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Rivera se ofrece para «desencallar» la legislatura

Traslada al Rey que condiciona la abstención de Ciudadanos a la de PP y PSOE y aboga por formar un Gobierno reformista.

El Rey y Albert Rivera en el Palacio de la Zarzuela.
El Rey y Albert Rivera en el Palacio de la Zarzuela.larazon

Traslada al Rey que condiciona la abstención de Ciudadanos a la de PP y PSOE y aboga por formar un Gobierno reformista.

Una hora y media duró ayer el encuentro entre Su Majestad el Rey y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, convirtiéndose así en el líder que hasta ahora ha permanecido más tiempo reunido con el Monarca durante la ronda de consultas que está manteniendo con las diferentes fuerzas políticas.

A principios de la semana el líder de la formación naranja ya adelantó qué le iba a decir a Felipe VI, lo mismo que recalcó el último día de campaña y en lo que se ha reafirmado después de que las urnas dieran el resultado de un parlamento fragmentado donde ningún partido tiene la mayoría suficiente para poder formar gobierno sin buscar apoyos. Rivera trasladó al Rey que Ciudadanos no apoyará ni a Rajoy ni a Sánchez en su investidura y que su intención es estar en una oposición responsable. Además, comunicó al Rey que los escaños de su partido están dispuestos para «desencallar» la actual situación de «guerra fría» que se libra entre el PP y el PSOE, de forma que pueda echar a andar la legislatura y sea posible la investidura de un presidente del Gobierno. Así lo comunicó el propio Rivera en rueda de prensa en el Congreso tras la reunión. Indicó que si los populares y socialistas no están dispuestos a asumir que «han perdido fuelle» y uno de los dos se abstiene para que pueda gobernar el otro, entonces Ciudadanos se podría abstener también. Cree que así se podría desbloquear la situación, aunque reiteró que cualquier acuerdo en el que esté su partido debe respetar en todo caso los «pilares» de la democracia española, que son irrenunciables para ellos, la igualdad de los españoles, la economía de mercado, el Estado del bienestar y el compromiso a pertenecer en la UE. Albert Rivera lamentó que de momento ni el PP ni el PSOE han dado muestras de dar ese paso, y les ve más preocupados por su propia agenda que por la del país, que ha votado «cambio y diálogo».

El líder de Ciudadanos por tanto abre la puerta de abstención condicionada y depende también de que haya «voluntad» de desencallar la situación además, indicó, de negociar reformas. Para el líder de Ciudadanos no se trata de una abstención gratuita sino con la condición de que el Gobierno que eche a andar sea un Ejecutivo que siga la hoja de ruta reformista. Para Rivera el cambio no es un eslogan sino propuestas, y se preguntó si «hay alguien ahí» y si está dispuesto a sentarse con una hoja en blanco para escribir «lo que nos une», porque considera que por ahora «no lo hay».

Dispuesto a ser garante de este nuevo escenario de cambio cree que esta segunda Transición que se ha puesto en marcha y ante un escenario sin mayorías considera que puede ser también tomado como una «oportunidad» para superar esa política de bloques, que permita emprender las reformas que necesita el país.

En este contexto de reformas, Ciudadanos está abierto a emprender una reforma de la Constitución siempre y cuando sea un debate «serio», que involucre también al PP, y tomando como base el informe del Consejo de Estado. Sobre la mesa aún no hay una propuesta de gobierno ni del presidente en funciones, Mariano Rajoy; tampoco del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez y advierte en la «equivocación» que cometen si piensan que pueden llegar a la sesión de investidura y convencer a la Cámara en treinta minutos.

Rivera no indicó que entre los asuntos de los que trató con Felipe VI no estaba la posibilidad de que se tengan que repetir las elecciones en el caso de que la situación de bloqueo se alargue aunque destacó que el Monarca lo tiene presente igual que lo tiene todo el mundo. Tampoco le dijo a quién tiene que proponer para ser investido presidente «no estoy para decirle eso».

Tampoco ha hablado de esa posibilidad de Gobierno que él ve con posibilidades de que salga adelante (PSOE más Podemos y PNV), una opción que, como ya dijo no apoyará porque no lo ve como «un proyecto común» sino como un proyecto de los socialistas «sumando escaños» sin más con otras fuerzas, cada una con sus propias exigencias. Sí le trasladó que una cosa es dialogar con los socialistas o con los populares y otra un gobierno de PSOE con una amalgama de partidos imprescindibles para que con los 90 escaños salga adelante algo que «no» apoyará.