Hostelería

Un restaurante rompedor y fiel a su apuesta por la pasta casera

En Il Giardinetto, que ofrece una gastronomía mediterránea de temporada, el producto es el principal protagonista

Il Giardinetto es uno de los establecimientos más conocidos y queridos de Barcelona
Il Giardinetto es uno de los establecimientos más conocidos y queridos de Barcelonalarazon

En Il Giardinetto, que ofrece una gastronomía mediterránea de temporada, el producto es el principal protagonista.

Abrió sus puertas hace más de 40 años para ofrecer al público barcelonés la auténtica pasta italiana, elaborada de forma casera, con mucho esmero, al puro estilo italiano, un concepto gastronómico sin parangón entonces en la Ciudad Condal. Y fiel a este principio, hoy en día Il Giardinetto sigue siendo un referente de la cocina italiana, del buen hacer y de la apuesta por una gastronomía cuidada y elaborada.

«Cuando se inauguró el restaurante, en Barcelona no existía nada similar. Era todo un mundo nuevo. Y ahora, aquí se sigue haciendo la pasta a mano. algo que no se hace en casi ningún restaurante de la ciudad», señala Javier Hoyos, director del establecimiento, quien sin embargo apunta que, pese a que se conserva la esencia del restaurante, en «Il Giardinetto también se innova». «Nos hemos puesto al día y creamos nuestras propias pastas como los panzerotti rellenos de alcachofas y jamón».

Sobre este fundamento, la oferta actual de este restaurante se basa en la gastronomía mediterránea de temporada, con una carta que combina recetas típicamente italianas con otras de esencia mediterránea, como el tartar de atún de l’Amettla de Mar o el steak tartar de ternera gallega. Y es que en Il Giardinetto la máxima es ofrecer un producto de máxima calidad. «Aquí, toda la importancia la tiene el producto», comenta Javier, quien destaca que «a parte de la cocina, lo que te transmite al paladar es la materia prima». En este contexto, «respetamos este producto de calidad, que tratamos y emplatamos muy bien, no lo corrompemos», asegura el director.

Se trata además de un producto de temporada, el cual se ofrece al comensal a través de su carta de platos del día. Además, Il Giardinetto cuenta con un menú de mediodía, que por 23 euros ofrece un primero, que siempre es una pasta, una crema o una sopa a elegir; un segundo, a escoger entre una carne, pescado o risotto; y postres y bebida.

Y si en su día este restaurante fue rompedor por su propuesta gastronómica y su cocina, también lo fue en lo que se refiere al diseño e interiorismo del local. «El fundador Poldo Pomés quiso crear algo único y le encargó el proyecto a su amigo y arquitecto Milà», relata Javier, quien explica que «en los años 70 en Barcelona todo era muy gris y aquí se quiso crear como un pequeño jardín en medio de una ciudad de cemento». En esta línea, el verde es el color predominante en el interior del establecimiento, donde un decorado que simula vegetación transporta al comensal a un simulado bosque. «Es como si el cliente estuviera comiendo a la sombra de tres árboles, en un pequeño hueco entre la frondosa vegetación del bosque», comenta el director, quien destaca que este interiorismo ya ha sido merecedor de dos prestigiosoas premios FAD.

Ambiente distendido

Así pues, Il Giardinetto es mucho más que un lugar dónde comer y, en este sentido, todas las noches un pianista ameniza la velada a los comensales, mientras que su gran barra ubicada a la entrada del establecimiento, en el primer piso, se convierte en un lugar ideal en el que disfrutar de su carta de coctelería. Su Cocktail Bar permanece abierto desde las 20.00 horas a las 2 de la madrugada.

En su día Il Giardinetto se convirtió en un referente en el mundo de la restauración barcelonesa por su particular oferta gastronómica. su calidad y su carácter innovador y, a día de hoy, cuarenta años más tarde, se mantiene en la cresta de la ola, entre otras cosas por su firme voluntad de «vivir para el cliente». «Ofrecemos buena materia prima, buen servicio y además estamos al día en lo que a la cocina se refiere, pero sin prostituir el producto», señala Javier Arroyo.