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Primer paso para negociar

El líder del PP contrapone la actitud dialogante de Rivera frente al bloqueo de Sánchez y abre una vía de comunicación permanente. Intentará lograr un acuerdo en las próximas semanas aunque mantiene la incertidumbre sobre si irá a la investidura si no logra los apoyos

Toda la presión para el PSOE. Rajoy y Rivera coincidieron en su reunión de ayer en que el PSOE debe evitar unas terceras elecciones
Toda la presión para el PSOE. Rajoy y Rivera coincidieron en su reunión de ayer en que el PSOE debe evitar unas terceras eleccioneslarazon

►Rajoy se muestra optimista con C’s y ofrece un pacto para los Presupuestos ►Rivera insiste en la abstención pero abre una vía de «comunicación permanente» con el PP ►Sánchez asume que si el presidente suma los 32 diputados naranjas tendrá que ir a la abstención

Mariano Rajoy se aferró ayer a la disposición de Albert Rivera a mantener una negociación permanente con el PP, aunque no se mueva de la abstención técnica en su investidura, para mantener la expectativa de la negociación para formar gobierno. La posición del líder de Ciudadanos se desmarca del bloqueo absoluto del secretario general socialista, Pedro Sánchez, pero sigue sin ser suficiente como para que Rajoy pueda salir elegido como presidente.

Rivera aceptó ayer abrir una negociación formal sobre cuestiones económicas, como los Presupuestos y otras urgencias derivadas de los compromisos europeos, pero para que puedan formalizarse los posibles acuerdos antes hace falta un Gobierno. Y su abstención técnica, con el «no» socialista, es insuficiente para que el candidato popular pueda sacar adelante su elección por las Cortes. Como informó este periódico, el PP esperaba esta actitud por parte de Rivera, es decir, que se desmarcara del bloqueo absoluto de Sánchez y por el que el líder socialista está recibiendo tantas críticas.

Es un gesto, si bien Rajoy sigue sin sumar los apoyos necesarios aunque prefirió en público quedarse con el lado más positivo. «Hoy hemos dado un primer paso y la más larga caminata siempre empieza con un primer paso. Nadie ha dicho que esto vaya a ser fácil y rápido», comentó después del encuentro con Rivera, en el que éste aceptó abrir una «línea directa» para negociar el techo de gasto y los Presupuestos con la condición de que antes haya investidura. Esto abre una puerta al líder popular para tejer un acuerdo de gobernabilidad con la formación naranja para sacar adelante algunas de las decisiones más urgentes de la nueva Legislatura, aunque para eso antes necesita mover a los socialistas del «no». Algo que hoy parece imposible. En cualquier caso, es verdad que el gesto de Rivera de abrir un canal de comunicación «permanente» con el líder popular, como él mismo subrayó en su comparecencia, eleva aún más la presión sobre Ferraz. Eso sí, con una de cal y otra de arena, porque el presidente de Ciudadanos volvió a asegurar que su partido sigue instalado en la abstención y no se plantea cambiar el sentido de este voto hacia un «sí». Ni siquiera a negociar reformas a cambio de moverse de su posición.

En lo que afecta a la investidura Rajoy acudió ayer al Palacio de la Zarzuela para su despacho ordinario con Su Majestad en la misma situación en la que acudió para cerrar la primera ronda de consultas de Felipe VI de esta Legislatura. Sin apoyos para sacarla adelante. El líder popular mantiene su hermetismo sobre si acudirá o no al Congreso, mientras que en Moncloa y en el partido se ha ido asentando la idea de la opción de una investidura fallida a finales de agosto para seguir negociando e intentar sacarla adelante más tarde. El presidente en funciones no ha hecho ningún guiño en público a esa idea que barajan en privado algunos de los suyos.

Las últimas conversaciones con Sánchez y Rivera también han servido a Rajoy para tomar conciencia de la situación y de la necesidad explorar alternativas. Tiene el apoyo de su partido para mantener su candidatura, pero ante la insistencia del PSOE en el bloqueo, en las filas populares incluso se han abierto ya especulaciones sobre que pueda haber investidura a finales de agosto, pero «a ver con qué candidato». El PP podría presentar a quien quisiera, pero la dirección popular mantiene un apoyo absoluto a Rajoy.

De momento, en el discurso oficial Rajoy insiste en ver la botella medio llena. Ayer subrayó que ve «posibilidades», porque si no las viera no habría aceptado el encargo del Rey para formar Gobierno. Y se comprometió a seguir trabajando, aunque no quiso fijar fecha para la investidura porque no tiene sentido celebrar un debate que no tenga salida.

En su reunión con Rivera, además de la línea permanente de negociación sobre cuestiones económicas, también quedó en evidencia su acuerdo para un pacto de Estado contra el independentismo, al que podría sumarse el PSOE. Rajoy entregó al líder de la formación naranja un documento en el que se recogen 10 propuestas de pacto sobre la base de «una negociación leal, abierta y sin límites». Esa negociación podría llevarse a cabo a través de cuatro grupos de trabajo. Pero Rivera sólo se sentará a hablar cuando haya Gobierno, y, de momento, sólo se muestra abierto a intercambiar cuanta información sea posible sobre el techo de gasto y los Presupuestos para ir preparando las propuestas de su formación. Rajoy tiene dos retos inmediatos: primero, ser elegido presidente, y después, poder gobernar «con estabilidad». Para lo primero necesita al PSOE. Para lo segundo, es imprescindible el apoyo de Ciudadanos.