Y Pablo Iglesias llegó a La Moncloa

Pablo Iglesias vivirá hoy una suerte de puesta de largo política con su primera visita al palacio de La Moncloa y su primer encuentro con Mariano Rajoy. El día de hoy producirá asimismo una poderosa imagen: la de un desmañado líder político de treintaitantos al que se le abren las puertas del cuartel general del Ejecutivo para tratar el tema más acuciante de la agenda política nacional: el secesionismo en Cataluña. La idea del «pueblo llamando a la puerta de los poderosos» será repetida por la maquinaria de comunicación de Podemos hasta la saciedad en los próximos días. Pero lo cierto es que Pablo Iglesias lleva acariciando este sueño –el de ser relevante– desde hace años, al menos desde que su partido lograra pasar de la nada a cosechar cinco escaños en las europeas de mayo de 2014.

Tras dar conocer la noticia a través de la cuenta de Twitter de Iglesias, Podemos hizo público un comunicado en el que se anunció que el secretario general del partido presentará a Rajoy su plan de «cinco grandes acuerdos» que pretenden blindar en una hipotética reforma constitucional. Uno de ellos, el que menos gracia va a hacer a Rajoy, es el carácter plurinacional de España.