Debate Estado Nación

Rajoy prevé convocar elecciones para noviembre o principios de diciembre

Jorge Moragas fotografía Rajoy con un grupo que visitó ayer el Congreso
Jorge Moragas fotografía Rajoy con un grupo que visitó ayer el Congresolarazon

Moncloa trabaja con este calendario ya que el presidente no tiene intención de alargar o acortar la legislatura como se ha especulado.

El Debate del Estado de la Nación abre una nueva etapa marcadamente electoral. En Moncloa tienen ya perfilada una hoja de ruta a la espera de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, formalice la pregunta: ¿cuándo se cumplen legalmente los cuatro años de Legislatura y toca convocar las elecciones generales? Mucho se ha escrito y especulado en los últimos meses sobre la fecha de estas elecciones sobre la base de supuestos «papeles» e informes que quienes están al lado de Rajoy desconocen. Parece ser que sí ha habido algún papel informal que ha podido salir del Gabinete presidencial, pero a título personal y sin más valor ni instrucción previa. Y ahí se ha sostenido la hipótesis de que Rajoy quería alargar todo lo posible la Legislatura.

Nada más lejos de la realidad. La decisión no está tomada oficialmente, pero no es éste, en ningún caso, el escenario con el que trabajan en el Gobierno. Al contrario, la agenda que manejan apuesta por que Rajoy convocará elecciones cuando toquen legalmente. Es decir, en el plazo legal establecido, sin estirarlo ni encogerlo a conveniencia. Cuando se cumplan los cuatro años de mandato, en tiempo y forma. Las Cortes elegidas en las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 se constituyeron el 13 de diciembre de ese año. Pero la Constitución dice en su artículo 68.4 que «el Congreso es elegido por cuatro años. El mandato de los diputados termina cuatro años después de su elección».

Las elecciones generales se convocan por un Real Decreto, a propuesta del presidente del Gobierno y previa deliberación del Consejo de Ministros. En ese Real Decreto de convocatoria se fija la fecha de celebración de las elecciones, el número de diputados que corresponde a cada provincia, la duración de la campaña electoral, la fecha en la que se constituirán las Cámaras elegidas y la normativa aplicable al proceso electoral.

La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) establece que en «en los supuestos de elecciones a Cortes Generales en las que el presidente del Gobierno no haga uso de su facultad de disolución anticipada expresamente prevista en el ordenamiento jurídico, los decretos de convocatoria se expiden el día vigésimo quinto anterior a la expiración del mandato de las respectivas Cámaras». Y el fin del mandato parlamentario, amén por causas diversas, sobreviene automáticamente cuando hayan transcurrido cuatro años desde la elección (caducidad ordinaria) o cuando la Cámara es disuelta (extinción anticipada). La Constitución obliga a que las elecciones tengan lugar entre los 30 y los 60 días computados desde la finalización del mandato.

Más allá de análisis legales, la decisión de cumplir los plazos, sin buscar resquicios para alterarlos, tiene también una explicación política. Rajoy ha demostrado que le gusta ser previsible. El presidente también ha dado pruebas de que es partidario de apostar siempre por aquellas decisiones que favorezcan la imagen de estabilidad. Y en su círculo de colaboradores advierten, asimismo, de que no le gustaría trasladar a la ciudadanía la imagen de que se aferra al poder ni de que utiliza de manera interesada, discrecional e incluso arbitraria la convocatoria de las Cámaras. Además de que tampoco esa decisión reportaría ninguna ventaja al PP.

El calendario que manejan en Moncloa sigue el siguiente guión. Este viernes habrá un Consejo de Ministros muy importante, cargado con toda la agenda social que Rajoy ha anunciado en el Debate del Estado de la Nación. El grueso de la misma, algunas ayudas económicas y fiscales, por ejemplo, se tramitará como decreto ley y entrará en vigor en el momento de su publicación. Hay otras medidas sobre las que está abierto el debate de cuál es la mejor fórmula para concretarlas, si también irán como decreto, por la vía rápida, o con tramitación parlamentaria. Una discusión que se acabará de resolver hoy. El Consejo de Ministro aprobará también la Ley de Segunda Oportunidad.

Después de este impulso reformista, al que han dado un marcado carácter social, el Gobierno prevé sacar adelante durante el próximo mes y medio el núcleo de las iniciativas que todavía tiene en el «cajón» para que no «mueran» con el fin de la Legislatura. Habrá alguna novedad social y en materia de empleo, que se dosificarán políticamente. Y a partir de ahí el clima electoral lo condicionará todo. La previsión de Moncloa es rematar su agenda legislativa en septiembre.

Si, como prevén, las elecciones generales se celebran a finales de noviembre o, como muy tarde, a principios de diciembre, este año ya no se aprobarían nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE), para que a partir de septiembre el Consejo de Ministros fuera rematando cuestiones menores aún en el «debe» del programa de gobierno.

Pero, entre bambalinas, y con la vista puesta en la posibilidad de que el PP volviese a ganar las generales, la estructura de los Ministerios seguiría trabajando en la elaboración de los Presupuestos de 2016, con el objetivo de que los comicios paralicen lo menos posible la acción de gobierno. Si Rajoy continuase en La Moncloa, esta estrategia permitiría al nuevo Ejecutivo presentar su proyecto de Presupuestos a finales de diciembre o principios de enero de 2016, con lo que el vacío habría sido mínimo.

Retrasar las elecciones generales hasta enero, como se ha especulado, podría generar, además, problemas importantes en la gestión del Gobierno. Primero, obligaría, por ejemplo, a que la campaña se desarrollase coincidiendo con el cierre del debate presupuestario, lo que en Moncloa se considera un sinsentido. Además, diciembre es un mes condicionado por la Navidad y este clima interferiría también en la batalla electoral. Rajoy quiere dejar la imagen de que su Gobierno ha estado gobernando hasta el último día en servicio del interés general y no jugando con el calendario en beneficio propio. En política un día ya es mucho tiempo, como advierten los veteranos de la cosa, pero a día de hoy la sensación es que habrá elecciones a finales de noviembre.