Barcelona

Rajoy reivindica el papel del Estado tras el 17-A

A pesar de que no ha habido comunicación con el presidente de la Generalitat, quiere mantener el mensaje de colaboración y evita abrir polémica con el papel de los Mossos en la investigación

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros en la que ha asegurado que la investigación abierta a raíz de los atentados de Barcelona y de Cambrills "sigue abierta y durará tiempo"
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros en la que ha asegurado que la investigación abierta a raíz de los atentados de Barcelona y de Cambrills "sigue abierta y durará tiempo"larazon

A pesar de que no ha habido comunicación con el presidente de la Generalitat, quiere mantener el mensaje de colaboración y evita abrir polémica con el papel de los Mossos en la investigación.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, compareció ayer de manera excepcional tras el primer Consejo de Ministros del nuevo curso político para dejar dos mensajes en vísperas de la manifestación que hoy tendrá lugar en Barcelona. Una marcha sin convocantes, en la que en su organización han participado todas las Administraciones. Y para la que el Gobierno ha movilizado todos sus recursos con el objetivo de que haya una masiva presencia institucional ante el simbolismo especial que adquiere este acto de unidad democrática precisamente en un momento político tan delicado como el que en estos momentos se está viviendo en Cataluña. La próxima semana, superada la tregua por los atentados, volverá a activarse la agenda independentista.

Rajoy usó su comparecencia para insistir en dos ideas: la de la importancia de la unidad democrática, para lo que ignoró debates abiertos y confrontaciones planteadas desde la Generalitat, y, por otro lado, dejó un rotundo mensaje de apoyo a las Fuerzas de Seguridad del Estado y a los Mossos. Esquivó en este punto los debates sobre la falta de información o los fallos en las alertas de los Mossos anteriores a la acción terrorista y habló, en positivo, de coordinación y de eficacia.

Es la línea que ha conducido la estrategia del Gobierno desde la tarde de los atentados y Rajoy no se apartó ayer de ella, echando arena sobre todas las polémicas que se han abierto. Ni el desatendido aviso de Bélgica ni los fallos en el análisis de la explosión en Alcanar, por ejemplo. Rajoy evitó detenerse en la gestión previa a los ataques y sostuvo que la coordinación del Gobierno con la Generalitat y los distintos Cuerpos de Seguridad fue fluida y constante. Aseguró que se activaron todos los protocolos, que el gabinete de crisis funcionó desde el primer momento y que no hubo problemas de información. Ha sido la propia Policía la que se ha quejado de que los Mossos no les trasladaron toda la información y también de que la baja presencia institucional del Estado, frente a la utilización propagandística de la Generalitat, no ha ayudado desde el punto de vista operativo.

Pero Rajoy evitó ese terreno para no salirse de la línea argumental de que todas las Fuerzas de Seguridad, sin excepción, cuentan con el apoyo del Gobierno y han cumplido con sus obligaciones. Desde las Fuerzas de Seguridad del Estado se ha denunciado también que los Mossos no dejaron intervenir a los Tedax de la Guardia Civil para analizar la explosión de Alcanar horas antes de que se produjeran los atentados. «Aparcar las diferencias nos hace grandes y fuertes frente a los asesinos», proclamó Rajoy.

El Gobierno quiere mantener la imagen de unidad frente al terrorismo por encima de todo, y que si alguien se sale del guión, sea el independentismo. Además, tampoco considera conveniente abrir ningún frente contra los Mossos, ni siquiera aunque entienda que hay una utilización partidista por parte de la Generalitat. Los Mossos, como policía judicial dentro de sus competencias, puede que tengan un papel decisivo en la resolución del desafio independentista y por eso desde Madrid optan por diferenciar entre la política y el plano policial.

Rajoy no ha vuelto a hablar con Carles Puigdemont desde el día en el que fue abatido el terrorista que conducía la furgoneta. Al menos según la información que manejan en su entorno cercano. Y tampoco lo ha hecho la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

El presidente del Gobierno defendió que las FSE deben contar con todos los medios para mejorar su eficacia y que aunque España ha revisado el Código Penal en dos ocasiones para combatir el terrorismo yihadista, «si es necesario se volverá a hacer en el futuro».