Debate de investidura

Sánchez, desdibujado, redoblará la presión sobre Ciudadanos

El líder del PSOE buscará con Rivera dar un impulso a su ronda de contactos

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención en un acto de campaña en el concello coruñés de Cerceda
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención en un acto de campaña en el concello coruñés de Cercedalarazon

El líder del PSOE buscará con Rivera dar un impulso a su ronda de contactos

La estrategia de Pedro Sánchez para formar Gobierno hace agua. Si el líder del PSOE quería –con su oferta a las fuerzas del cambio– recuperar el protagonismo cedido a Mariano Rajoy en la búsqueda de apoyos,no ha conseguido sino el efecto adverso. Ni en el seno de su partido ni sus eventuales aliados se toman en serio la propuesta y evitan participar en la ficción urdida por el secretario general de los socialistas para despachar la responsabilidad de unos terceros comicios.

Tampoco el simulacro de ronda de contactos que Sánchez anunció a bombo y platillo hace menos de una semana ha dado los frutos esperados. Las llamadas a Rajoy e Iglesias se saldaron sin resultados –no se concretó una reunión posterior y sólo se ratificó el bloqueo– y la correspondiente con Rivera todavía no ha trascendido. Mientras el líder socialista se vuelca en actos de campaña o fuera de la capital, en los que clama por un «gobierno regeneracionista» y llama a C’s y Podemos a superar sus vetos, la realidad no le hace ser más optimista que hace seis meses. Aunque para el líder del PSOE ambos partidos «ya están tardando» en impulsar un ejecutivo alternativo, lo cierto es que ni Iglesias ni Rivera parecen tener ninguna prisa por colmar la ambición de Sánchez de llegar a La Moncloa. El líder naranja, porque ya le dejó claro a su homólogo socialista que sólo ve un gobierno del PP en minoría y el morado, porque ayer en el País Vasco volvió a recuperar la idea del «derecho a decidir», un postulado que impediría las negociaciones con Ferraz, según la resolución del Comité Federal.

Bajo la etiqueta de la «transversalidad» –concepto en torno al que, junto al de «mestizaje ideológico», pivotó la investidura de Sánchez en marzo– el líder socialista busca maridar dos proyectos antagónicos, pero con un objetivo común: evitar las terceras elecciones. La propuesta reformista que el socialista trasladará a los partidos, más allá del «cambio» anunciado se articulará en cinco esferas: la democracia representativa, el sistema electoral, el sistema parlamentario, las administraciones públicas y el diálogo social.

Se espera que en los próximos días el PSOE centre el foco en Ciudadanos, dado que el partido naranja es el que menos proclive se ha mostrado a sumarse a la entente del cambio. Sánchez aún no ha realizado un acercamiento público con Rivera, un gesto que se espera para esta semana, si se superan las reticencias iniciales de la formación naranja. Aunque con Podemos los avances no son mucho mayores, el líder del PSOE habló con Iglesias el martes y, aunque difieren en la fórmula aritmética, ambos coinciden en la necesidad de articular un gobierno alternativo a Rajoy que «implemente un programa de justicia social y regeneración democrática».