Cataluña

Sánchez prepara el pacto con Podemos

El PSOE recupera su programa electoral del 20-D, más cercano a Iglesias y alejado de Rivera

El secretario general del PSOE y candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez (c), acompañado por la número dos del partido por Madrid, Margarita Robles (i), y la secretaria de Estudios y Programas del partido, Meritxell Batet
El secretario general del PSOE y candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez (c), acompañado por la número dos del partido por Madrid, Margarita Robles (i), y la secretaria de Estudios y Programas del partido, Meritxell Batetlarazon

El PSOE recupera su programa electoral del 20-D, más cercano a Iglesias y alejado de Rivera.

«No habrá unas terceras elecciones». El PSOE está decidido a evitar una nueva convocatoria electoral y, dado lo fragmentado del escenario político, este objetivo pasa por mirar a izquierda o a derecha. Con la puerta cerrada a la gran coalición y la negativa a apoyar por activa o por pasiva un gobierno del PP, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, parece decidido a explorar la vía de Podemos para sumar apoyos y llegar a La Moncloa. Una vía a la que también le animan las últimas encuestas, como la realizada por NC Report para LA RAZÓN, en la que el «sorpasso» ha trascendido ya el número de votos y se circunscribe también a los escaños. A favor de la tesis de un gobierno de coalición entre socialistas y morados se posicionó ayer el responsable de Política Exterior del PSOE, el ex ministro Josep Borrell, que señaló en una entrevista en la Cope que en «un partido político que tiene cinco millones de votantes debe de haber gente con capacidad y mérito suficientes para sentarse a la mesa del Consejo de Ministros».

A pesar de reconocer que existen diferencias con la formación de Pablo Iglesias, los socialistas están dispuestos a recuperar sus señas de identidad ideológica y borrar cualquier resquicio que los acerque a la derecha. El pacto estéril que Pedro Sánchez firmó con Albert Rivera para salvar su investidura, y que no tuvo otra consecuencia que bloquearla, ha minado sobremanera la credibilidad del partido de cara a los nuevos comicios, pues –a ojos de parte de sus votantes– dieron un bandazo en la dirección equivocada, rebajando o renunciando a algunas de sus banderas en política económica y social. Aunque el «Pacto de El Abrazo» se rompió de facto con la mera convocatoria electoral, el PSOE quiere explicitar esa ruptura más allá, reconciliándose –en lo que a propuestas se refiere– con el programa originario con el que se presentaron el 20-D y que, en la práctica, los acerca más a Unidos Podemos que a Ciudadanos. Tanta es la cercanía que el PSOE incluso ha hecho suyas expresiones originariamente podemitas como el «rescate ciudadano» o se compromete ahora a garantizar los suministros de agua y electricidad de las viviendas que incurran en impagos.

Bajo el título «Compromisos para un SÍ al Gobierno del cambio», el secretario general socialista presentó ayer las líneas maestras de lo que será la acción de su Ejecutivo, si logra llegar a La Moncloa. Después de reunirse con su equipo de «ministrables», Sánchez desgranó las principales medidas de esa hoja de ruta que, aunque sigue sin contar con memoria económica, sí incluye –en algunos casos– los plazos para su ejecución. El líder socialista se comprometió también a someterse a una cuestión de confianza a los dos años de haber llegado al poder, para que se pueda fiscalizar su gestión durante ese periodo y su continuidad quede condicionada al buen ejercicio de sus funciones.

En este documento, el PSOE retoma con vehemencia la «derogación inmediata de la reforma laboral del PP», cuando en su pacto con Rivera sólo defendía la supresión de los aspectos más lesivos de la misma de forma tácita, al poner en marcha un «Nuevo Estatuto de los Trabajadores». Sánchez también eleva la subida del Salario Mínimo Interprofesional, desde el 1% del pacto con C’s hasta el 4%, una de las exigencias de los morados en sus negociaciones de investidura. Si bien el texto no hace alusión a la ley educativa (Lomce), que el partido primero quiso derogar y luego paralizar, sí se refiere a la Ley de Seguridad Ciudadana, que ahora se compromete a «suprimir», mientras que con Rivera se prometió eliminar sólo aquellos preceptos que estuvieran recurridos ante el Tribunal Constitucional (TC).

Sánchez también defiende llevar a cabo una reforma fiscal en el plazo máximo de seis meses «que mantenga la tarifa del IRPF para las rentas medias y bajas e incremente la de las rentas del capital, prevea una tributación mínima en el impuesto de Sociedades, establezca un mínimo común en los impuestos de Sucesiones y Patrimonio y reduzca el IVA cultural». Para solucionar el debate territorial, el PSOE propone impulsar un «pacto político» con Cataluña que «reconozca su singularidad» y «mejore su autogobierno» –«respetando el principio de igualdad»–, algo indispensable para no despertar suspicacias en Andalucía y otros territorios. La iniciativa fue elogiada por Miquel Iceta, que destacó la «valentía» de Sánchez.