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Rajoy apoya a la presidenta de Madrid para calmar al PP

Lidera el cierre de filas ante las acusaciones de corrupción, mientras en el partido molestan las insinuaciones del «fuego amigo».

Mariano Rajoy, ayer en el Congreso de los Diputados
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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, trasladó personalmente su respaldo a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, tras conocerse el informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) que cuestiona su papel en las adjudicaciones de la Asamblea regional. También ratificó este rotundo apoyo en público durante la bronca sesión de control al Gobierno en la que el jefe del Ejecutivo lideró el cierre de filas frente a los reproches de corrupción de la oposición. Un Pleno mimético del que se celebró el pasado miércoles y en el que los ministros tuvieron que defenderse de la cascada de preguntas sobre Lezo, Púnica o la presunta financiación irregular del PP. Rajoy reiteró su apoyo a su ministro de Justicia, Rafael Catalá y a la cúpula fiscal reprobada por la Cámara, atribuyendo la presión socialista a su lío interno y a las primarias. Categórico fue también ante la pregunta de si confía en la presidenta madrileña, después de que la UCO la ligue en un informe con la financiación ilegal del PP. «Absolutamente», sentenció el presidente. Rajoy media así en un contexto político en el que se cruza el discurso oficial del Gobierno y del partido, que simpatiza con la estrategia de defensa de Cifuentes, y hasta la hace suya, con la preocupación en las filas populares por el «golpe» que supone que en el actual clima político se alimenten las dudas sobre la figura de quien es sostén del discurso de la nueva etapa y de la regeneración del PP madrileño.

La dirección popular comparte las críticas de Cifuentes al informe de la Guardia Civil e insiste en que su función es relatar hechos, y no imputar delitos. Sostiene que se ha llegado a un momento «en el que todo vale» y que hace falta «poner orden». «Se está actuando con demasiada ligereza. La Guardia Civil no está para imputar delitos, eso es función del juez. Y lo sumarios secretos no pueden estar todo el día alimentando la crónica política», añaden. Desde Génova admiten, al tiempo, que lo tienen muy complicado desde el punto de vista político e informativo cuando la agenda está marcada «por las horas de grabaciones de un sumario secreto que todavía desgraciadamente pueden dar para mucho». Cierta resignación que contrasta con la preocupación interna. En paralelo, en el partido hay voces que sí discuten algunos de los ejes de la estrategia de defensa de Cifuentes. Molestan las insinuaciones de que, tras la supuesta conspiración, puede haber «fuego amigo», y también advierten del riesgo de «embestir» contra los informes de la UCO. «Hay que cuidar los matices. Las instituciones tienen que ser salvaguardadas y aunque se pueda compartir su enfado con la situación no podemos sostener un discurso que nos reste credibilidad. Los informes de la UCO no pueden ser buenos si nos dan la razón y malos si nos la quitan», segun un barón regional.