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Los bienes del monasterio de Sijena llegan a Aragón entre vítores y aplausos

Los mossos d'Esquadra han cargado contra los manifestantes concentrados ante el Museo de Lérida.

Las obras del Monasterio de Villanueva de Sijena (Huesca), han llegado a la localidad oscense entre vítores de las decenas de vecinos que aguardaban su devolución. EFE/Javier Blasco
Las obras del Monasterio de Villanueva de Sijena (Huesca), han llegado a la localidad oscense entre vítores de las decenas de vecinos que aguardaban su devolución. EFE/Javier Blascolarazon

Las obras de arte del monasterio de Sijena depositadas en el Museo de Lérida llegaron a la población oscense después de haber sido embaladas y cargadas en el vehículo, en una operación que se ha prolongado durante más de diez horas.

Las obras del Monasterio de Villanueva de Sijena (Huesca) que se encontraban en el Museo de Lérida han llegado a la localidad oscense entre vítores de las decenas de vecinos que aguardaban su devolución.

El camión con las piezas y el grupo de técnicos del Gobierno de Aragón que han participado en la tarea de embalaje han sido recibidos en el Monasterio de Villanueva de Sijena por la consejera de Educación, Cultura y Deporte del Ejecutivo, Mayte Pérez, y por el alcalde del municipio, Ildefonso Salillas.

Ambos han recibido a la comitiva con aplausos y se han abrazado a los técnicos.

También ha llegado con la delegación del Gobierno aragonés el director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín, quien ha lamentado que al final hayan regresado al monasterio de Villanueva de Sijena 43 de los 44 bienes, ya que uno de ellos "no ha podido ser localizado" y el personal del Museo Diocesano de Lleida no sabía tampoco su paradero.

Escuín, además, ha denunciado que algunos de los lienzos que han regresado a Sijena se encuentran "muy afectados", hasta el punto de que se antoja "complicada"su recuperación.

Con todo, según sus palabras, el Gobierno de Aragón hará lo posible para facilitar que los ciudadanos puedan acudir a un espacio público y disfrutar de los bienes de Sijena.

El director general de Cultura del Gobierno de Aragón, preguntado por los medios, ha subrayado que la relación entre los técnicos aragoneses y los del Museo de Lleida ha sido "de colaboración".

Tal y como ha reseñado, a la delegación aragonesa la recibió el director del centro y su equipo de conservadores, quienes fueron indicando la ubicación de las piezas. El trabajo de embalaje y porte lo ha hecho personal de Aragón.

Asimismo, a pesar de las protestas callejeras que se podían oír en el interior del museo, el alto cargo aragonés ha afirmado que el camión con las piezas ha podido salir con normalidad.

También en declaraciones a los medios, la consejera Mayte Martín ha expresado su reconocimiento por el trabajo de los técnicos y del personal jurídico del Gobierno aragonés, y acto seguido, ha destacado que la de hoy es "una jornada histórica"para la comunidad autónoma.

Según ha señalado, lo que ha ocurrido hoy es que se ha cumplido la legalidad, y por ello, "se ha hecho justicia con el pueblo aragonés"por cuanto se ha cometido un acto de defensa de su identidad y de su patrimonio.

Pérez, de hecho, ha elogiado la unidad de las instituciones al respecto y ha situado la devolución de los bienes como "ejemplo de la tenacidad y constancia"de los aragoneses.

Ha recordado la actuación de la Generalitat primero y del Gobierno central después, y a éste le ha acusado de no haber querido ejecutar la providencia judicial que instaba al regreso a Aragón de los bienes de Sijena.

"Al final, ha tenido que ser el Gobierno de Aragón el que ha ido a por los bienes", ha sentenciado.

Cargas contra los manifestantes

Antes, los mossos d'Esquadra han cargado contra los manifestantes concentrados ante el Museo de Lérida. Las cargas se han producido en torno a las 9 de la mañana en a Rambla d'Aragón, cuando la Policía catalana ha tratado de ampliar el cordón delante de la fachada principal del edificio y, ante la negativa de los manifestantes, ha iniciado cargas en el lugar, donde se concentran 200 personas.

Mientras, la Guardia Civil, junto a media docena de técnicos del Gobierno de Aragón, se encuentra desde esta madrugada en sus instalaciones para llevarse el ansiado tesoro. «Yo no sé nada», «es secreta», «a las 08:00»... Cada implicado decía una cosa sobre la «hora H», pero lo cierto es que allí estábamos todos para verlo. Incluidas una suerte de patrullas vecinales que se fueron dando relevos para dar el chivatazo en el momento en el que hubiera movimiento y que ya se hicieron notar por la tarde con una pequeña marcha con pancartas de «manos arriba, esto es un atraco».

Pasada la medianoche, cientos de vallas para proteger la acción judicial y muchos furgones de Mossos d’Esquadra en los alrededores. Personal del museo llegó sobre las 23:40, aunque dentro había luz desde las once. Poco después se presentó el alcalde, el socialista Àngel Ros, increpado por los presentes entre gritos de «vergüenza». El primer edil justificó su presencia en que si lo hacía en caso de un fuego en la localidad cómo iba a faltar al tratarse de un «incendio cultural» como aquel.

Entre el público se sacaron unos folios con la fotocopia de la supuesta compra legal de los bienes objeto de disputa, aunque sus partidarios decían acudir como «ciudadanos de a pie de Lérida».

Por la mañana, los vecinos se acercaban resignados al número 1 del carrer de Sant Crist para dar su último adiós, al menos dentro de su ciudad, a unas piezas que, ahora sí, daban por perdidas. Aunque, para suerte de los nostálgicos y amantes del arte sacro, desde que se expongan en su nuevo alojamiento las tendrán a menos de una hora en coche, por lo que la tragedia no llega a cauces griegos. Amanecía el museo en calma. Abría el edificio y la afluencia de visitantes era notable. «Muchos más que de costumbre», apuntaban en la institución. Sólo en la última semana han pasado más de 1.100 personas, «cuando hay meses que ésa es la cifra total», puntualizaba un gabinete de prensa que cifra entre 28.000 y 30.000 los visitantes anuales. Va a ser verdad eso de «no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos».

La normalidad se rompía a las 11:00 horas, cuando dos camiones, con sendos operarios, se desviaban de la calzada para aparcar junto a la puerta y empezaban a descargar varios centenares de vallas. La recta final de la historia del tesoro de Sijena en Lérida ya era un hecho. Desde el museo que dirige Josep Giralt se desmarcaban de la iniciativa. «Nada que ver con las vallas», decían, «habrá sido cosa del Ayuntamiento». Era la medida tomada para evitar percances en el traslado que, siguiendo las órdenes del juez, y según se apuntaba en mentideros periodísticos, se iniciaría de madrugada, pero, sobre todo, para crear un perímetro de seguridad en torno a posibles opositores. Los primeros, los cachorros de la CUP, Arran, convocantes de un madrugador «café» –07:30– a las puertas del Museo de Lérida para intentar evitar hoy la retirada de los 44 bienes.

Sí eran un hecho las caras largas de los vecinos ilerdenses en su goteo por las salas del museo. «Hemos venido a despedir las piezas porque va a ser la última vez que las podamos ver aquí», reconocía un visitante. Más radical se mostraba la presidenta de la Plataforma d’Entitats Culturals de Lleida, María Jesús Llavero, que bufanda y lazos amarillos bien presentes –no fue la única–, se sumaba al discurso de la CUP: «Se ha abusado de un artículo que pretende humillar a Cataluña». Punto rechazado categóricamente por el alcalde en el acto electoral que celebró el PSC en el Teatre l’Escorxador: «El arte sacro no es objeto del 155. No puede resolver pleitos entre administraciones o entre administraciones y particulares. Ahora tenemos una visión diferente que los amigos de Huesca, pero somos capaces de hablar».

De vuelta en el Museo de Lérida, eran, sin duda, las siete piezas expuestas del tesoro de Villanueva de Sijena las más solicitadas. Todos se paraban, se fotografiaban y hacían el comentario oportuno. «Una pena que se las lleven» y «esto es una injusticia», entre lo más repetido por parte ilerdense. Pero la duda que flotaba en el aire era el momento en el que la Guardia Civil iba a hacer entrada en un edificio que permaneció cerrado desde las 14:00, como todos los domingos, y que contó con la presencia de dos coches de los Mossos desde primera hora de la tarde. La postura del museo, la misma que anunció Giralt el viernes: estarán todos los operarios disponibles y dispuestos a colaborar desde las 08:00. «No vamos a hacer más comunicados». Según las pistas que caían durante todo el día desde la otra parte y ciñéndose al auto del juez, la actuación comenzaría de madrugada, sin esperar al «café», o quizá para tomarlo de retirada, ya con las 44 piezas a bordo y rumbo a Sijena.

Sea a una u otra hora, lo que sí se espera hoy es la llegada a la propia Villanueva de Sijena de los bienes. Los 70 kilómetros que separan ambas poblaciones hacen posible que en el mismo día se retiren de un lado y lleguen al otro.

Ocho horas de embalaje

El Gobierno de Aragón estimaba en ocho las horas necesarias para embalar todas las piezas del tesoro: «Trabajamos con este tiempo, pero luego depende de que cuando lleguemos el estado no sea el esperado y se pueda alargar». Ya tenían todo encargado, «las cajas del tamaño necesario y los materiales oportunos para precintar y transportar. Listo para llegar y meterlo en los camiones».

Mientras, en Sijena ya eran conscientes de que hoy sería un día especial, el del retorno de unas piezas que son suyas y de las que, por «infortunios del destino y el mal hacer de la otra parte», dicen, se les ha privado de disfrutar hasta ahora.