Política

El desafío independentista

Puigdemont o el holograma de 250.000 euros

El ex presidente tiene previsto irrumpir en la campaña mediante la tecnología del holograma, tal y como hizo Mélenchon en las presidenciales francesas. Hasta el momento, su estrategia ha consistido en grabar mensajes y en aparecer en los actos mediante videoconferencias en directo

Carles Puigdemont, ayer en conexión desde Bruselas con la sede de su partido en Bareclona
Carles Puigdemont, ayer en conexión desde Bruselas con la sede de su partido en Bareclonalarazon

El ex presidente tiene previsto irrumpir en la campaña mediante la tecnología del holograma, tal y como hizo Mélenchon en las presidenciales francesas. Hasta el momento, su estrategia ha consistido en grabar mensajes y en aparecer en los actos mediante videoconferencias en directo.

Un rumor –sólo es un rumor– protagoniza los mentideros de la política catalana desde hace días: «Puigdemont regresará a Cataluña poco antes de las elecciones para que lo detengan». Sin embargo, uno de los abogados del ex presidente de la Generalitat, el letrado Jaume Alonso Cuevillas, desmintió recientemente esta hablilla y aseguró que Puigdemont permanecerá en Bélgica junto a los cuatro ex consellers que le acompañan (Toni Comín, Clara Ponsatí, Lluís Puig y Meritxell Serret) al menos «hasta el 21 de diciembre» (día de las elecciones) y añadió que es posible que prolongue su periplo hasta «mediados de enero». Su partido, el PDeCAT, y su candidatura, Junts per Catalunya, han diseñado toda la campaña con la previsión de que Puigdemont permanecerá en Bruselas los próximos 15 días (comienza el martes a las 0:00 horas) y su estrategia consiste en potenciar su presencia mediante vídeos grabados y mediante videoconferencias en directo.

La precampaña ha servido para ensayar estos recursos. Sin ir más lejos, ayer mismo Puigdemont realizó una de sus videopresencias durante el acto de inauguración de la sede electoral de Junts per Catalunya. Lo hizo en directo con el propósito de cargar contra la aplicación y contra los aplicadores del artículo 155. «Pido al tripartito del 155 que se abstenga de tomar decisiones que puedan comprometer la legislatura del futuro Govern», dijo en alusión a PP, PSOE y Ciudadanos.

Pero el verdadero golpe de efecto llegará cuando Puigdemont siga los pasos de Jean-Luc Mélenchon (candidato de la izquierda radical en las últimas elecciones presidenciales francesa) e irrumpa en los actos de campaña mediante holograma. Mélenchon protagonizó varios mítines simultáneos gracias a esta tecnología. El asombroso invento –con un coste que asciende hasta los 250.000 euros por mitin– no ayudó al francés a clasificarse para segunda vuelta de las presidenciales, ya que Mélenchon, líder de Francia Insumisa, fue cuarto con el 19,5% de los votos por detrás de Emmanuel Macron, Marine Le Pen y François Fillon.

Lo cierto es que Junts per Catalunya piensa fiar toda su estrategia al tirón de Puigdemont, un hombre que jamás se ha batido en unas elecciones catalanas, ya que en 2015 fue número por la provincia de Gerona. Su partido, el PDeCAT, ha concluido que no tiene nada mejor a su alcance que Puigdemont y, por tanto, piensa dejar en sus manos el grueso de la campaña pese a las contradicciones que se están produciendo entre la dirección neoconvergente y el candidato.

Consideran en el PDeCAT que no hay mejor baza electoral que Puigdemont y, por eso, piensan explotarla tanto como puedan. El ex president busca entrevistas internacionales infatigablemente, sea con medios rusos, israelís, belgas o franceses. Todos valen porque sus declaraciones permanecen bajo la lupa continua de los medios españoles y, en concreto, de los catalanes. Estos últimos son, precisamente, los que más acceso tienen a Puigdemont. Todos los medios afines a la línea soberanista desfilan escalonadamente a Bruselas para entrevistar al candidato.

hoy, cita ante la justicia

Hoy será un día especial porque el ex president y los cuatro ex consellers huidos a Bélgica serán interrogados por el juez que decidirá su posible extradición a España durante una sesión que, probablemente, se alargará durante toda la jornada. Será la segunda vez que los acusados acudan ante la Cámara del Consejo, el tribunal de primera instancia, aunque en la primera ocasión el juez tan sólo escuchó los argumentos de la Fiscalía de Bruselas y no tuvo la ocasión de oír a los letrados defensores de los miembros del depuesto Govern.

Los abogados de Puigdemont tienen previsto sustentar la defensa de su cliente en una doble estrategia: asegurar que en España la Justicia no es independiente del poder político e intentar demostrar que no existe una equivalencia clara entre los cuatro cargos esgrimidos por la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela (prevaricación, malversación de fondos públicos, rebelión y sedición) y la Justicia belga .El pasado 17 de noviembre, la Fiscalía belga descartó el paralelismo entre el delito de prevaricación en los dos ordenamientos jurídicos, aunque dio por válido el de malversación. En cuanto a los cargos más graves, el de rebelión y sedición, la Fiscalía considera que existe una equivalencia clara en el código penal belga bajo el epígrafe de «coalición de funcionarios». Según ha informado la Fiscalía, al término de los interrogatorios se conocerá la fecha en la que se sabrá el veredicto del juez, aunque también se podría optar por una nueva comparecencia de los acusados antes de tomar una decisión. Las partes tienen 24 horas para imponer un recurso, en este caso es la Fiscalía belga la que actúa de parte de la Justicia española. Paul Bekaert, el abogado de Puigdemont, es conocido por haber defendido en el pasado a miembros de la banda terrorista ETA y por su especial habilidad para utilizar todos los resortes en aras de dilatar todos los plazos posibles. Tras la sentencia del juez de primera instancia, es posible recurrir a otros dos tribunales antes de que se produzca el veredicto final. En casos extraordinarios, el proceso de extradición podría dilatarse hasta 90 días.