Ciudadanos

PP y Ciudadanos preparan un acto de balance de los cien días de Rajoy

Los naranjas buscan ensalzar la inclusión de su programa electoral en las decisiones de Gobierno

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ayer, en Coslada
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ayer, en Cosladalarazon

PP y Ciudadanos han intercambiado ya impresiones sobre la posibilidad de celebrar un acto conjunto en el que hagan balance de los cien primeros días de gobierno de Mariano Rajoy. Los interlocutores de los dos partidos acordaron esperar a que pasen los respectivos Congresos. Este fin de semana celebró el suyo Albert Rivera, y el del PP tendrá lugar el siguiente. A la espera, por tanto, de que las dos organizaciones políticas acaben de actualizar sus proyectos, hasta ayer todavía no habían intercambiado «papeles» ni cerrado nada definitivamente.

La idea inicial parte de Cs, que quiere poner en valor las decisiones adoptadas en estos tres primeros meses de legislatura y, sobre todo, la incorporación de su programa electoral a las decisiones del Gobierno de Rajoy. El PP no ve mal la idea, aunque hasta ahora también es verdad que estratégicamente los de Rajoy siempre han buscando el camino para no colaborar en el empeño de Rivera de dar la impresión de que sus escaños son más decisivos de lo que realmente son.

Pero, en este caso, fuentes parlamentarias del PP confirman que están dispuestos a concretar el acto. Si no hubiese esta puesta en escena conjunta, Cs haría su propio balance del Gobierno de Rajoy. La relación entre los dos partidos funciona de manera razonable, según confirman las dos partes. Aunque desde el punto de vista partidista tengan intereses opuestos y cada uno intente sacar la mayor ventaja de la situación política. En un gesto de ese compromiso con el acuerdo de investidura de Rajoy el PP envió una representación de su dirección al Congreso de Ciudadanos y lo mismo harán los de la formación naranja con el cónclave que los populares celebran en Madrid el próximo fin de semana.

El escollo inmediato más difícil a sortear en la relación entre los dos partidos está en la puesta en marcha de la comisión de investigación parlamentaria sobre la financiación del PP. Forma parte del acuerdo de investidura, uno de los puntos que al PP le costó más aceptar, y sobre el que hay diferencias de interpretación respecto a su desarrollo. La intención de Rivera es que esta comisión arranque en este periodo de sesiones, a poder ser en este mes de febrero. Y si no tiene el apoyo del PP, la sacará adelante con el apoyo de la izquierda. Es muy posible que esta comisión parlamentaria no avance nada desde el punto de vista de la investigación de un asunto que está completamente judicializado, pero sí puede generar mucho ruido político en función de cómo se organicen sus trabajos y de hasta dónde se eleve la exigencia del listado de comparecientes. En una entrevista en este periódico el líder de Ciudadanos anticipó que no descarta incluir en esa lista el nombre del propio presidente del Gobierno, y en ese propósito contaría seguro con el apoyo de la izquierda, dentro del objetivo compartido de aprovechar la situación para desgastar la figura del presidente del Gobierno.

Las conversaciones sobre la puesta en marcha de este punto del acuerdo de investidura no han empezado aún, pero por anticipado el PP reconoce que es un asunto «conflictivo», si bien es consciente de que tiene muy poco margen para evitar que la comisión parlamentaria prospere. No tiene la mayoría necesaria para evitarlo.

En los demás asuntos la interlocución avanza bien. La dirección de Ciudadanos ha optado por hacer como que ignora los movimientos del Gobierno dirigidos a poner en valor al bipartidismo por la obligada necesidad de contar con los escaños del PSOE para sacar adelante determinadas decisiones legislativas. Rivera no va a entrar en colisión por este asunto de momento, al menos hasta que las encuestas no le obliguen a cambiar de estrategia. Y al PP también le interesa sostener el pacto con la formación naranja para mantener viva la idea de que apuesta firmemente por la estabilidad. El pacto con Ciudadanos es, además, su principal, el único, mecanismo de presión sobre la dirección socialista para que colabore en que se puedan aprobar iniciativas que exigen de su apoyo. Si el acuerdo de investidura se quebrase, la legislatura dejaría de tener inmediatamente margen para seguir adelante.