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Rajoy empieza sus contactos con CC a la espera de que el PSOE se aclare

Excluye en principio de la negociación la Presidencia del Congreso y presentará candidato

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoylarazon

Excluye en principio de la negociación la Presidencia del Congreso y presentará candidato

El presidente del Gobierno en funciones y candidato del PP, Mariano Rajoy, empezó ayer sus contactos con Coalición Canaria (CC) en vez de con el PSOE, como estaba en el guión con el que trabajaban incluso sus colaboradores más próximos en La Moncloa. Rajoy se reunirá el próximo martes con representantes de CC, que consiguió un escaño en las elecciones generales del pasado domingo.

De esta forma, después de una conversación con el responsable de CC en Tenerife y presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, el líder popular apuesta por abrir fuego tras las elecciones tanteando a las minorías. Es una estrategia dirigida a ir sumando apoyos que le permitan acudir a una sesión de investidura con algún «sí» o con abstenciones que engorden sus 137 escaños. Aunque para entonces no haya conseguido amarrar la abstención del PSOE o el apoyo de Ciudadanos. La alternativa a la abstención socialista exige también conseguir el apoyo del PNV.

Los nacionalistas vascos y CC ya fueron socios del PP durante la primera legislatura de José María Aznar, en 1996. La dirección del PP tiene buena relación con el «aparato» de CC, y, personalmente, Rajoy también la tiene con dirigentes del PNV como Íñigo Urkullu. En el caso del PNV, por medio se cruza como factor determinante las elecciones vascas de otoño, en un contexto en el que su colaboración con los socialistas está funcionando bien. Además de CC y PNV, Rajoy necesitaría a Ciudadanos y que se abstenga otro diputado más para conseguir sacar adelante la investidura si no se la facilita aunque sea pasivamente el PSOE. En cuanto a esa posible abstención socialista, en el PP, no obstante, siguen confiando en que acabará produciéndose por las tensiones internas y también por la presión externa, nacional y europea. Y si hay acuerdo con Ciudadanos, que esto sirva de efecto arrastre. De momento, la cúpula del PP ha empezado a tantear a estas dos formaciones, PNV y CC, para conocer su predisposición a permitir la formación de un nuevo Gobierno y hasta dónde estarían dispuestos a implicarse con él. Rajoy mueve sus cartas sin perder de vista que tanto PSOE como Ciudadanos serán los más combativos y los que más difícil pondrán cualquier tipo de apoyo, aunque sea la abstención. Dicen en la dirección popular que necesitan tiempo para digerir los resultados electorales y asumen, además, que apurarán hasta el último momento para desvelar sus cartas. Respecto a la llamada a Sánchez, en Moncloa sostienen que su posición no puede ser la misma que tras las elecciones del 20 de diciembre. Porque ni la situación del PP ni la de su partido son las mismas. El líder socialista se presentó en ese momento en el Palacio de la Moncloa con aquel mantra del «no es no», que no ha abandonado oficialmente hasta ahora.

Entonces el PSOE también reivindicó para sí la Presidencia del Congreso, que acabó consiguiendo gracias al apoyo de Ciudadanos. Esta vez la intención de Rajoy es presentar su propio candidato. Dicen en su entorno que el presidente en funciones no se plantea renunciar a ese puesto institucional, muy determinante en la dinámica interna del Parlamento, porque los resultados electorales «avalan que no cedan en la negociación». Rajoy no se ha pronunciado. La aritmética parlamentaria, de acuerdo con los resultados electorales, dejaría, en teoría, 4 puestos para el PP en la Mesa del Congreso, y 2 para el PSOE y otros 2 para Podemos. Sin contar con la Presidencia de la Cámara, que el PP reivindica en principio para sí. La constitución de la Mesa de la Cámara Baja dará importantes pistas de cómo van las negociaciones para la investidura. Está prevista para el 19 de julio, y la intención de los populares es que la negociación se aborde en los días previos. En la legislatura fallida, se cerró cuatro días antes de la apertura de las Cortes y, definitivamente, justo el día anterior. Para que el PP no saque adelante su candidato debería producirse un acuerdo en contra del PSOE y Podemos bajo una misma candidatura.