Política

El desafío independentista

Santamaría acusa a la Generalitat de usar la consulta ilegal electoralmente

«Que no tenga ninguna duda de que la legalidad va a ser preservada», advierte.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, durante su comparecencia hoy ante los medios en el Complejo de la Moncloa
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, durante su comparecencia hoy ante los medios en el Complejo de la Moncloalarazon

«Que no tenga ninguna duda de que la legalidad va a ser preservada», advierte.

El Gobierno se anticipó ayer a la cumbre independentista para advertir al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, de que no debe «tener ninguna duda de que la legalidad va a ser preservada». Tome el camino que tome el soberanismo, vino a señalar la vicepresidenta y ministra para las Administraciones Territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría. El Ejecutivo contestó al último empujón de Puigdemont para tensar la cuerda con la confirmación de que el único espacio para el debate y el diálogo sobre un proyecto que afecta a la soberanía nacional está en el Congreso de los Diputados. Y denunció, además, que detrás de la estrategia de Puigdemont y del soberanismo sólo está el objetivo de «buscar la reacción de los demás para alimentar un victimismo que ya no cuela». «Que acuda al Parlamento democrático a plantear sus demandas. Tiene que explicar por qué no acude al Congreso si lo que quiere es plantear un desafío tan grande como la secesión de una parte de España», insistió la vicepresidenta.

El Gobierno se posiciona frente al pulso de Puigdemont con un discurso endurecido, donde la mano tendida ha sido sustituida por un mensaje de advertencia y con la fuerza de la unidad con los partidos constitucionalistas detrás. Aunque desde Moncloa insisten en que «el tiempo de la democracia no se acaba nunca», es decir, que hay margen para negociar dentro de la legalidad y sin ultimátums.

El mensaje de que detrás de la estrategia independentista hay «victimismo» y el deseo de utilizar electoralmente el proceso apunta a Puigdemont, pero también puede leerse como un aviso a navegantes, a aquellos sectores contrarios a la independencia y que recriminan al Gobierno que no sea más duro en su respuesta al proyecto de desconexión. Moncloa cree que Puigdemont está manejando sus decisiones y sus tiempos con la vista puesta en las próximas elecciones autonómicas catalanas, en las que inevitablemente acabará en otoño el camino secesionista. «Hace tiempo que la Generalitat cree que está por encima de los ciudadanos en Cataluña. Están llevando a los catalanes a un escenario donde lo más importante para algunos es cómo llegan a las próximas elecciones y eso no tiene nada que ver con el interés general. A las sociedades no se las puede llevar hasta ciertos extremos», sentenció Sáenz de Santamaría. En este contexto, el Gobierno rechaza plantear que la solución pueda pasar por ofertas como la de promover una reforma constitucional, una vez que el independentismo ha llegado tan lejos, a una situación «sin más salida que la de unas elecciones». «Hay mucho más de táctica electoral del señor Puigdemont y de los suyos que de estrategia», incidió. La vicepresidenta invitó insistentemente a Puigdemont a presentar su proyecto en el Congreso, una oferta que, según desveló, fue previamente consensuada con el PSOE, el PSC y Ciudadanos antes de presentársela a la Generalitat.

«Se está creando un clima preelectoral sobre la instrumentalización de un proceso que no tiene salida. Se está llegando a una tesitura en la que lo más importante es cómo llegan los partidos independentistas a unas futuras elecciones. Hay más táctica electoral que estrategia y nadie se atreve a decir “hasta aquí hemos llegado”», señaló la «número dos» del Gobierno.