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Rajoy: «No habrá referéndum el 1-O»

Asegura al Rey en su habitual encuentro en Marivent que la consulta ilegal no se celebrará. Pide que PP, PSOE y Ciudadanos mantengan la unidad y que retrasen el debate de la reforma constitucional hasta después de esa fecha

El Rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la entrada del Palacio de Marivent, poco antes del tradicional despacho de verano
El Rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la entrada del Palacio de Marivent, poco antes del tradicional despacho de veranolarazon

Asegura al Rey en su habitual encuentro en Marivent que la consulta ilegal no se celebrará. Pide que PP, PSOE y Ciudadanos mantengan la unidad y que retrasen el debate de la reforma constitucional hasta después de esa fecha

El Rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantuvieron ayer su habitual despacho de verano en Marivent. Una reunión que se inició con más de dos horas de retraso sobre el horario previsto debido a que el jefe del Ejecutivo sufrió un repentino ataque de lumbago por el que tuvo que recibir asistencia médica antes de viajar desde Vigo, donde pasa sus vacaciones, hasta Palma de Mallorca. El encuentro entre ambas autoridades del Estado transcurrió por los cauces previstos y entre los temas nacionales e internacionales que trataron, capitalizó la conversación el desafío soberanista en Cataluña y la crisis turística. El Monarca sigue con mucha atención los avances en la ofensiva secesionista al Estado y, tal como publicó ayer este diario, ha despejado su agenda exterior la semana del 1 de octubre. Por su parte, Rajoy –según desveló en la comparecencia posterior ante los medios– aseguró al Rey que «no habrá referéndum el 1-O».

El jefe del Ejecutivo se mostró también «satisfecho» por los pasos judiciales que está dando el Gobierno para evitar la consulta ilegal, tales como la suspensión del nuevo reglamento del Parlament por el Tribunal Constitucional, y confirmó que no se dudará en recurrir de nuevo ante el Alto Tribunal la proposición de ley del referéndum registrada por Junts Pel Sí, si ésta llega a aprobarse, porque se trataría de «una nueva patada al sistema democrático». Ante este desafío, Rajoy llamó a los partidos constitucionalistas –PP, PSOE y Ciudadanos– a forjar un frente común en defensa de la unidad y la soberanía nacional. En este sentido reconoció que una reforma de la Constitución, como defienden los socialistas, «no se puede hacer sin el PP» y apeló al diálogo entre todos. Un diálogo que –en opinión del presidente del Gobierno– no debe iniciarse antes de la fecha prevista para el referéndum, pues en las semanas previas debe visibilizarse una imagen de unidad de los demócratas frente al desafío ilegal. «Antes del 1 de octubre no soy partidario de hacer nada», señaló Rajoy en alusión a abordar el debate de la reforma de la Carta Magna en el Congreso, como pretende el PSOE. Los socialistas quieren abrir una comisión de estudio para la reforma del modelo territorial en septiembre, pero el Gobierno entiende que el momento propicio para el diálogo y el acuerdo de todas las fuerzas será después del 1-O.

El jefe del Ejecutivo también se mostró especialmente crítico con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, a quien acusó de estarse «equivocando» por dejar el Gobierno de Cataluña en manos de la CUP. Una crítica que entronca perfectamente con la gestión que se está haciendo por parte de ambos partidos de la crisis del turismo. En primer lugar, Rajoy pidió «sensatez, sensibilidad y sentido común» a la Generalitat para que «ejerza sus competencias» y resuelva cuanto antes el conflicto abierto entre la empresa Eulen y los trabajadores de seguridad del aeropuerto de El Prat para «devolver la normalidad a la mayor celeridad posible». No obstante, el presidente fue más allá y también exigió que «no se sea mezquino» y se utilice el conflicto aéreo con fines e intereses partidistas, en relación a las movilizaciones promovidas por la ANC en el aeropuerto para hacer campaña por el «sí» al referéndum y culpando al Gobierno central de las horas de espera.

Rajoy aprovechó su comparecencia para hacer una defensa cerrada del turismo tras los ataques sufridos en las últimas semanas por las juventudes de la CUP, a quienes definió como «extremistas radicales de izquierda». «Parece que hay gente a la que le molesta que los turistas vengan aquí», se quejó. El presidente señaló además que al «turista que por fortuna viene a España a dejar ingresos y generar puestos de trabajo no se le puede tratar a patadas» y defendió también que al sector hay que «cuidarlo, mimarlo y apoyarlo». No en vano, supone más del 11% del PIB y genera más de 2,5 millones de empleos, de los cuales 452.000 se quedan en Cataluña.

Rajoy también trasladó al Monarca los datos económicos positivos sobre empleo y Seguridad Social y aseguró que «estamos caminando por el camino correcto, porque se están creando más de 500.000 puestos de trabajo y en 2019 estaremos en condiciones de que haya más de 20 millones de españoles trabajando». Esta bonanza económica parece no tener un reflejo electoral para el PP, en base a los resultados arrojados por el último barómetro del CIS, en el que sufría un retroceso electoral hasta el 28,8% de los votos y con el PSOE a sólo cuatro puntos. Sobre esto Rajoy contextualizó que las «encuestas, encuestas son» y señaló que está centrado en gobernar, mientras otros partidos pueden dedicarse a hacer política. A pesar del varapalo, los populares están «muy animados» y trabajan para concurrir con éxito a las elecciones. «Me encuentro en forma para hacerlo, a pesar del incidente de esta mañana», dijo Rajoy con humor, en alusión a su ataque de lumbago.

Sobre la situación de Venezuela, el presidente del Gobierno condenó la violencia que está viviendo en estos momentos el país latinoamericano y dijo defender «exactamente lo mismo» para Venezuela que para España, que es, a su juicio, «libertad, democracia y respeto a las personas y a sus derechos». El jefe del Ejecutivo confirmó que no reconoce la Asamblea Constituyente por ser «ilegal y antidemocrática».