Gobierno de España

Rajoy frena el deseo de Wert de recibir la embajada en la OCDE

El presidente del Gobierno, ayer, durante su intervención en la Cumbre Europea de Bruselas
El presidente del Gobierno, ayer, durante su intervención en la Cumbre Europea de Bruselaslarazon

Defiende la continuidad del resto de su Gobierno porque no piensa cambiar las políticas que han permitido la recuperación.

José Ignacio Wert ha conseguido forzar el cumplimiento de su deseo de abandonar el Gobierno, aunque sólo queden cinco meses para las elecciones generales. Pero no se va con lo que quería, la designación de embajador ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). De momento, Rajoy ha decidido frenar ese nombramiento porque es consciente de las críticas internas a la gestión de este cese que se están produciendo dentro de su partido y por parte de otros ministros. Y porque también asume que la imagen que traslada a la opinión pública no es, precisamente, la más adecuada para conectar con las exigencias del mantra de la «nueva política» y para conectar con algunas de las exigencias hacia los políticos que la crisis ha dejado impresas en la ciudadanía.

La sensación que trasladan desde el entorno del presidente es que Rajoy está valorando el coste de esa decisión, y algunos de sus colaboradores hoy se inclinan más por la tesis de que no le va a dar ese «premio». «El cabreo ha sido grande y está el foco encima, tal vez cuando baje», sentencian en Educación, con prudencia.

La pretensión de Wert es ésa, pero dárselo ahora es un problema, según reconocen en Educación. Por cierto, había más aspirantes a recibir ese cargo con piso en el centro de París, muy bien remunerado y con otros importantes privilegios. Y ahí el dedo apunta hacia el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, como otro de los que se han postulado para ganarse esa salida. En lo que afecta al ex ministro, lo que ha trasladado a Rajoy es que él se merecía esta consideración por el coste que ha supuesto para él, en lo profesional y en lo personal, la gestión de la cartera de Educación en una etapa marcada por la necesidad de ajustes del gasto público. Pero en las filas populares hay también la sensación contraria, la de que Wert, el ministro peor valorado según el CIS, no ha ayudado con su gestión y con sus maneras a poner en marcha la reforma educativa que planteó el PP en su programa electoral. Que él ha hecho más difícil una tarea, sin duda, complicada.

Ayer se le preguntó a Rajoy por el futuro de Wert y contestó que «no hay ninguna decisión tomada». Justificó su salida del Gobierno en un deseo personal que él le había trasladado hace tiempo, y quitó importancia a las formas en el relevo, comunicado de noche, el jueves, y desde Bruselas, donde el presidente participaba en una cumbre europea. Precisó, al respecto, que sus horarios son los que son, pero que si alguien se ha sentido molesto por ello, le trasladaba sus disculpas.

Tampoco la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aclaró si el ya ex titular de Educación logrará su deseo de conseguir el puesto en la OCDE en París. «El destino de los cesados a ellos les corresponde», sentenció tras el Consejo de Ministros.

Sáenz de Santamaría también quitó relevancia a las circunstancias del nombramiento del nuevo ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo. Mientras, Rajoy precisó que no es la primera vez que ante un ajuste en su Gobierno él no da una rueda de prensa para anunciarlo personalmente. Moncloa difundió la noticia a los medios a través de un correo electrónico de la Secretaría de Estado de Comunicación, enviado a las diez de la noche del jueves. «El presidente del Gobierno decide y comunica los nombramientos en el momento que considera oportuno», puntualizó la vicepresidenta. Y pocos minutos después, Rajoy añadió: «Uno tiene los horarios que tiene. ¡Qué quiere que le diga! Si alguien se ha sentido molesto, lo siento, pero no me parece el tema más importante de la historia».

El presidente ratificó, asimismo, que no habrá más cambios en su Gobierno hasta el final de la Legislatura porque está satisfecho con su trabajo y no tiene la intención de cambiar las políticas que han seguido hasta ahora y que han permitido poner en marcha la recuperación económica.