Pablo Llarena

Y sólo le quedó la sombra de Franco

El ex president se enfrenta en Dinamarca a una conferencia incómoda en la que vuelve a atacar al Gobierno por su «represión» y al final pide que vote toda España en un referéndum.

Y sólo le quedó la sombra de Franco
Y sólo le quedó la sombra de Francolarazon

El ex president se enfrenta en Dinamarca a una conferencia incómoda en la que vuelve a atacar al Gobierno por su «represión» y al final pide que vote toda España en un referéndum.

Carles Puigdemont viajó finalmente ayer lunes a Copenhague, como se había hecho público el pasado viernes, después de que la Universidad de Copenhague hiciese público en su página web que el ex presidente de la Generalitat de Cataluña, huido de la justicia española desde el pasado 29 de octubre, participaría en una conferencia– debate de manera presencial en la capital danesa.

Puigdemont, que en ningún momento se pronunció sobre si viajaría o no a la capital danesa, fue duda hasta el último minuto. Pese a las recomendaciones de su entorno y su equipo legal, que le recomendaban no viajar a Copenhague ante la posibilidad de ser detenido por la Policía danesa si el juez Pablo Llarena reactivaba la orden europea de detención y entrega, el ex presidente y ahora ya candidato a la reelección, poco más tarde de las seis de la mañana, se plantó en el aeropuerto de Charleroi, a una hora de Bruselas, dispuesto a embarcar en el vuelo FR201 de la compañía Ryanair con destino a la capital de Dinamarca. Con él, como es habitual, viajaban su inseparable amigo, Josep Maria (Jami) Matamala y el sargento del área de escoltas de los Mossos Lluís Escolà, que desde hace meses se ha convertido en la sombra de Puigdemont, tras pedir un permiso de vacaciones, que le ha costado la apertura de un expediente por extralimitarse en sus funciones.

Al ex presidente de la Generalitat, en esta ocasión, no le acompañó su responsable de prensa desde que se marchó a Bruselas, Joan Maria Piqué, ni tampoco ninguna de las personas que le dan apoyo en Bruselas. Tampoco ningún ex conseller. Puigdemont al 100%: estrategia, desafío y tozudez.

A la llegada al aeropuerto de Copenhague, escoltado por varios agentes de la Policía y miembros de la seguridad del recinto, le esperaba un dirigente del partido independentista Tjóðveldi, que le acompañó durante toda la jornada.

Tras unas horas de descanso en el hotel, Puigdemont llegó a la sala de conferencias de la Universidad de Copenhague, con una capacidad de 300 personas pero ayer llena con más de 800, en medio de los aplausos de una parte del público, entre el que había muchos catalanes residentes en el país, con esteladas y lazos amarillos. Allí agradeció vivir en la Europa del siglo XXI, donde se «valoran» igual las libertades de movimiento y expresión y arremetió contra el Gobierno español. Tras afirmar que «la sombra de Franco es alargada en España», tildó el artículo 155 de la Constitución, que suspendió la autonomía catalana tras la declaración unilateral de independencia, de «eufemismo de facto del estado de excepción».

Como en otras ocasiones, el ex president no rechazó llegar a plantearse que todos los españoles acaben votando sobre la independencia de Cataluña, pero recordó que el Estado no ha hecho esa propuesta: «Podría ser una solución pero no lo ha hecho».

Tras finalizar la incómoda conferencia, Puigdemont volvió a marcharse de la Universidad con los mismos compañeros, no sin antes fotografiarse con varios de los asistentes.

Por la noche, el líder independentista y sus acompañantes participaron en una cena organizada por el diputado del partido secesionista de las Islas Féroes Maggie Arge, que también estuvo presente en la conferencia y que una vez finalizada fue el responsable de valorar las palabras del ex presidente catalán ante los numerosos medios de comunicación presentes. En la cena, que se celebró en un restaurante del centro de Copenhague, participaron políticos daneses en activo y retirados así como algunos ciudadanos catalanes.

Hoy por la mañana, el ex presidente de la Generalitat visitará el Parlamento de Dinamarca, invitado por el Tjóðveldi, donde aprovechará para reunirse con varios diputados independentistas, ninguno por eso del partido del Gobierno. En cualquier caso, el bloqueo internacional persiste: según fuentes del Ejecutivo danés a LA RAZÓN, el ex presidente fugado tampoco será recibido por ningún ministro ni el presidente Lars Løkke Rasmussen.

Una vez finalizada la visita al Parlamento danés, y tras cumplir con la promesa que hizo anoche ante los periodistas desplazados a Copenhague de comparecer en rueda de prensa para hablar de la investidura a la que se debe someter en los próximos días, Puigdemont volverá a lo largo de la tarde a Bruselas, aunque a la hora de cerrar esta edición fuentes de su entorno aseguraban que aún no habían comprado los billetes de retorno a la capital belga.