responsables de esta organización subrayaron que Naciones Unidas «proclama el derecho de todos los pueblos a disponer de ellos mismos». Según el presidente del Comité, Robert Casanova, y su secretario general, Gérard Lenfant, la Declaración Universal de Derechos Humanos protege la libertad de expresión y de asociación, en particular la de las minorías.

El hecho concreto en el que se han basado las autoridades francesas para solicitar la supresión judicial del Comité para la Autodeterminación de la Cataluña del Norte es el intento de exportar al lado francés de los Pirineos la consulta del 9-N. Las preguntas que los dirigentes de esta asociación tenían previsto someter a la población del departamento francés difieren muy poco de las que fueron planteadas por el nacionalismo catalán. La primera preguntaba si se estaba a favor de «la gran Cataluña, que reuniría la Cataluña del Sur y la Cataluña del Norte en un solo Estado independiente y soberano». La segunda, si querían que la Cataluña del Norte se convirtiera en Estado en solitario. Para la Prefectura de los Pirineos Orientales esta iniciativa suponía «un atentado contra la integridad del territorio nacional». Además, se señalaba que en sus estatutos este comité soberanista declarara que «la dominación de la República Francesa sobre el pueblo de Cataluña del Norte conduce al paro masivo, al éxodo de los jóvenes, al aumento de la pobreza, a una caída del nivel de vida y a la destrucción del tejido económico».

Según la Prefectura, el objetivo último de esta organización es «la separación del departamento del territorio nacional» y por eso piden a los tribunales su disolución, algo que, según los independentistas, sólo puede hacer el Consejo de Ministros.

En la jurisprudencia francesa existen precedentes de este tipo para reprimir aventuras soberanistas en Córcega. También se han disuelto en el pasado organizaciones que pretendían alterar el carácter republicano del Estado y retornar a la monarquía como forma de organización. Para los independentistas catalanes de Francia esta iniciativa es «liberticida».