Cataluña

Puigdemont prepara ya unas falsas constituyentes tras el 1-O

El Govern tramita la compra de material electoral para dar salida a sus planes soberanistas. El 8 de agosto es la fecha límite de Puigdemont para convocar unas autonómicas si el propósito es que haya comicios el 1 de octubre, fecha del presunto referéndum.

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ayer en el Palau
El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ayer en el Palaularazon

El Govern tramita la compra de material electoral para dar salida a sus planes soberanistas. El 8 de agosto es la fecha límite de Puigdemont para convocar unas autonómicas si el propósito es que haya comicios el 1 de octubre, fecha del presunto referéndum.

Si por algo se caracteriza el proceso soberanista es por generar incertidumbres y suspicacias a partes iguales, sobre todo desde que la Generalitat ha optado por poner sordina a sus maniobras con el referéndum para esquivar las actuaciones del Estado. «No seamos ingenuos, no enseñemos todas las cartas», repite últimamente el portavoz del Govern, Jordi Turull, para justificar la opacidad de sus movimientos respecto a las urnas. En este contexto, ayer apareció publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el proceso administrativo de la Generalitat para la compra de material electoral (sobres, papeleletas, manuales para las mesas y otros impresos) para unos futuros comicios autonómicos, lo cual provocó recelos.a

¿Se prepara Carles Puigdemont para convocar unas elecciones anticipadas? ¿Pretende el Govern camuflar el material electoral del referéndum con material de unas elecciones convencionales? Tanto el Govern como los partidos que lo apoyan se apresuraron a rebajar las suspicacias y a recordar que la hoja de ruta soberanista prevé unas elecciones de tipo constituyente tras la celebración del referéndum. Desde el Palau de la Generalitat se subrayó que el proceso publicado en el BOE tan solo es una homologación de empresas fabricantes de material electoral y no una compra (cuyo importe ascenderá a 897.000 euros cuando se culmine). Y desde ERC recordaron que va a haber elecciones «en los próximos 12 meses, seguro», ya que la estrategia independentista contempla la próximas convocatoria de unas elecciones «constituyentes» si gana el «sí» a la independencia en el referéndum y unas elecciones autonómicas si vence el «no» en el referéndum del 1 de octubre.

Lo cierto es que todo presidente de la Generalitat guarda celosamente una de sus mayores potestades, que es la de convocar elecciones anticipadas, una competencia exclusiva que no requiere ningún tipo de aval externo para ejercerse. Puigdemont ha prometido urnas, colegios y papeletas el 1 de octubre y la forma más segura que tiene para cumplir este compromiso es la celebración esa día de unas elecciones autonómicas. Este plan comportaría liquidar la legislatura en la primera de semana de agosto con el objetivo de que el decreto de convocatoria de elecciones saliera publicado el 8 de agosto en el Documento Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC). Esa es la fecha límite, ya que la ley electoral española –Cataluña no tiene una norma propia debido a la histórica falta de consenso en este ámbito– prevé un espacio mínimo de 54 días entre la convocatoria y la celebración.

PP y Ciutadans dieron por seguro que el Govern se prepara para unas elecciones autonómicas, ya que, en su opinión, el proceso soberanista se dirige hacia un callejón sin salida.En este sentido, el presidente del PP catalán, Xavier García Albiol, celebró que la Generalitat esté poniendo en marcha la maquinaria para unas elecciones autonómicas, ya que cree que significa que la legislatura llega a su fin y que «es lo que tocaba de una vez por todas».
«Las únicas papeletas y urnas que se van a poner en Cataluña van a ser para celebrar unas elecciones autonómicas», dijo, y aseguró que no habrá urnas, censo ni reconocimiento electoral para un referéndum porque está convencido de que el Gobierno no permitirá que se celebre el 1-O.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, por su parte, se mostró convencido de que «todo esto acaba en elecciones autonómicas», pero exigió a la Generalitat que sea transparente y deje de bosquejar con sus planes. «Si van a comprar papeletas y urnas para celebrar elecciones autonómicas, que lo digan, que digan abiertamente que las van a convocar. No pasa nada, si todos sabemos que han fracasado, si lo saben ellos también, si están divididos, si los propios separatistas están huyendo del Govern», afirmó.

Más escéptico se mostró el PSC, que evitó realizar pronósticos sobre la compra de material de electoral. Su secretario de organización, Salvador Illa, se limitó a comentar que si Puigdemont está preparando unas elecciones anticipadas le parece «un acto de normalidad» y tan sólo realizó una censura preventiva para comentar la posibilidad de que este proceso administrativo sea «una argucia» para impulsar el referéndum. «No lo veríamos con buenos ojos», dijo Illa.

Las argucias

Lo que el PSC denominó «argucia» sería tanto como el fin de la legislatura, ya que la CUP han advertido con toda contundencia que el referéndum no se puede reemplazar por unas elecciones con «algún adjetivo» (refrendarias). Puigdemont, por su parte, insiste a diario en que consumará la votación en los términos comprometidos a pesar de los obstáculos que pueda encontrar en los funcionarios y en las resoluciones judiciales.

«Que sigan instrumentalizando los tribunales, que nosotros seguiremos impulsando la hoja de ruta hacia la independencia y seguiremos adelante a pesar de las amenazas y los obstáculos», aseguró el portavoz de ERC, Sergi Sabrià, que añadió que el referéndum es «imparable».

Con respecto a la homologación de las empresas a las que la Generalitat encargará las papeletas y sobres electorales, el portavoz de ERC lo desvinculó del referéndum: «Se trata de algo que ya han hecho otras comunidades, y tiene como finalidad agilizar los procesos electorales». Con estas explicaciones, el dirigente republicano evitó líos innecesarios con las instituciones del Estado y fue fiel al planteamiento de «no enseñar cartas».