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Puigdemont anuncia un referéndum unilateral para salvarse ante la CUP

Programa una votación de autodeterminación tras la Diada del 11 septiembre de 2017

El presidente catalán, Carles Puigdemont, durante su intervención en el debate de la cuestión de confianza
El presidente catalán, Carles Puigdemont, durante su intervención en el debate de la cuestión de confianzalarazon

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha anunciado hoy su intención de convocar un referéndum sobre la independencia de Cataluña, con o sin el aval del Estado, para la segunda quincena de septiembre.

La CUP quería un presidente de la Generalitat distinto a Artur Mas y obtuvo a Carles Puigdemont. No quería, sin embargo, su proyecto de Presupuestos para 2016 y tumbó las cuentas en junio, cuando apenas se cumplían cinco meses de legislatura. El bloque soberanista entró en crisis, pero la CUP ofreció una solución: convocar un referéndum unilateral de independencia para recomponer las relaciones. Después de varias semanas estudiando el asunto, Puigdemont ha accedido a ello. Lo solemnizó ayer en el Parlament durante su intervención en el Pleno de la cuestión de confianza, que utilizó para concretar el desenlace del proceso soberanista y contentar así a la CUP. «La resolución de la demanda catalana se hará de esta manera: o referéndum o referéndum. Lo repito: o referéndum, o referéndum», anunció.

No aclaró, sin embargo, cómo hará posible esta votación (los referendos son competencia exclusiva del Estado). Insistió en que está dispuesto a negociar los términos del referéndum con el Gobierno, pero no detalló el plan B, es decir, cómo materializarlo de forma unilateral en el previsible caso de que el Tribunal Constitucional (TC) lo anule. «Estaremos preparados y a punto de subir el último escalón antes de proclamar de manera efectiva la independencia de Cataluña y, a mucho estirar, convocar un referéndum para la segunda quincena de septiembre de 2017», dijo.

El anuncio de Puigdemont satisfizo a la CUP, que hoy le dará sus diez votos en el Parlament para superar la cuestión de confianza, un trance parlamentario inédito en la historia de Cataluña. «El presidente de la Generalitat está en plena sintonía con lo que nosotros venimos planteando cuando esgrime referéndum o referéndum», celebró la diputada de la CUP Anna Gabriel.

Ahora se abren enormes interrogantes sobre la eficacia jurídica del referéndum. Numerosos dirigentes de la nueva Convergència no esconden los riesgos que entraña esta iniciativa, ya que podría convertirse perfectamente en un simulacro semejante al del 9-N, cuando se llevó a cabo una consulta sin garantías y con la única participación de los catalanes independentistas.

El único detalle que avanzó Puigdemont es quiénes se encargarán de diseñar el referéndum en el Govern. Serán el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, en su calidad de presidente de la comisión interdepartamental de impulso de autogobierno, y el conseller de Asuntos y Relaciones Institucionales, Exteriores y Transparencia, Raül Romeva, como responsable de la participación.

Presupuestos o elecciones

Antes de anunciar su disposición a entregarse a los planes de la CUP, el presidente de la Generalitat trató de esconder sus debilidades lanzando varias advertencias a la formación antisistema. La principal consistió en asegurar que está dispuesto a liquidar la legislatura en el caso de que la CUP vuelva a tumbar sus Presupuestos. «O se aprueban los presupuestos que ultima el vicepresidente Junqueras y podemos, por tanto, encarar el tramo final de la legislatura, o haré uso de las facultades que tengo para convocar elecciones. Aconsejo, por tanto, que quien no tenga ninguna intención de aprobar los Presupuestos, mejor que nos ahorre la duda y el tiempo y mañana (por hoy) no me otorgue la confianza que reclamo», afirmó Puigdemont en un mensaje dirigido a los antisistema.

Pero la CUP no se dejó impresionar por estos avisos y evitó comprometerse a aprobar los presupuestos. Anna Gabriel insistió en este punto en que lo crucial es gobernar bien, revertir los recortes y dar prioridad a la redistribución de la riqueza.