Videos

Rajoy mantiene su rumbo y fija para 2014 la creación de empleo

Exige a sus «barones» apoyo y colaboración con la reforma de la financiación ante el malestar por sus gestos con Artur Mas

La Junta Directiva Nacional del PP, reunida hoy en Madrid
La Junta Directiva Nacional del PP, reunida hoy en Madridlarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@6360e840

La Junta Directiva Nacional del PP transcurrió ayer según lo previsto. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, repasó en su intervención las principales cuestiones que marcan la agenda, principalmente para reiterar los mensajes sobre los que viene sosteniendo su discurso político y económico.

La Junta Directiva Nacional del PP transcurrió ayer según lo previsto. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, repasó en su intervención las principales cuestiones que marcan la agenda, principalmente para reiterar los mensajes sobre los que viene sosteniendo su discurso político y económico. Y no hubo debate interno. Entre los parlamentarios, cargos autonómicas y alcaldes se hacen tantas preguntas como los ciudadanos por la evolución de la economía, las consecuencias de la revisión de las previsiones macroeconómicas, la relación con Cataluña, la posición de Europa o lo que hay detrás del dinero acumulado en el extranjero por el ex tesorero Luis Bárcenas.

Pero a puerta cerrada nadie puso ningún «pero» ni presentó media enmienda. El partido escuchó a su presidente pedirle paciencia porque los efectos de la recuperación llegarán «más pronto que tarde» y transmitirle confianza en la recuperación económica pese a que el momento sea «crítico». «Estamos dando pasos en la buena dirección, y firmes. De momento, hemos evitado males mayores, la crisis soberana y financiera. De momento no se ven los efectos, pero más pronto que tarde se verán. Hay que perseverar en lo que hacemos», defendió. Mantener el actual nivel de esfuerzo permitirá «crecer con claridad, crear empleo y tener resultados tangibles» en 2014, puntualizó, sin entrar en el detalle de la corrección de las previsiones macroeconómicas que prepara su equipo económico, pero ajustándose a ese nuevo escenario. Ya el Gobierno no apunta al último trimestre del año para la recuperación, sino que se mira en el «espejo» de 2014.

Y dentro de la estrategia de mantener la puerta abierta al optimismo, esperando quizás con ello atraer la confianza, el presidente se quedó ayer con los datos positivos que «se perciben en el terreno económico», entre ellos, el «notable» aumento de las exportaciones, una balanza comercial favorable respecto a la zona euro, la reducción del déficit o la compra de deuda pública española por parte de los inversores extranjeros. También defendió sus reformas, que seguirán, y especialmente la reforma laboral. «No creó empleo, pero ha evitado destruir mucho. En cuanto España recupere la actividad económica, [la reforma] va a provocar una creación de puestos de trabajo muy importante», manifestó.

El único que pidió la palabra fue el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, y para hablar de «su libro», según la descripción de uno de los asistentes. Él tampoco le puso voz al malestar y a los recelos de los presidentes autonómicos con los gestos del Gobierno de Rajoy en favor de la Generalitat de Cataluña ni dio nombre a sus exigencias en materia de financiación. Justo al terminar la reunión, sí hubo «barones» que antes de abandonar Génova dejaron caer a los periodistas sus demandas y sus quejas con respecto al actual modelo financiero. Este runrún evidencia que la batalla está abierta y que en un escenario tan complicado como el actual, en el que no hay dinero en las arcas centrales para repartir, el Ejecutivo de Rajoy tiene un «papelón» para cuadrar el círculo del nuevo reparto de la «tarta». Sus dirigentes autonómicos sostienen que el sistema pactado por José Luis Rodríguez Zapatero con el tripartito catalán «está muerto» y que ya ha llegado el momento de hacer una reforma que beneficie a otros, y no siempre a los mismos, por Cataluña y Andalucía. En sus continuas conversaciones con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no dejan de recordarle los «agravios» y también le han planteado sus líneas rojas. Es verdad que las finanzas catalanas atraviesan una situación de máxima tensión, pero la coyuntura en Valencia es muy parecida. Y hay más comunidades (CC AA) con graves problemas. La primera batalla será el nuevo reparto a la carta del déficit autonómico, una vez que el Ejecutivo conozca por cuánto le amplía el margen Bruselas. Montoro ya ha explicado a los líderes territoriales críticos con esta decisión que tiene amparo legal y que se hará conforme a unos criterios «razonables». Desde las CC AA le exigen objetividad.

El presidente lo que hizo ayer fue exigir a sus «barones» colaboración y apoyo. «Se lo pido a los compañeros de partido y también a los adversarios políticos». También demandó «inteligencia, equilibrio, sensatez y sentido común». «Es cosa de todos. Vamos todos juntos y lo que le pase a uno repercute a todos», dijo. Quiere comprensión con su política de distensión con la Generalitat para evitar su quiebra y ratifica, al tiempo, su decisión de no dejar caer a ninguna autonomía. En alusión implícita al líder de CiU, Artur Mas, Rajoy insistió en que su disposición al diálogo está delimitada por el marco legal vigente.