Barcelona

Rajoy no dejará que PSOE y C’s negocien su renuncia

El PP asume que no habrá gran coalición porque Sánchez no va a dejar gobernar a la lista más votada pese a que ahora «enrede»

Mariano Rajoy con Xavier García Albiol y Alicia Sánchez Camacho durante la clausura de la conveción sobre el "pacto por el fortalecimiento institucional"
Mariano Rajoy con Xavier García Albiol y Alicia Sánchez Camacho durante la clausura de la conveción sobre el "pacto por el fortalecimiento institucional"larazon

Asume que boicotearán la gran coalición pero quieren responsabilizarle de ir a elecciones w Sánchez no se reunirá personalmente con el líder del PP

Mariano Rajoy cree que ha llegado su momento de «consolidar posiciones» mientras Pedro Sánchez ve cómo se cae el castillo sobre el que ha sostenido la expectativa de su investidura como presidente del Gobierno. Quedan tres semanas hasta que se convoquen elecciones y si se cumple lo que prevén en Génova, unos nuevos comicios, este tiempo será «la oportunidad» –dicen– para que Rajoy recupere el protagonismo que cedió al líder socialista al no presentarse a la investidura. Ésa es la confianza con la que trabajan en la dirección popular.

La cúpula del PP lleva semanas insistiendo en que había que esperar a que terminase el proceso para hacer una valoración de las decisiones de unos y de otros y que sólo entonces se podrían juzgar los aciertos y desaciertos y el coste que éstos podrían tener ante la opinión pública. Y después del «golpe» que Podemos dio el viernes en la mesa, tanto en Moncloa como en Génova se relajan un poco y toman oxígeno. De momento, ganan tiempo y espacio en el debate político. Ven alejarse el peor de los escenarios al que se podrían enfrentar, un Gobierno de Sánchez con Albert Rivera bajo la pancarta de la centralidad, y con la abstención de Podemos. En ese marco Rajoy habría tenido serias dificultades para presentarse como única alternativa frente a la radicalidad y, en consecuencia, para mantener el liderazgo del partido.

Rajoy se posicionó desde el primer momento al frente de los que dentro de su partido se inclinaron por sostener que la aritmética sólo permitía desbloquear la situación con un acuerdo entre PSOE y PP, y que si no habría de nuevo elecciones. Ahora llega el momento de librar el pulso con Pedro Sánchez para ver quién aparece como menos responsable del bloqueo político. Ante la perspectiva de que se abran los contactos con PSOE y Ciudadanos, la posición de la dirección popular sigue siendo la misma, y sostienen que no la variarán. Rajoy acepta negociar un nuevo acuerdo de gobierno, pero que respete que el PP fue la lista más votada y, por tanto, el que debe ostentar la Presidencia del Gobierno. Ese nuevo Ejecutivo podría incorporar a PSOE y Ciudadanos, «pero presidido por Rajoy». Y aunque Rivera insiste en rechazarle a él como candidato a la Presidencia del Gobierno, en Génova también insisten formalmente en que eso sigue estando fuera de la discusión. En cualquier caso, internamente dan por hecho que la gran coalición no se va a materializar en esta Legislatura.

«Por más que enrede, Sánchez no va a dejar gobernar a la lista más votada. Quiere quitarse su responsabilidad de bloquear el acuerdo. Pero él ha sido el que vetó desde un primer momento la negociación. Estamos dispuestos a negociar y a ceder, a buscar un programa de gobierno de coalición, pero no a que nos cambien a nuestro candidato ni a que Rivera nos utilice para corregir su error de echarse en brazos de Sánchez para secundar un programa que sólo plantea derogar todas nuestras reformas», alega un «fontanero» de Moncloa.

Si se confirma que éste es el final anticipado de la Legislatura el presidente del PP habrá conseguido imponer una vez más su particular manera de gestionar las dificultades sin dejarse llevar por los nervios de la mayoría de los suyos. Un veterano dirigente popular, que todavía tiene responsabilidades orgánicas, lo describe gráficamente: «Rajoy deja que el adversario golpee y golpee al aire hasta que acaba cayendo por un error propio mientras él observa».

La posibilidad de un adelanto electoral abre a Rajoy una segunda oportunidad para intentar llegar a la Presidencia del Gobierno, después de que los resultados de diciembre no le hayan bastado para conseguirlo en esta Legislatura. Es una segunda vuelta en la que el PP confía en mejorar posiciones, aunque sea discretamente, y de la que espera, sobre todo, que sirva para poner fin a los intentos de excluir del Gobierno a la lista más votada. Ése será uno de sus grandes argumentos electorales. Pero un importante escollo sigue siendo Albert Rivera. Dentro del PP están los que confían en que unas nuevas elecciones le obligarán a rectificar y a apartarse del PSOE. Pero también los hay más escépticos, que dudan mucho de que Rivera vaya a hacer presidente a Rajoy. Aunque ya ha rectificado su discurso en cuestiones importantes, como su promesa de diciembre de respaldar a la lista más votada, en el PP se malician que será difícil que modifique su discurso de exigir la retirada de Rajoy como condición para darles su apoyo. Por tanto, Rajoy repetirá como candidato y en el PP no está abierto, de momento, ningún debate al respecto. Pero sí hay quienes creen que después de unas nuevas elecciones, salvo que ellos mejoren sustancialmente sus posiciones, y Rivera no, el líder de Ciudadanos puede volver a tener la tentación de agitar esa bandera en la negociación postelectoral. Todo dependerá del resultado de esos comicios, si llegan, como a día de hoy todo apunta, a celebrarse.

«La solución es una gran coalición»

El día en que las portadas de las principales cabeceras del país anunciaban que Pedro Sánchez ha fracasado en su intento de formar un Gobierno progresista, Mariano Rajoy tendió la mano al PSOE para negociar una gran coalición liderada por el PP. Lo hizo en un acto en Barcelona, junto a los pesos pesados del partido, pensado para enviar a la ciudadanía una imagen seria y responsable del PP. «Nosotros no hemos participado en ningún juego, ni hemos convertido la política en un espectáculo», reprochó al PSOE y Ciudadanos. Pero pese a esta y otras recriminaciones a los socialistas, les invitó a negociar una gran coalición como las que gobiernan en 15 de los 28 países de la Unión Europea, como Alemania y Austria. Eso sí, dio a entender que no dará un paso atrás como hizo Artur Mas. «Hay otras actividades más tranquilas, pero vamos a seguir dando la batalla política», aseguró. Para convencer a Sánchez, apeló a que el 20-D se apostó por que los políticos pactaran y que el único acuerdo capaz de ofrecer un gobierno estable y confianza a los mercados es una coalición PP-PSOE, a la que puede sumarse C’s si quiere.