Francia

El etarra Josu Ternera está ingresado en una clínica en fase terminal

Con documentación falsa y «protegido» por alguien de su máxima confianza, el terrorista huido está hospitalizado debido a un cáncer que padece desde hace varios años. Ahora, confía en que el «desarme» de la banda le permita obtener algún beneficio por su estado de salud.

El etarra Josu Ternera está ingresado en una clínica en fase terminal
El etarra Josu Ternera está ingresado en una clínica en fase terminallarazon

Con documentación falsa y «protegido» por alguien de su máxima confianza, el terrorista huido está hospitalizado debido a un cáncer que padece desde hace varios años. Ahora, confía en que el «desarme» de la banda le permita obtener algún beneficio por su estado de salud.

José Antonio Urruticoechea, «Josu Ternera», se encuentra en la fase terminal de un cáncer y está ingresado en un centro hospitalario con documentación falsa, «protegido» por alguien, según explican expertos de la lucha antiterrorista. La clínica y quién paga los gatos que genera el enfermo son, como todo lo que rodea a este individuo en los últimos años, un misterio.

«Josu Ternera» debe contar con las documentaciones falsas que le proporcionó la banda etarra en 2006 y 2007, cuando participó en las negociaciones con el Gobierno socialista. Fue su último «servicio» a ETA y, tras ello, pasó a la más absoluta clandestinidad, aunque ha sido localizado en algunas ocasiones y, al menos en una, recibió una misteriosa llamada que le permitió eludir a los agentes que ya tenían preparados los grilletes para llevarlo a comisaría y después ante el juez. El último lugar en el que se le pudo ver fue en el sur de Francia.

Existen sospechas fundadas de que a «Josu Ternera», de 66 años, –la mayoría de ellos militando en las filas de ETA hasta llegar a formar parte de su «comité ejecutivo»– alguien le protege y le avisa, horas antes de que se produzca la operación, de que va a ser arrestado.

Escondido durante los últimos años y manteniendo las reglas de la clandestinidad que ha practicado a lo largo de su trayectoria criminal, espera ahora que, tras el supuesto desarme de la banda terrorista, pudiera llegar a obtener algún tipo de beneficio, como ocurrió en su día con Josu Uribetxeberria Bolinaga. El Gobierno ya ha rechazado cualquier tipo de contrapartida por la «farsa del desarme».

Urruticoechea, que forma parte de la banda desde la época del franquismo, hasta el punto de que se le atribuye algún papel en el asesinato del almirante Carrero Blanco, su chófer y su escolta, tiene una cierta autoridad dentro de la organización criminal por los largos años de militancia.

ETA le tiene en la galería de los «gloriosos» antepasados. Pero, tal y como adelantó LA RAZÓN, sencillamente han prescindido de él. Ya no cuenta para nada, hasta el punto de retirarle «el sueldo» que rondaría los 1500 euros mensuales. Que un personaje tan «emblemático» (para los terroristas) –ante cuyo nombre los presos díscolos de la banda se echaban a temblar– se encuentre en esta situación, demuestra hasta qué punto lo que queda de ETA marcha sin rumbo.

Intento de detenerle

El año pasado, la Policía francesa realizó la enésima intentona de capturarle o al menos conseguir pistas sobre su paradero. De hecho, la Policía registró el domicilio donde vive su compañera, ante la sospecha de que pudiera estar escondido allí, en una casa de los Pirineos. Resultado negativo. Por otra parte, en la casa de su compañera sentimental, Agnes Cerlo, en la localidad vasco francesa de Anglet, entraron una decena de agentes de la Policía Judicial, los cuales fotografiaron el interior y los accesos, clonaron el ordenador y consultaron el teléfono móvil de la mujer.

La otra casa registrada está en Durban-sur-Arize, de la que, tal y como publicó en exclusiva LA RAZÓN, «Ternera» logró escapar el 16 de julio de 2013, en una operación que la Comisaría General de Información (CGI) había montado para capturarle tras una laboriosa investigación.

Cuando fue descubierto en el año 2013 estaba con su compañera y un niño de corta edad y se hacía pasar por profesor en el citado pueblo francés de Durban-sur-Arize (150 habitantes), muy cerca de la frontera española por el Valle de Arán.

Como siempre pasa con los etarras, los vecinos comentaron entonces, al conocer la identidad del que creían un pacífico docente, que, al igual que su mujer, no daban problemas y procuraban pasar desapercibidos.

Agnes Cerlo dio a luz a un niño durante ese tiempo. Si hacemos caso de la declaración que prestó ante la policía francesa, no era hijo de Urruticoechea. Los agentes, sin embargo, no se lo terminaron de creer. Los Urruticoechea-Cerlo se habían instalado en la casa donde residían desde 2007, cuando terminó el papel de «Ternera» en las negociaciones con el gobierno socialista. Después fue marginado. En la casa de los Pirineos tenían una línea fija de teléfono, lo que hace sospechar que no pensaban moverse de allí hasta que la situación permitiera a «Ternera» volver a España sin responder de los crímenes que se le imputan y, por supuesto, no pisar la cárcel. En este caso, ¿le avisó alguien de que iba a ser detenido o fue su sexto sentido, alimentado por su particular «demonio» que no ángel de la guarda? Si alguien lo sabe, no lo va a contar. Huyó casi en pijama, se dejó en la casa, además de la ropa, dos ordenadores y determinados medicamentos para combatir la ansiedad y otros para mantenerse en plena forma en todos los aspectos, incluido el sexual. En cambio, en 2011, en los Alpes franceses, cuando fue a visitar a su hijo Egoitz, si recibió una llamada que le evitó la detención. El interlocutor telefoneaba desde Kenia. Sabido es, y perdón por el sarcasmo, que ETA cuenta con una importante infraestructura en el país africano.

Orden internacional de búsqueda y captura

Sobre este individuo pesa una orden internacional de búsqueda y captura por el atentado etarra cometido contra el cuartel de la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza, en el que fueron asesinadas 11 personas, seis de ellas menores de edad. Nacido en Miravalles (Vizcaya), el 24 de diciembre de 1950, se incorporó a ETA durante el anterior régimen. Ya en 1971, figuraba como huido a Francia después de haber sido uno de los responsables de la banda en el País Vasco. Entre las acciones criminales que se le imputaron, y que le fueron perdonadas por la Ley de Amnistía, figuran atracos y robos de explosivos que, según se comentó en su momento, fueron utilizados en el atentado contra Carrero Blanco. Logró regularizar su situación penal y fue elegido miembro del Parlamento Vasco por Euskal Herritarrok (EH). Cuando la Justicia le citó en relación con el atentado del cuartel de Zaragoza, huyó.