Lucha contra ETA

Santi Potros se enfrenta a 108 años por dos atentados en Madrid y Barcelona

El histórico dirigente etarra Santiago Arrospide Sarasola, Santi Potros, que fue detenido el pasado enero tras ser excarcelado por la Audiencia Nacional, se enfrenta a 108 años de cárcel en dos juicios por ordenar sendos atentados con coche bomba cometidos por los comandos Madrid y Barcelona en los años 80. Santi Potros fue detenido en Francia en 1987 y luego extraditado a España tras cumplir varios años de cárcel en el país galo, pero el pasado diciembre la Audiencia Nacional le puso en libertad de acuerdo a una normativa europea de acumulación de penas.

Cuarenta días después, fue arrestado por la Policía en Lasarte (Guipúzcoa) por su implicación en el intento de asesinato del ex fiscal general del Estado Luis Antonio Burón Barba en 1986 en Madrid y en la muerte por un coche bomba de Juan Fructuoso Gómez en 1987 en Barcelona.

Este segundo atentado ocurrió el 2 de abril de 1987 y en él, aparte de la muerte de Fructuoso, que se encontraba en una cabina telefónica próxima al coche, también resultaron heridos dos guardias civiles y cinco ciudadanos más.

Según la Fiscalía, que pide para Santi Potros una pena de 94 años de prisión por los delitos de asesinato, intento de asesinato, atentado, lesiones y estragos (en concepto de inductor), el que fuera jefe del aparato militar de ETA ordenó a los miembros del comando Barcelona que perpetraran "atentados terroristas de la mayor gravedad posible".

Para ello, suministró a los etarras Domingo Troitiño y Rafael Caride Simón -ambos condenados por estos hechos- 40 kilos de explosivo tipo amonal, pistolas, temporizadores y detonadores, y les pidió que se trasladaran a Barcelona, donde les esperaba la miembro de ETA Mercedes Ernaga.

La "campaña"del comando, explica la Fiscalía en su escrito de acusación, debía centrarse en objetivos que contasen con capital francés, así como en militares de alta graduación y miembros de la Guardia Civil y de la Policía.

Los miembros del comando decidieron entonces atentar contra los vehículos de la Guardia Civil que habitualmente pasaban por la confluencia de la Avenida Meridiana con las calles Vizcaya y José Estival.

Santi Potros les proveyó entonces de un coche robado en San Sebastián para que llevaran a cabo la acción, lo que ocurrió el 2 de abril a las 22.00 horas, cuando trasladaron el vehículo a ese punto cargado con 18 kilos de explosivo y 30 de metralla de tornillos y tuercas.

El coche hizo explosión al paso de un vehículo del instituto armado y causó la muerte a Fructuoso, que estaba dentro de una cabina, así como heridas de gravedad a los guardias civiles José Manuel Fernández Cubillo y Juan García Estévez, que tardaron en torno a un año en curarse de sus lesiones, y a otros cinco civiles.

Cuando se detuvo a Santi Potros en Francia, se intervino en su casa de Anglet una lista de números de placas de matrícula entre las que estaba la del coche usado en este atentado.

Santi Potros se sentará en el banquillo de la Audiencia Nacional en un segundo juicio sobre el intento de asesinato de Burón Barba en Madrid el 8 de mayo de 1986, por el que la Fiscalía pide una condena de 14 años de cárcel.

En su escrito de acusación, explica que Santi Potros entregó a los etarras del comando Madrid Antonio Troitiño e Ignacio de Juana Chaos una hoja manuscrita, que luego destruyeron, en la que les ordenaba matar al ex fiscal general.

Para ello, los etarras comprobaron el recorrido que habitualmente hacía Burón Barba en su coche oficial y decidieron atacarlo desde un coche pertrechado con tubos lanzagranadas que explotarían al paso del vehículo oficial.

El día 8 de mayo, colocaron el coche con los explosivos en la calle Vallehermoso con Cea Bermúdez y De Juana Chaos y la etarra Idoya López Riaño se quedaron encargados de hacer estallar los lanzagranadas a las 9.30 horas.

Sin embargo, esa mañana ambos se quedaron dormidos y no llegaron a cometer el atentado, por lo que sus compañeros de comando Antonio Troitiño y Juan Manuel Soarez Gamboa acudieron al piso que ocupaban en la calle Carranza y les reprendieron por su comportamiento.

Los cuatro decidieron entonces atentar ese mismo día contra el entonces presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Antonio Hernández Gil, sin que lograran acabar con su vida.