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Rajoy lleva el pulso hasta el final

Abre contactos con Ciudadanos para salvar la crisis de Murcia. Ofrece reeditar el acuerdo para evitar dobles elecciones. Génova asegura que «a Pedro Antonio no hay que decirle si se tiene que ir. Es un hombre de partido».

Rajoy lleva el pulso hasta el final
Rajoy lleva el pulso hasta el finallarazon

Abre contactos con Ciudadanos para salvar la crisis de Murcia. Ofrece reeditar el acuerdo para evitar dobles elecciones. Génova asegura que «a Pedro Antonio no hay que decirle si se tiene que ir. Es un hombre de partido».

La dirección nacional del PP va de la mano del presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, en la gestión de la crisis abierta a raíz de su investigación por el «caso Auditorio». Y la decisión es mantener la unidad de acción hasta el final, «seguir resistiendo día a día», y colocar el acento en el «lío» en el que, a su juicio, se ha metido Ciudadanos (Cs) y en el que «pueden meter a Murcia al provocar dos elecciones seguidas». «Su salida es entregar el Gobierno al PSOE, y someter a Murcia a un doble proceso electoral de aquí a 2019, porque así lo obliga el Estatuto y para cambiarlo sólo podrían hacerlo con los votos del PP. «Con nosotros que no cuenten», afirman en la dirección popular.

En esta crisis la cúpula popular no se enfrenta a la situación que provocó su choque con la ex alcaldesa de Valencia Rita Barberá, fallecida de un infarto el año pasado mientras estaba abierta una causa que le afectaba en el Tribunal Supremo. Génova pedía un paso atrás y Barberá se resistió a darlo hasta el último momento en defensa de su presunción de inocencia, dentro de la investigación por presunto blanqueo de capitales del PP en el Ayuntamiento de Valencia en su etapa como primera edil. A diferencia de ese caso, aquí Génova y Pedro Antonio Sánchez van de la mano. Y la cúpula popular sostiene que sabe que el presidente de Murcia dará ese paso atrás antes de que la crisis generada por su situación judicial llegue a perjudicar al partido.

«No hay enrocamiento. Hay decisiones compartidas y justificadas en el principio de la presunción de inocencia. Él es un hombre de partido y no hay que decirle lo que tiene que hacer. Lo sabe», sentencian en la cúpula popular, desmintiendo diferencias de opinión con la organización regional o que Rajoy esté pensándose en retirarle el apoyo a su «barón».

La estrategia es resistir hasta el último momento, hasta que se vote la moción de censura presentada por el PSOE. De la que ayer decían que «se tambalea» porque el partido de Albert Rivera tiene muy difícil explicar que entrega el Gobierno al PSOE, teniendo en cuenta el reparto de fuerzas en Murcia, y que el PP se quedó en las últimas autonómicas a un escaño de la mayoría absoluta. El camino que plantea Rivera le obliga a depender de Podemos y a hacer presidente a una figura como la de Rafael González Tovar, que «está desgastada incluso dentro del PSOE».

Además, la facultad de convocar elecciones es una prerrogativa que compete exclusivamente al presidente autonómico, por lo que Rivera está obligado a valorar el riesgo de darle un cheque en blanco, sobre el compromiso de unas futuras elecciones, que habrá que ver cuándo y cómo las convoca el PSOE una vez que llegue al poder. Todos estos factores suman en la decisión de Rajoy de mantener el apoyo al presidente de Murcia. Y aprovechar el tiempo que queda hasta que se vote la moción socialista para intentar que Cs rectifique o sufra «el máximo desgaste». Es un pulso, en el que Rivera presiona a los populares negociando con el PSOE, y en el que éstos presionan a su vez a Ciudadanos colocándoles ante el espejo de las consecuencias de forzar la salida de Pedro Antonio Sánchez del poder.

Evidentemente, en la dirección popular son conscientes de que «el escenario no puede ser más endiablado», y también han valorado la posibilidad de que el presidente murciano tenga que dar un paso atrás si la moción puede prosperar, lo que haría en el momento en el que se vote. Esto obligaría, como adelantó este periódico, a que la presidenta de la Asamblea abra consultas con los grupos y el PP podría presentar otro candidato, lo que siempre ha reclamado Rivera.

A medida que se ha ido alejando la posibilidad de que el juez resuelva antes de que se vote la moción de censura en el PP han ido asumiendo la idea de que en el último momento podrían tener que acabar cediendo en su defensa del presidente de Murcia. Y a partir de asumir esa premisa, «las decisiones tienen como objetivo remar a favor con vistas a las próximas elecciones», argumentan fuentes populares. Por eso incluso manejan como posibilidad la idea de colocar a un candidato alternativo en la votación de la moción de censura, si es que ésta puede prosperar, pero que fuese sólo una opción temporal, de tal manera que si Pedro Antonio Sánchez es absuelto, como él sigue sosteniendo que ocurrirá, pueda aprovechar esta «zancadilla» para «ir disparado como un misil en las próximas autonómicas». Para ello es condición necesaria que se archive la investigación en el «caso Auditorio» y no prospere en el Tribunal Superior de Justicia de Murcia la petición del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco para que se le investigue dentro de la trama Púnica.

Génova mantiene contactos con el secretario general del Cs, José Manuel Villegas. Conversaciones que esperan que se retomen esta semana, bajo la oferta popular de reeditar el acuerdo que en Murcia firmaron con la formación naranja. La crisis tiene su origen en el compromiso por el que el presidente regional se comprometía a dejar su cargo en el caso de que resultara imputado en un proceso judicial. Cs sostiene que ya lo está al ser investigado (figura que sustituyó a la imputación), mientras que el PP pide que se respete la presunción de inocencia y se espere a la apertura del juicio oral.

En la gestión de esta crisis Rajoy ha primado por encima de cualquier otra consideración la presunción de inocencia, anteponiéndola incluso a sus compromisos con Cs. Ayer, el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maíllo, instó a Ciudadanos a tener en cuenta que su propuesta supone dos elecciones en año y medio, las derivadas de la moción de censura, y las que tocan en mayo de 2019, y demandó a Rivera que respete la voluntad de los ciudadanos y «el Estado de Derecho, que es una esencia fundamental de la democracia». «Deben volver al sentido común y al diálogo con el partido que ganó las elecciones en Murcia y ser coherentes con su compromiso con la estabilidad», argumentó.