El desafío independentista

Reporteros Sin Fronteras denuncia acoso y presiones del Govern a la Prensa

La organización dice que se ha llegado a un momento "indeseable para el libre ejercicio del periodismo en Cataluña

Fotógrafos y cámaras graban el interior del almacén municipal donde se guardan las urnas pertenecientes al Estado
Fotógrafos y cámaras graban el interior del almacén municipal donde se guardan las urnas pertenecientes al Estadolarazon

Las ansias del Gobierno de la región por imponer su relato a la prensa local, española e internacional han traspasado líneas rojas, asegura Reporteros Sin Fronteras.

Reporteros Sin Fronteras ha denunciado que numerosos periodistas, tanto españoles como corresponsales de medios extranjeros, están siendo linchados en las redes sociales y sufren reiteradas presiones por parte de responsables de Comunicación de la Generalitat a cuenta del referéndum independentista. Según la organización, las quejas sobre “ciberacoso” y “presiones del poder” han sido secundadas de forma casi unánime por los denunciantes, que han presentado testimonios y pruebas.

Además, la mala relación entre el Gobierno de España y el de Cataluña por el empecinamiento de esta última de celebrar un referéndum ilegal, ha derivado en que la cuerda parece haberse tensado "hasta extremos indeseables para el libre ejercicio del periodismo en Cataluña", ha asegurado RSF.

Ante esta compleja situación, el responsable del Área de la UE y Balcanes de Reporteros Sin Fronteras, Pauline Adès-Mevel, ha denunciado que “el clima para el libre ejercicio del periodismo se ha visto tremendamente viciado por la extrema polarización que viven la política y la sociedad catalanas. Las ansias del Gobierno de la región por imponer su relato a la prensa local, española e internacional han traspasado líneas rojas y las maniobras intimidatorias del Gobierno central español no ayudan. Ambas partes deberían entender que el mejor síntoma de la democracia que dicen defender es una prensa libre, con periodistas pendientes de la información y no del ‘qué dirán’ o de autocensurarse”.

Junto al ciberacoso en redes sociales, que los políticos independentistas y responsables de prensa “den toques”, “corrijan” o muestren excesivo interés en lo que se publica fuera sobre Cataluña es una de las principales quejas que esgrimen los corresponsales extranjeros, asegura RSF. “Es divertido que el jefe de relaciones públicas del Gobierno catalán y exjefe de prensa de Artur Mas piense que el lloriqueo diario sobre Ada Colau es una buena estrategia. ‘Trollearme’ en Twitter con cosas como ‘mira esta mierda que ha pasado en BCN’ no es la sofisticada comunicación política que esperaba de Junts pel Sí”, escribía el año pasado en Twitter el corresponsal de The Guardian, Dan Hancox, aparentemente harto de la propaganda que le llegaba desde el Departamento de Prensa de la Generalitat.

Según el informe de Reporteros Sin Fronteras, las presiones propagandísticas, pero, sobre todo, la frecuente táctica de “señalar” al periodista para que sea linchado y acosado por “ciberhooligans” del independentismo no solo se libra en el “frente” de los corresponsales extranjeros en España, sino que se extiende a un “campo de batalla” del “procés” más alejado geográficamente: Bruselas. La posibilidad -reiteradamente defendida por representantes de diferentes instancias de la UE- de que Cataluña quede fuera de la Unión, tras una eventual independencia, es un tema espinoso para el Govern catalán, que en ocasiones afronta con la vieja técnica de “matar al mensajero”. Los corresponsales españoles en Bruselas, especialmente los catalanes o que escriben para medios catalanes, suelen ser blanco de las iras del Departamento de Comunicación Exterior de la Generalitat, cuando escriben “verdades incómodas” para el proceso independentista.

En cuanto a la respuesta del Gobierno central ante el desafío soberanistas, RSF ha asegurado que condena con rotundidad, la utilización de procedimientos judiciales con fines intimidatorios contra medios catalanes de línea independentista, como consecuencia de la sentencia del Tribunal Constitucional que prohíbe la celebración del referéndum y la difusión de publicidad sobre el mismo.