Delito fiscal

Una ex empleada de Manos Limpias entrega a la UDEF dispositivos que Bernad le confió

La Fiscalía pide al juez que se analicen en busca de vínculos del sindicato con Ausbanc

Bernad (en la imagen), al salir de la cárcel el pasado 22 de diciembre tras pagar una fianza de 50.000 euros
Bernad (en la imagen), al salir de la cárcel el pasado 22 de diciembre tras pagar una fianza de 50.000 euroslarazon

La Fiscalía pide al juez que se analicen en busca de vínculos del sindicato con Ausbanc

Nueva vuelta de tuerca al «caso Ausbanc». La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha pedido al juez Santiago Pedraz –que investiga las supuestas extorsiones de la asociación de consumidores a entidades bancarias y empresas– que autorice el análisis policial de la documentación sobre Manos Limpias aportada el pasado diciembre a la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía por una ex empleada del sindicato. En un escrito del pasado miércoles al que ha tenido acceso LA RAZÓN, el fiscal Daniel Campos asegura que esos «dispositivos informáticos de almacenamiento de datos» pueden contener «información y elementos de prueba de la ilícita actividad imputada en la presente causa a Miguel Bernad», secretario general de Manos Limpias, que salió de prisión el pasado 22 de diciembre tras pagar una fianza de 50.000 euros.

El representante del Ministerio Público solicita al instructor de la causa que autorice a la UDEF «el acceso a los datos» contenidos en esos dispositivos (disquetes, pendrives y discos duros) y a «realizar una copia íntegra» (un clonado de esa información) para «proceder al análisis de su contenido», una petición a la que Pedraz accederá previsiblemente en los próximos días.

Según fuentes jurídicas, la ex trabajadora de Manos Limpias compareció voluntariamente y explicó a los agentes que fue el propio Bernad quien le entregó en su día esa documentación para que la custodiara. Tras su detención el pasado abril, contó la mujer a la Policía, una abogada de Manos Limpias que no identificó se habría puesto en contacto con ella para que se la entregara, a lo que se habría negado.

En función de la relevancia de esa documentación para la causa (en particular en relación a posibles vínculos entre el sindicato y Ausbanc) y, sobre todo, si por parte de la defensa de Bernad se cuestionase la cadena de custodia de esos dispositivos o se sembraran dudas sobre una posible manipulación de su contenido, la ex empleada del colectivo de funcionarios podría ser citada a declarar como testigo, según esas mismas fuentes. No en balde, lo primero que debería explicar es por qué ha tardado ocho meses (desde la detención de Bernad y Luis Pineda, presidente de Ausbanc, el pasado abril) en entregar esos dispositivos sobre el sindicato.

Fuentes próximas a Bernad restan sin embargo relevancia a esa documentación, que atribuyen «a la etapa del sindicato en el Ayuntamiento de Madrid», mucho antes de que Bernad conociese a Luis Pineda, recalcan. Según esas mismas fuentes, el secretario de Manos Limpias se la entregó a una colaboradora del sindicato (niegan que fuese empleada del mismo) para que la custodiara, porque su marido «tenía conocimientos informáticos».

El juez Pedraz ha reflejado en algunas de sus resoluciones que era Pineda quien tenía el «dominio total y completo» de la supuesta organización criminal utilizada para extorsionar a empresas y entidades bancarias denunciadas por la propia asociación de consumidores o por Manos Limpias. En marzo del pasado año, Pineda llegó a pedir tres millones de euros a los abogados de la Infanta Cristina a cambio de retirar la acusación de Manos Limpias contra ella en el «caso Nóos». Una operación que, en una conversación intervenida por la UDEF llegó a calificar como «una oportunidad de la hostia» y «el tren de nuestra vida».

Un informe de la UDEF señala durante los últimos años Bernad «deja que se emplee el sindicato por terceras personas que lo utilizan para lograr sus intereses particulares». Pineda, según la unidad policial, se sirvió del mismo «para presionar a entidades y perseguir» a quien consideraba «sus enemigos» (por no insertar publicidad en sus revistas o no firmar acuerdos publicitarios con Ausbanc). La UDEF sostiene que el colectivo de funcionarios se utilizaba presuntamente «para ejercer presión logrando la imputación de una determinada persona para luego negociar con ella la retirada de esa acusación». El secretario general de Manos Limpias, continúan los agentes, se dejaba «financiar» por quien tuviese «interés en utilizar el sindicato» en busca no sólo de un interés económico, sino persiguiendo también «ser centro de atención mediática».

Tras recuperar la libertad, Bernad negó haber participado en extorsión alguna. «No tengo ni una sola denuncia ni de particular ni de ninguna entidad financiera que diga que yo he extorsionado a nadie», aseguró a las puertas de la cárcel de Navalcarnero.