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La cúpula fiscal se renueva: Madrigal quiere seguir; Marlaska toma fuerza

El fiscal general que elija el Gobierno renovará gran parte de la cúpula nombrada por Conde Pumpido y refrendada por Torres-Dulce.

Madrigal, en una comparecencia en la comisión de Justicia del Congreso
Madrigal, en una comparecencia en la comisión de Justicia del Congresolarazon

El fiscal general que elija el Gobierno renovará gran parte de la cúpula nombrada por Conde Pumpido y refrendada por Torres-Dulce.

Una de las incógnitas que Mariano Rajoy resolverá esta misma tarde será resolver si Rafael Catalá continúa al frente del Ministerio de Justicia, Departamento al que accedió a finales de septiembre de 2014 tras la dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón. Es decir, hace ahora poco más de dos años. En este tiempo, según reconocen desde distintos sectores de la Justicia, «ha logrado apagar los fuegos que estaban encendidos». Por ello, no son pocos los que abogan por su continuidad al frente de Justicia.

El nuevo o renovado titular de Justicia conllevará también que éste deba proponer un cargo de especial trascendencia para el mundo jurídico, como el del fiscal general del Estado, puesto que actualmente ocupa Consuelo Madrigal. De acuerdo con el Estatuto de la Carrera fiscal, cesa cuando lo hace el Gobierno, por lo que en estos momentos se puede decir que está «en funciones».

Dependerá, de esa forma, de si quien se haga cargo de la cartera de Justicia la vuelve a proponer o no para el cargo, lo que determinará que continúe o, por el contrario, vuelva como fiscal de Sala al Tribunal Supremo. En un principio, según coincidieron en señalar distintas fuentes fiscales, Madrigal no se mostraba muy receptiva para seguir al frente de la cúpula de la Fiscalía, pero, en estos momentos parece que su intención es la de continuar. «Ahora le gustaría seguir, aunque también dependería de quién fuese el ministro», señaló al respecto una de las fuentes fiscales consultadas. Y es que, al parecer, mantiene una muy buena sintonía con Rafael Catalá.

En todo caso, y como sucede siempre que se aproxima una renovación en el Gobierno, las «quinielas» de nombre que podrían llegar comienzan a surgir, aunque en la mayoría de las ocasiones las mismas no suelen acertar.

En lo que se refiere a la Fiscalía General del Estado, Madrigal estaría muy bien situada para continuar en el cargo si no hay cambios en la cartera de Justicia, aunque han salido a relucir dos nombres que tampoco verían con malos ojos sustituirlo, sino más bien lo contrario: el presidente de la Sala Penal de la Audiencia Nacional y vocal del Consejo General del Poder Judicial Fernando Grande-Marlaska, y el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro.

Marlaska, en una entrevista concedida a LA RAZÓN el pasado mes de septiembre, aseguraba que «no me he planteado» aceptar ser fiscal general, un cargo que, en su opinión –al igual que el de presidente del Tribunal Supremo– «no tiene por qué tener mucho» poder. «Lo que debe tener es un poder controlado» y que él mismo «debería acentuarse». Además, no descartó su paso a la política, aunque admitió que le resultaría «muy difícil».

Dentro del propio Consejo General del Poder Judicial hay quien valora muy positivamente la posibilidad de que Marlaska pudiese acceder a la jefatura de la Fiscalía. En el seno del órgano de Gobierno de los jueces y magistrados es un secreto a voces que es uno de los aspirantes a sustituir a Madrigal, siempre que ésta, por la razón que sea, no continúe en el puesto. «Reúne el perfil necesario para este tipo de cargo y no es una persona que suscite rechazos a priori». De hecho, uno de los vocales es uno de sus grandes valedores, y así se lo ha hecho saber incluso a personas muy próximas al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Menos opciones parece que tiene José Ramón Navarro, quien también ha deslizado en algunos sectores que no le importaría lo más mínimo trasladar su despacho a la calle Fortuny, sede de la Fiscalía General del Estado.

En todo caso, todo dependerá de quién esté al frente de Justicia, de si opta por proponer de nuevo a Madrigal o a un nuevo fiscal general. Este nombre se podría conocer en el Consejo de Ministros del próximo día 11, ya que no es nada probable que conozca en el que se celebrará mañana.

Posteriormente a la propuesta, deberá recibir el correspondiente informe del Consejo General del Poder Judicial y comparecer ante la Comisión de Justicia del Congreso. Una vez cumplimentado esos trámites, el nombramiento se publicará en el BOE y, a partir de ahí, será oficial.

Llegado este punto, una de las cuestiones más peliagudas a las que deberá hacer frente quien ocupe la principal responsabilidad del Ministerio Público será llevar a cabo la renovación de la cúpula de la Carrera, de diez fiscales de Sala que fueron nombrados en su día por Cándido Conde-Pumpido y renovados, posteriormente, por Torres-Dulce (fiscal jefe de la Sala Penal del Supremo, Criminalidad Infomática, fiscal jefe de la Sala Social del TS, fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Unidad de Apoyo al fiscal general, fiscal jefe de Medio Ambiente, fiscal jefe de Extranjería, de Cooperación Internacional, de Seguridad Vial y Antidroga). Todos ellos forman parte de la Junta de Fiscales de Sala, que es el órgano que asiste al fiscal general en materia doctrinal y técnica, para fijar criterios de interpretación y actuación legal, así como para resolver consultas y elaborar memorias y circulares.

Sin embargo, para que se produzcan estos nombramientos habrá que esperar varios meses, ya que tras el nombramiento del fiscal general, se deberán convocar los correspondientes concursos, con un plazo de 20 días para presentar las candidaturas. Después se tendrá que celebrar el Consejo Fiscal, que deberá pronunciarse sobre los candidatos. Su opinión, en todo caso, es preceptiva pero no vinculante para el fiscal general, que podrá proponer a quien considere oportuno, aunque no tenga el respaldo del órgano representativo de la Carrera.