Política

Valencia

Rita Barberá aspira al séptimo mandato consecutivo tras 24 años de alcaldesa

El Presidente del COE, Alejandro Blanco ,junto a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá y las falleras mayores, Estefanía Lopez (i) y Maria Donderis, durante el disparo de la Mascletá
El Presidente del COE, Alejandro Blanco ,junto a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá y las falleras mayores, Estefanía Lopez (i) y Maria Donderis, durante el disparo de la Mascletálarazon

Rita Barberá, la incombustible alcaldesa de Valencia desde hace casi 24 años y a la que el propio Mariano Rajoy ha definido como la alcaldesa “más emblemática de toda España”, aspira la reelección con la difícil tarea de mantener los buenos resultados de elecciones anteriores.

El Comité Electoral de la provincia de Valencia ha aprobado esta tarde por unanimidad elevar la propuesta de Barberá como candidata del PP a la Alcaldía de Valencia, una candidatura que ha confirmado el president de la Generalitat, Alberto Fabra.

Barberá afrontará sus séptimas elecciones municipales con un amplio bagaje político, compuesto por seis victorias electorales consecutivas -las cinco últimas con mayoría absoluta- al frente de la tercera ciudad más grande de España, y con un amplio predicamento interno en el Partido Popular.

Su nombre ha salido periódicamente en las quinielas para ocupar responsabilidades de ámbito nacional, ante las que Barberá siempre ha sostenido que Valencia era “su única vocación”, y así parece serlo pues el PP ha vuelto a confiar en ella para mantener el gobierno local.

La veterana de los alcaldes de las capitales de provincia española, a la que los valencianos se refieren coloquialmente como Rita, aspiraba en sus inicios a alcanzar la presidencia de la Generalitat, si bien desde que llegó a la alcaldía en 1991 -pese a que su nombre no se barajaba para el cargo- se ha convertido en un icono del municipalismo popular.

Barberá tomó posesión como alcaldesa en julio 1991, después de un pacto con Unió Valenciana (UV), un cargo que ya nunca abandonaría y que, según ha dicho en alguna ocasión, no pretende dejar mientras los valencianos la quieran a su disposición y al servicio de la ciudad.

Durante sus seis legislaturas, Barberá ha dirigido los años de mayor expansión urbanística y de proyección de Valencia, aunque proyectos como el Plan del barrio del Cabanyal y su prolongación hasta el mar no han encontrado todavía una solución definitiva.

Esta política considerada cercana a los ciudadanos y que ha hecho del rojo su color talismán -hasta el punto de que cuando viste de ese color se dice que va de “rojo alcaldesa”-, también ha impulsado o respaldado la celebración de grandes eventos, como la Copa del América de vela o la Fórmula Uno en las calles de la ciudad.

Se convirtió en una firme opositora del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sobre todo ante la paralización del plan de reforma del Cabanyal o la amenaza a la continuidad de los chiringuitos en las playas valencianas.

Tras la llegada del PP al Gobierno central, ha trabajado para recuperar la dársena del puerto para los valencianos e impulsar el macroproyecto ferroviario y urbano del Parque central.

Barberá fue uno de los apoyos del expresident de la Generalitat Francisco Camps tras ser imputado en el caso Gürtel -también se barajó su nombre para sucederle-, y pasó su particular viacrucis ante el riesgo de ser imputada en el caso Nóos por los contratos de las cumbres Valencia Summit.

El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana acordó finalmente en septiembre de 2013 no imputarla, aunque sí que tuvo que declarar como testigo por este caso, en el que insistió en que no dio instrucciones ni presionó para que la Fundación Valencia Turismo contratara con el Instituto Nóos.

En mayo del año pasado, justo un día después de que el juez del caso Nóos José Castro pidiera a Les Corts que certificaran su condición de diputada, Barberá anunció que volvería a presentar su candidatura en las elecciones municipales de 2015, porque “nunca” ha dado “un paso atrás ante las dificultades”.

Y eso ha hecho, a pesar de que en las últimas semanas ha vivido algunas situaciones complicadas, como el procesamiento de su número dos, el vicealcalde Alfonso Grau, en el caso Nóos, o el revuelo que organizó por su uso del valenciano en el discurso de la Crida y que ha quedado inmortalizado en la palabras “caloret”.

Nacida en 1948, trabajó como periodista durante varios años, aunque abandonó esta profesión para dedicarse a la política, campo en el que ha ocupado numerosos puestos de responsabilidad y gestión, tanto en el ámbito público, como dentro del PP autonómico y nacional.

Su objetivo será hora tratar de mantener los buenos resultados logrados en las últimas citas electorales, en un escenario político en el que, según las encuestas, irrumpirán con fuerza nuevos partidos como Ciudadanos y Podemos. En referencia a estos últimos, Barberá se ha mostrado convencida de que “ese suflé se va a deshinchar”. Carla Aliño/Efe