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Secuelas y miedos que pueden durar años

La Razón
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¿Por qué es importante la intervención de los psicólogos tras estos sucesos?

–El trabajo de los psicólogos es crucial durante las primeras horas. En primer lugar, para ayudar a que las víctimas salgan del shock cuanto antes y para evitar, en sucesos con tanto impacto mediático como el de Barcelona, la sobreexposición. Es importante que la Prensa respete a las víctimas. El dolor y la rabia es importante que se manifiesten en la intimidad.

¿Por qué fases pasan las víctimas?

–Lo primero que se manifiesta tras la tragedia es incredulidad, la conocida fase de shock. Trabajamos en que acepten que lo que acaban de vivir no una película, que ha sucedido realmente y que su vida ha cambiado. También se les ayuda a la toma de decisiones, para que no se queden estancados en el bloqueo. Una vez superado el shock inicial se trabaja en la aceptación de la pérdida. En el caso de los familiares se les acompaña en el inicio del duelo. Cuando la situación es traumática trabajamos en que se procese de la forma más rápida posible.

¿Cuál es la conducta más repetida cuando se viven episodios tan traumáticos?

–Hay distintas respuestas. En una situación de emergencia todas las conductas son normales, pues lo anormal es la situación que acaban de vivir. No hay un sólo perfil, hay gente que habla mucho o, al contrario, mantiene el silencio durante horas, incluso algunos llegan a autolesionarse, por ejemplo pegando un puñetazo a una pared. Trabajamos en que el estado de shock no dure más de cinco minutos, pero hay gente que no sale de él en días. Por eso es importante que se cuente con psicólogos de emergencia porque si se mantiene mucho traumatizado el pronóstico de recuperación es peor.

¿Cuál es el tratamiento más indicado para los familiares que han perdido a un ser querido?

–Lo importante es evitar que desarrollen un shock postraumático y que empiecen a aceptar la pérdida. Los psicólogos les ayudamos a que empiecen a tomar decisiones de forma rápida, por ejemplo en los ritos funerarios. Por ello, no es recomendable el uso de fármacos. En algunos casos son necesarios, pero reitero que no es lo más adecuado para trabajar la aceptación de la pérdida. Ha habido casos en los que se ha producido un sentimiento de culpa, puesto que tras consumir fármacos se produce un aletargamiento y adormecimiento que impiden tener conciencia de lo que ocurre a tu alrededor. Se han dado casos de madres que, por ejemplo, no han recordado el funeral de su hijo tras medicarse por la ansiedad y el shock y su sentimiento de culpa ha sido tremendo. Es necesario aceptar que el sufrimiento tiene que aparecer.

¿Y en el caso de los heridos y los que han sido testigos oculares de la tragedia?

–En el caso de los heridos o testigos del suceso se sigue trabajando en la aceptación y la incorporación a una nueva realidad con distintas terapias psicológicas para evitar que se desarrollen algunos trastornos, como el post traumático, la agorafobia y otros miedos irracionales, como el de volver a pasar por el mismo lugar del atentado.