Reforma constitucional

Rajoy descarta impulsar la reforma constitucional del PSOE

Moncloa sostiene que el problema catalán no puede hacer saltar los equilibrios autonómicos.

La Razón
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Moncloa sostiene que el problema catalán no puede hacer saltar los equilibrios autonómicos.

Hoy es el día en el que el PSOE de Pedro Sánchez presentará su camino particular para hacer frente al desafío independentista. De lo que se conoce, apunta a la reforma constitucional, inversiones y más competencias. Hasta ahora el Ejecutivo ha preferido no elevar el tono contra la decisión socialista de romper la unidad de acción frente al problema catalán. Pero el guión no se comparte, especialmente en lo que toca a la reforma constitucional.

El Ejecutivo no ve salida a la propuesta socialista, y es tan escéptico que incluso duda de que el ruido acabe concretándose en algo a partir de septiembre porque necesita el apoyo de otros partidos y PSOE y Ciudadanos (Cs) defienden «como mantra una reforma de la Carta Magna pero sin denominadores comunes».

Si se crease el grupo de trabajo para estudiar esta reforma, el Gobierno participará de los trabajos. Pero la larga entrevista entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y Sánchez no ha hecho que el jefe del Ejecutivo modifique su postura en contra de este debate porque «no hay consenso de salida y llegada» «Y, además, Podemos quiere hacer un referéndum se apruebe lo que se apruebe y con eso Puigdemont se frota las manos», advierten. En Moncloa creen que los partidos de la oposición «son como niños, que juegan con la Constitución en función de sus intereses particulares». «Los políticos incapaces anuncian una reforma constitucional cuando no saben qué proponer. Estamos cansados de anuncios que no llegan a ninguna parte», argumentan. La reforma constitucional exige los votos del PP para poder prosperar. En relación a Cataluña el Gobierno no va a dejar de sostener el discurso de que sigue dispuesto al diálogo, pero en esta etapa del desafío considera que no hay margen para negociar ni para dialogar con un Gobierno catalán «abierto en canal y en guerra». «No hay interlocutor, y si Pedro Sánchez cree que va a desactivar la explosión independentista con una reforma de la Constitución o cediendo más competencias a la Generalitat es que no está entendiendo nada del problema», aseguran en la cúpula popular. También es cierto que los mismos interlocutores aceptan que después del 1 de octubre empezará una nueva etapa y que el presidente del Gobierno tendrá también que jugar otro partido y estará obligado a poner encima de la mesa nuevas iniciativas. Hasta dónde llegue dependerá de la interlocución y, sobre todo, del resultado de las próximas elecciones autonómicas catalanas. Rajoy no se anticipa a escenarios, pero en medios populares advierten de que Cataluña no es una pieza que se pueda manejar sin tener en cuenta «el conjunto». Las repercusiones en el mapa territorial de cualquier cambio que se pueda hacer en la relación bilateral del Estado con la Generalitat.

«Algunos parece que se olvidan de que hay un juego de equilibrios que si se rompe, puedes no arreglar un problema y abrirte otros. La financiación, por ejemplo, no puede resolverse si tener en cuenta a las demás comunidades autónomas. A estas alturas del desarrollo del Estado de las Autonomías eso es imposible. Y los primeros en rebelarse serían los “barones” socialistas. Aquí nadie está explicando cuáles son las consecuencias de hacer cambios nominativos. ¿Qué implicaría para Cataluña lo de la España plurinaciona? Porque el problema ya no es sólo cómo nos llamamos sino los efectos que de eso se derivan», continúan argumentando en Moncloa.

Único camino

Rajoy se mueve con la seguridad de que el independentismo pierde esta batalla del 1 de octubre. La radicalización y la «chapucería» se los «está llevando por delante». «Vamos a ver quién se salva y quién es el próximo interlocutor. En función de eso habrá que decidir cómo se siguen jugando las cartas», apuntan.

Esta mañana será el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, el que dé réplica al documento unilateral de propuestas que presentará el PSOE para desatascar la crisis catalana. En público hasta ahora no han levantado la voz, pero en privado sí se quejan de que el PSOE haga también política de partido con el tema catalán. El Gobierno incidirá en que por su parte el jefe del Ejecutivo sigue contando con el líder socialista para hacer cumplir la ley en Cataluña, y en que Rajoy continuará consensuando con los partidos constitucionalistas las decisiones futuras que tenga que impulsar para responder a las decisiones de la Generalitat. «Ahora mismo no hay varios caminos, hay sólo uno y lo saben Pedro Sánchez y Albert Rivera».