Gobierno de España

Santamaría mantendrá sus funciones y seguirá como portavoz del Gobierno

Soraya Sáenz de Santamaría con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy en el Congreso
Soraya Sáenz de Santamaría con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy en el Congresolarazon

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya ha cerrado el círculo de los cambios en su Gobierno y en el PP tras los malos resultados de las autonómicas y municipales. Hoy se ha reunido con Su Majestad el Rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya ha cerrado el círculo de los cambios en su Gobierno y en el PP tras los malos resultados de las autonómicas y municipales. Hoy acudirá con Su Majestad el Rey Felipe VI a un acto de la Fundación Carolina en La Zarzuela. Y despachará con él. Los cambios estarán listos para ser comunicados a la opinión pública, de tal manera que el próximo viernes Rajoy presidirá la reunión del nuevo Consejo de Ministros.

Ante la inminente oficialización de esos cambios, desde Moncloa insistían anoche en rebajar las expectativas y en hablar de ajuste, más que de remodelación. Aunque el alcance habrá que medirlo en función de cómo quede la foto final después de que se conozcan las novedades que afecten también al PP, que se presumen de mayor relieve, y que se certificarán el jueves en el Comité Ejecutivo del partido. Rajoy lleva varias semanas consultando a sus ministros y a principales referentes del PP, pero más allá de ese intercambio de impresiones, y de que haya pedido nombres para el partido, sus decisiones las ha guardado en secreto hasta el último momento, manteniendo fuera del alcance de ellas hasta a los miembros de su Gabinete más cercanos. Hasta ayer a mediodía, nadie, ni los más próximos, conocía al detalle el encaje final de piezas diseñado por el presidente del Gobierno. Las impresiones que él ha trasladado a las personas consultadas han asentado la teoría de que el ministro Alfonso Alonso iba a asumir nuevas responsabilidades en comunicación y en la coordinación del partido y del Ejecutivo. También la de que sólo iba a saltar la cartera de Educación, de la que sale José Ignacio Wert antes de que termine la legislatura para cumplir así su deseo de ser embajador ante la OCDE. Esta decisión despierta suspicacias internas porque hay quienes no entienden que a cinco meses de las elecciones generales Rajoy ceda a los deseos del ministro para asumir una responsabilidad llena de privilegios. La respuesta a estas críticas es que Wert ha hecho entender a Rajoy que es un gesto que se le debe por los servicios prestados. Pero dentro del Gobierno también hay quienes entienden que bastantes de los problemas que han acompañado a la política en Educación responden a errores o malas decisiones del ministro.

A última hora de la noche corrió la información de que finalmente la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, mantendrá intactas sus funciones en el Gobierno y continuará, por tanto, actuando como portavoz. Sin perjuicio de que Rajoy asuma más protagonismo presencial y mediático en la acción del Gabinete y en la comunicación de sus decisiones y de su gestión. La vicepresidenta lleva actuando como mano derecha de Rajoy desde la etapa en la oposición y en el Gobierno ha asumido el peso de la coordinación del día a día, centrada especialmente en el área política. De ella dependen también los servicios de inteligencia. Ante esta crisis, su nombre saltó al centro de la arena después de que se filtrasen los movimientos de los barones y de los dirigentes territoriales pidiendo a Rajoy cambios profundos en la dirección del partido, empezando por la propia Secretaría General. Se han quejado a Rajoy de la falta de pulso de la formación y de los problemas internos por la falta de dirección desde Madrid. El presidente necesita cerrar esas heridas internas para que el partido esté en condiciones de afrontar la campaña de las generales.

Bajo el ruido de las últimas especulaciones, y de los últimos movimientos internos para hacerse notar o promocionarse, una reunión en Génova ha servido para alimentar la hipótesis de la posible salida de Alicia Sánchez-Camacho de la presidencia del PP de Cataluña. El lunes por la mañana viajó a Madrid porque había sido citada por la secretaria general, María Dolores de Cospedal. El PP catalán se enfrenta a un difícil reto en las próximas elecciones catalanas bajo la presión del ascenso de Ciudadanos. De hecho, no descartan que el partido de Albert Rivera les adelante, con las consecuencias en clave de política nacional y de partido que se derivarían de esta circunstancia. En las filas populares manejan alternativas como el referente del PP en Tarragona, Alejandro Fernández; Dolors Montserrat, portavoz del PP catalán, o el director del Gabinete de Rajoy, Jorge Moragas. Incluso miran al ministro del Interior, Jorge Fernández, dirigente de la máxima confianza del presidente del Gobierno.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo consideró desde Haití «absolutamente inverosímil» la hipótesis que le sitúa como vicepresidente del Gobierno, informa Andrés Rojo.