Parlamento vasco

Urkullu pide reconocer como «nación» a Euskadi

En el debate de investidura ha dicho que el País Vasco es una nación que debe ser reconocida

Iñigo Urkullu expone su proyecto en el pleno de investidura del Parlamento Vasco
Iñigo Urkullu expone su proyecto en el pleno de investidura del Parlamento Vascolarazon

El candidato a la reelección por el PNV, el lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu, ha abogado hoy por alcanzar un "nuevo pacto estatutario de futuro"con el Estado, que sea aprobado por consenso por el Parlamento autonómico y ratificado por la sociedad vasca.

ñigo Urkullu no será investido lendakari hasta hoy, en segunda votación, pero en el Parlamento vasco se dio ya ayer el pistoletazo de salida para una legislatura en la que el PNV, con el apoyo del PSE, está decidido a alcanzar dos acuerdos «históricos»: un nuevo estatus que vaya más allá de la autonomía y reconozca al País Vasco como nación, y un pacto de convivencia en torno al final de ETA. Urkullu no dejó ninguna duda sobre la decisión del PNV de aprovechar la oportunidad de fragmentación política en el Congreso para avanzar en el terreno del autogobierno vasco. El presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, interpretó el objetivo expuesto por el lendakari en su discurso de investidura como «una desconexión leal, pactada y por fases; una independencia a fuego lento, consolidando a cada paso el máximo poder posible».

Urkullu dijo que «Euskadi es una nación que debe ser reconocida» y que «necesita mecanismos de bilateralidad efectiva que garanticen lo pactado con el Estado». Consideró posible ese reconocimiento por la vía de la legalidad democrática y defendió la «capacidad de decidir del País Vasco» y la «obligación de pactar» del Estado. El lendakari en funciones reclamó a Madrid una actualización del modelo de Estado que «asuma su carácter plurinacional», después de haber acordado con el PSE que un nuevo estatuto vasco debería reconocer a Euskadi como nación. Urkullu solicitó además la colaboración del Parlamento vasco, donde hay formaciones tan interesadas o más que el PNV en avanzar hacia la independencia, para que trabaje «hombro con hombro» con el Gobierno vasco para «completar, actualizar y avanzar» en el autogobierno vasco.

La candidata a lendakari por EH Bildu, Maddalen Iriarte, «tendió la mano» a Urkullu para avanzar en la soberanía y apuntó que el 75 por ciento del Parlamento vasco «defiende el derecho a decidir», por lo que «no hay excusas para no avanzar». Los nacionalistas están de acuerdo en lo fundamental: que en 2018 haya una consulta sobre el «nuevo estatus» político del País Vasco, si bien el PNV habla de consulta «habilitante», que pretende que no sea ilegal, aunque no esté prevista en el ordenamiento jurídico, y EH Bildu habla de consulta vinculante.

El popular Alfonso Alonso ofreció diálogo para la estabilidad política, al tiempo que lamentó «la ambición desbordante de Urkullu en el apartado soberanista». Según Alonso, el problema vasco no es su relación con España, sino la mejora de la gestión de la autonomía «con más competencias de Europa». La socialista Idoia Mendia amoldó su discurso a la estrategia del PNV. Dijo que «el PSE está donde siempre, a favor de las consultas legales» y que los vascos respaldan ampliamente la necesidad de actualizar el autogobierno.

El otro acuerdo histórico del que habló Urkullu, con Arnaldo Otegi en el palco de los invitados, fue el relacionado con el área de paz y convivencia. El lendakari en funciones reclamó a ETA su disolución y defendió «un final ordenado de la violencia, con las víctimas y con la memoria», considerando necesario «altura de miras y empatía» para que «todas las sensibilidades políticas puedan encontrar su lugar en el país». Urkullu no dejó de reclamar, en este apartado, como hace siempre, especialmente en sus encuentros con Mariano Rajoy, «una nueva política penitenciaria, acorde a este nuevo tiempo». En este campo, la socialista Mendia utilizó el lenguaje del PNV al señalar que es necesario compartir que «no hubo razón política ni de Estado para justificar las vulneraciones de derecho, ya fuera a manos de ETA o de otros grupos terroristas, ni tampoco los abusos policiales».