Tardá justifica ahora la ilegalidad del referéndum por la «trama Gürtel»

«¿Por qué cree que nos queremos ir? Porque estamos hartos de sus delitos», aseguró.

Los independentistas aprovechan cualquier baza que se les presenta para justificar sus pretensiones ilegales secesionistas. Y no importa que éstas vengan de largo tiempo atrás, porque ahora resulta que en parte es debido a la corrupción del Partido Popular, que les incita a irse de España. Así lo manifestaron ayer tanto el dirigente de ERC Joan Tardá como el líder del PDeCAT, Carles Campuzano.

En la primera réplica al líder del Ejecutivo, Tardá aseguró que el 1 de octubre optarán por la «valentía democrática» de ir a «votar libremente», porque, a su juicio, las autoridades del Estado no tienen autoridad moral como para sintonizar con los ciudadanos catalanes. «Sólo recibimos insultos, prejuicios satánicos, caricaturas burdas y apelaciones a la violencia». Porque si algo buscó el portavoz de ERC en la Cámara Baja en varias ocasiones durante su discurso fue provocar al Gobierno con afirmaciones de que «sólo les queda la violencia, la fuerza bruta», dejando en evidencia que es lo que desearían para reforzar su papel victimista. Tardá, en un tono exaltado durante su segunda réplica al no responder Rajoy a las primeras preguntas de los grupos, le espetó ser «más chulo que un ocho» y le preguntó: «¿Por qué cree que nos queremos ir y queremos fundar una República? Porque estamos hartos de la corrupción». Y exclamó: «¿Se creen que somos imbéciles y que queremos una Cataluña corrupta para nuestros hijos?» Es decir, que no es por creencias ideológicas, ni por los motivos históricos que predican en los colegios de Cataluña... Es por la corrupción del PP. «Ya los juzgará la Audiencia Nacional, pero nosotros el día 1 de octubre diremos adiós a la corrupción, bienvenida la República».

El diputado del PDeCAT Carles Campuzano, al término del pleno le regaló a Rajoy el libro «La nacionalidad catalana», tal y como difundió el propio partido a través de las agencias. Durante su intervención, acusó al presidente del Gobierno de no asumir «responsabilidades» tanto en los años en que se inició la investigación del «“caso Gürtel” como en la falta de diálogo con la Generalitat de Cataluña». Campuzano hizo de las pretensiones independentistas de un círculo en Cataluña el sentir de todos los ciudadanos: «Si millones de ciudadanos se manifiestan, no pasa nada. Si le piden dialogar, no pasa nada. Esta actitud nunca sirve para abordar los retos políticos que demandan las sociedades». Y le emplazó a dimitir, como afirmó que sucedería en cualquier otro país europeo.

En definitiva, al pleno extraordinario para que el líder del Ejecutivo aporte más explicaciones sobre el «caso Gürtel» tras su comparecencia en la Audiencia Nacional se le añadió ayer otro cometido: el referéndum de octubre.