Estreno teatral

Estas damas son muy listas

Así se monta un inédito de Lope de Vega. La comedia, descubierta en 2014, subirá a escena el miércoles después de cuatro siglos. El enredo de las dos damas y sus galanes está servido

Lucía Quintana, Ana Villa y Emilio Buale protagonizan la obra de Lope de Vega
Lucía Quintana, Ana Villa y Emilio Buale protagonizan la obra de Lope de Vegalarazon

De bobas no tienen un pelo. «Mujeres y criados» es una pieza de enredo escrita por el Fénix de los Ingenios. Se descubrió el año pasado en la Biblioteca Nacional. El miércoles sube al escenario del Teatro Español de la mano de la Rakatá Teatro y la Fundación Siglo de Oro

A comienzos de 2014, Alejandro García-Reidy, investigador del grupo ProLope de la Universidad Autónoma de Barcelona y profesor de la de Siracusa (Nueva Cork), hizo público un descubrimiento excepcional, al menos para aquellos que aman el teatro clásico y las letras españolas: había encontrado e identificado sin dudas una comedia perdida de Lope de Vega: «Mujeres y criados». A pesar de que es conocida la ingente creación del Fénix de los Ingenios, a estas alturas no es frecuente descubrir textos nuevos suyos. Fue un acontecimiento. El texto fue publicado por Gredos y ya desde su anuncio –desde antes incluso, en verano de 2013 ya lo sabían– tuvo una compañía asignada para su estreno absoluto, que tendrá lugar en el Teatro Español el próximo 29 de abril: Rakatá Teatro. No hablamos de una compañía «más»: Rakatá lleva una década larga de dedicación a los clásicos con textos de Shakespeare, Marlowe, Tirso de Molina y Lope de Vega, del que han montado «Fuenteovejuna» y «El perro del hortelano» en colaboración con el director inglés Lawrence Boswell; tampoco es una compañía «sin más»: prestan especial atención a la investigación en el texto a través de la Fundación Siglo de Oro, y desde sus inicios colaboran con ProLope y entre ambas había vínculos y simpatías. La elección era clara. El miércoles «Mujeres y criados» subirá por fin a escena, en el Teatro Español, después de cuatro siglos oculta. El tener ante sí un estreno mundial no les plantea una presión especial a los responsables de la compañía. «Pero es verdad que no hay referentes, no podemos echar la mirada atrás. Lo que hay es un vértigo, pero en positivo», cuenta Alejandra Mayo, fundadora de Rakatá. «Al final es un Lope, si confías en él, no da puntada sin hilo, te va a llevar». Su relación con ProLope les ayudó al asomarse a las dudas que planteaba el texto. «Ese fue el regalo maravilloso para la Fundación, que nos llamaran», dice encantada Mayo.

Martes, tecero en discordia

Hacer un clásico desconocido genera preguntas y plantea dificultades. En una sala de ensayos del Español, Rodrigo Arribas, director de la compañía y de este montaje –al alimón con Boswell, que va y viene de Londres–, trabaja una de las escenas. Dos horas para apenas una escena en la que un criado llamado igual que el dramaturgo juega con el amor de otra criada Inés, y en el que ésta ha de decidirse entre él y Martes, tercero en discordia. Cada movimiento ha de tener un sentido, y Arribas corrige y corrige. Pero no siempre está claro a dónde quiere llegar Lope de Vega. «Lope hace las coreografías con el texto. Si te pones al servicio del texto, de las partituras rítmicas que él te pone, de los versos agudos, de las sinalefas, te descubre mucho movimiento», explica el director. «Mujeres y criados» es un texto de madurez, escrito por un Lope de Vega en crisis vital pero pleno de ingenio, en el que abundan las redondillas, el romance y los endecasílabos, además de octavas, tercetos encadenados, sextetos... No es un texto del montón, sino una joyita que bien merece estar en el canon del autor. De hecho, se cree que Pedro Valdés, el empresario que le compraba y representaba las comedias de Lope, la habría llevado por Toledo, Andalucía, Valladolid y Aragón sobre 1613, y que en 1631 se volvió a representar en Barcelona. Después, nunca más se supo hasta 2014. El director explica cómo Lope suele componer en dos arcos narrativos: por un lado, el primer y segundo acto; por otro, el tercero. «Él utiliza normalmente el tercero para la resolución de todos los conflictos». Pero, pese a estos comunes denominadores, al ser un texto desconocido hasta ahora, explica Jesús Fuente, actor de la compañía y asesor de verso, «lo que no hay es referencia concreta sobre esta función. La mayoría de los textos de Lope están ya tratados y muy estudiados. Hay diferentes informes de expertos que te dan pautas. Aquí no».

Pistas falsas

Ojo: las interpretaciones de los expertos publicadas a lo largo de los años pueden ser pistas falsas, «conclusiones que te pueden servir o no», advierte Arribas. Así, durante años, cuentan, se ha montado erróneamente una escena de «El perro del hortelano», haciendo a un personaje aludir a las vivencias de otro por equivocación. «En el teatro no hay verdades absolutas, sino propuestas que gustan más o menos, aciertos y desaciertos», advierte Arribas. «Nuestra metodología es utilizar las herramientas de la experiencia anterior, y viene mucho de esa forma de trabajo, de enfrentarse al texto y esas conclusiones que proceden del trabajo con Lawrence», añade. Un trabajo de ida y vuelta: el director inglés ha estado en los primeros trabajos de texto, pero después tuvo que regresar a Londres. Ahora Arribas trabaja el movimiento con la compañía; Boswell regresará y juntos retocarán y pulirán el conjunto.

Es una «función muy clara, límpida», asegura Fuente. «A nivel actoral, no sólo en este texto, sino en los de Lope en general, una de las cosas más complicadas son los cambios», explica Mayo, que es además actriz de la compañía –la Inés de la escena que hemos visto ensayar–. «No son personajes con una carga como en Chéjov, ni piensan en tiempo real, sino que son mucho más rápidos». Y Arribas corrobora que «en términos de dificultad para el actor tiene unas herramientas más claras: el manejo del lenguaje, del verso, el poner al servicio de la acción verbal toda la estructura de verso y de prosa que pone Lope. A diferencia de otras obras en la historia del teatro en las que, a partir de un tiempo, se empezó a determinar una forma de psicología explícita, en Lope está implícita en los ritmos y en la utilización del verso. Requiere del personaje y del actor una rapidez de pensamiento brutal». Un reto «maravilloso», asegura la actriz. Los retos los solucionan jugando, cuenta Fuente. Y yendo «de lo general a lo concreto», asegura el director: viajando de los actos a las escenas, los personajes, las estrofas, los versos y la palabra... «Cuando haces ese trabajo, al servicio de la forma, de la composición formal y melódica de Lope vas descubriendo cómo es la caracterización de los personajes. Por qué unos utilizan un tipo de estrofa, de lenguaje, por qué unos, a diferencia de otros, emplean palabras de tres, cuatro o cinco sílabas. Ahí vas descubriendo cuáles son realmente sus intenciones».

El interés del Ayuntamiento

El hallazgo del texto, asegura Fuente, «es un acontecimiento cultural de primer orden. Imaginemos que hubieran descubierto un Shakespeare: estaría medio mundo, desde Nueva York a Melbourne, revolucionado. Es lo que debería pasar aquí, pero se lo deja un poco de lado, como si no tuviera importancia. Y la tiene: una importancia capital». La Prensa así lo acreditó. Pero, lamenta Arribas, «falta un aval, un convencimiento más profundo por parte de la institución pública». Tienen palabras de elogio sincero para el Ayuntamiento de Madrid, en especial hacia Pedro Corral, quien luchó por que estrenaran, y hacia Juan Carlos Pérez de la Fuente, que se encontró el proyecto programado al llegar al Español y lo mantuvo. Pero no se muerde la lengua con otros, como el Ministerio de Cultura y la Compañía Nacional de Teatro Clásico. El primero, asegura, trató de mediar para que no les dieran a ellos este estreno. En cuanto a la CNTC, trataron de proponer una coproducción pero ni les recibieron. Sí lo hicieron en cambio en el Ayuntamiento, y finalmente el texto llega a escena con el apoyo, además, de la productora Pentación. Aunque en este largo camino la compañía ha contado con apoyos como el del Globe Theatre, y con patrocinadores como Mercedes Benz e Incatema Consulting, un respaldo en el que hacen hincapié: en estos tiempos, el mecenazgo es un lujo y, si se consigue, hay que destacarlo.

De «Fuenteovejuna» al Globe

La historia de Rakatá es la de una compañía con una trayectoria notable –no tan larga como otras, pero ya asentada– y una entrega clara al Siglo de Oro. Así han llamado a la Fundación paralela a la agrupación, con la que han llevado a escena «Desde Toledo a Madrid», de Tirso de Molina (2006), «El perro del hortelano» (2007) y «Fuenteovejuna» (2009), ambas de Lope de Vega y dirigidas por Lawrence Boswell –en la primera contaron con Blanca Oteyza, en la segunda con Gerardo Malla como reclamos del cartel–. Les siguió «El castigo sin venganza» (2010), también de Lope, con dirección de Ernesto Arias. Gerardo Malla repitió con ellos como el Duque de Ferrara, y contaron también con Lidia Otón y Bruno Ciordia. En estos y otros montajes hay además «habituales» de la compañía, como Jesús Teyssiere, Mario Vedota, Alicia Garau y Jorge Gurpegui. En 2011 llegó «Dr. Faustus», de Marlowe, que dirigió Simon Breden, y siguieron con otro acontecimiento que marcó a la compañía en 2012: «Enrique VIII». Con el texto de Shakespeare, y en manos de Ernesto Arias de nuevo, viajaron invitados al Globe londinense como representación española de las Olimpiadas culturales. Fernando Gil fue el monarca británico, Elena González su Catalina de Aragón. Lo hicieron sin apoyo institucional, algo a lo que están ya acostumbrados. «Son tantas las penurias y las incertidumbres que al final vuelves a disfrutar de los principios de por qué hacías teatro independientemente del afán de preponderar o de demostrar», resalta Arribas.

El detalle

En la BNE y sin autor

Escrita entre 1613 y 1614 por Lope de Vega, «Mujeres y criados» es una comedia urbana –un género concreto de enredos que ya no tenían lugar en la corte, sino en las calles y casas de nobles y gentilhombres– ambientada en Madrid. En enero de 2014, el investigador Alejandro García-Reidy la identificó por fin como perteneciente a Lope. La había encontrado en una única copia que permanecía, sin autor, en la Biblioteca Nacional con la signatura Ms. 169 15. Pero la autoría estaba clara, además de por el análisis estructural, de métrica y estilo, porque el título figuraba en la lista de comedias por él escritas que el propio Lope incluyó en el prólogo de la segunda edición de «El peregrino en su patria» (1618). Además, el manuscrito había sido conservado inicialmente por don Pedro Valdés, y hay noticia de que el autor de comedias –lo eran entonces los empresarios teatrales, que compraban textos a autores como Lope,con quien Valdés tenía entonces una estrecha relación profesional– la tuvo en el repertorio de su compañía al menos en enero de 1615. En aquella fecha Valdés otorgó un poder al sevillano Juan de Saavedra para hacer gestiones en nombre de su compañía. Éste debía asegurarse de que ninguna otra representaba sus títulos, y allí estaba ya «Mujeres y criados». Después, la compañía fue a Madrid, y probablemente en los años siguientes viajó por España hasta 1631, cuando la última pista del título conduce a Barcelona. Tras su descubrimiento, la editorial Gredos publicó la comedia con un interesante prólogo de Alberto Blecua, director de ProLope.