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Vilafranca, era el siguiente destino de la huida de Younes

Recorremos sus últimos pasos antes de ser abatido. Se encontraba a 100 metros del acceso a la carretera que llega a esta localidad

Ayer aún quedaban restos de sangre en el lugar donde fue abatido Younes
Ayer aún quedaban restos de sangre en el lugar donde fue abatido Youneslarazon

Recorremos sus últimos pasos antes de ser abatido. Se encontraba a 100 metros del acceso a la carretera que llega a esta localidad.

Tras conocerse el paradero final de Younes Abouyaaqoub surgen numerosas incógnitas. Cómo pudo llegar hasta San Sadurní de Noya y, una vez allí, cuál era su plan, son los principales misterios. La localidad se encuentra a 30 kilómetros de Sant Just Desvern (a 34 de Barcelona), donde se le perdió la pista el jueves tras perpetrar el atentado en Las Ramblas, y ambas están separadas por el río Llobregat y las montañas del Ordal, cuya elevación máxima se sitúa en torno a los 650 metros. De esta manera, la principal hipótesis es que llegara hasta el lugar atravesando la cordillera a pie. Existen diversos itinerarios y casi todos se pueden recorrer en 8 horas aproximadamente. Todos los vecinos de la zona coinciden en que estas rutas discurren por caminos rurales y senderos que atraviesan densas áreas boscosas en las que ocultarse fácilmente. Además, uno de los elementos en investigación es que hiciera el recorrido de noche, mientras de día buscaba refugios donde esconderse.

Una vez llegó a las cercanías de San Sadurní (en el centro de la población nadie lo ha visto y es descartable que rondara para no ser descubierto), la gran mayoría de los vecinos conviene en señalar que trató de cobijarse en casa de alguien, ya que fue visto silbando como si esperara el auxilio de algún conocido, pero no tuvo éxito. Esto ocurrió a las afueras del municipio, todavía en zona frondosa y poblada de viñedos, y en un punto que perfectamente podría conectar con las rutas procedentes de Sant Just Desvern. Tras ello, cambió de plan y tomó rumbo hacia la gasolinera en la que fue identificado por la vecina (experta en fisonomía) que avisó a los Mossos, y como consecuencia, tuvo que huir rápidamente hasta el lugar en el que fue abatido, a un kilómetro de distancia.

La mayoría de sospechas llevan a señalar que la estación de servicio es el lugar más próximo al núcleo de población en el que pudo estar (situada a unos 500 metros de distancia, en la carretera 243-B). Algunos vecinos consultados por LA RAZÓN que lo vieron, aseguraron ayer que estaba allí apoyado sobre un muro «como si esperara a alguien». Justamente, ese punto se encontraba a unos 100 metros de un acceso a la carretera que une San Sadurní con Vilafranca del Penedés, municipios separados por 15 kilómetros. Y es que precisamente, Vilafranca, es una de las localidades de Cataluña con una colonia musulmana más asentada, con más de 6.000 adeptos (la ciudad tiene algo menos de 40.000 habitantes) y cuatro mezquitas (una de ellas todavía en construcción, pero se convertirá en la segunda más grande de Cataluña). Estos elementos podrían hacer pensar que allí tuviera relación con alguien que le pudiera prestar ayuda para seguir su huida. Esta idea, además, cobró mayor fuerza cuando los mossos realizaron ayer un registro en una vivienda de esta localidad, vinculado con la investigación de los atentados en Barcelona y Cambrils, por la presencia de sospechosos.

Sin embargo, pese a que en Vilafranca pudo haber recibido auxilio, no hay que descartar que ya antes lo hubiera obtenido para llegar hasta San Sadurní. En este sentido, habría que apuntar que cuando el lunes fue cazado, iba con distinta vestimenta a la que tenía el día del atentado. Iba más abrigado, algo que también disparó las sospechas sobre su vinculación a los atentados. Esto podría señalar a que ya hubiera recibido ayuda, aunque tampoco es descartable que por el tipo de entorno por el que se movió, tuviera fácil acceso a alguna vivienda de la que sustraer ropa (muchos tendederos de la zona están a mano). Más allá de esta ruta a pie, que ahora mismo es la más verosímil, no habría que desechar otras alternativas, como el desplazamiento en coche o en tren. Éstas, sin embargo, son más complejas por los controles que han tenido lugar estos días.