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Déjame que te mire los pies y te diré cómo ayudarte

Déjame que te mire los pies y te diré cómo ayudarte
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¿Quién no ha sentido alguna vez el inmenso placer de recibir un masaje en los pies? Salvo excepciones (que las hay) a casi todo el mundo le gusta que le masajeen los pies, la espalda, la cabeza...En general el masaje es placentero porque activa la circulación de la sangre, porque liberamos endorfinas que son los opiáceos del cuerpo, es decir, es una droga natural que segregamos cuando sentimos placer y que nos hace estar mejor. Precisamente por eso se puede decir que hay muchas personas que son adictas a los masajes. Y bien pensado es muchísimo mejor ser adicta a esto que al tabaco o a las drogas.

La reflexología no es exactamente un masaje (ahora veremos más adelante qué es) pero sí te tocan los pies y casi siempre produce placer. Hemos querido contar con el testimonio de un trotamundos que imparte toda su sabiduría sobre la materia por los 5 continentes. Se llama Mauricio Kruchik, es uruguayo e Israel, doula, casado y con dos hijos. Primer hombre doula del mundo y educador perinatal.

La Reflexología es una terapia manual basada en el principio que existen zonas reflejas en las plantas y los reversos de los pies, explica Kruchic. Dichas zonas reflejas representan tejidos, órganos, músculos, glándulas. A través de presión, masaje y manipulación de las distintas zonas estimulamos aquellos órganos representados en los pies, con el fin de favorecer cambios fisiológicos en el organismo promoviendo que este funcione en armonía, equilibrando los canales energéticos hacia y el funcionamiento de cada uno de ellos.

Con respecto a los orígenes de la Reflexología, existen múltiples teorías y conjeturas que llevan a un origen antiguo. Se habla del antiguo Egipto, también del extremo oriente, China para ser más precisos, se habla de una forma de terapia milenaria con orígenes tan antiguos como el ser humano. Sin embargo, la reflexología moderna, la que practicamos hoy sobre todo en los países denominados occidentales, nació hace poco más de 100 años, creada y desarrollada por nada menos que un médico. En efecto, fue elDr. William Fitzgerald, otorrinolaringólogo, quien partió de la teoría y el supuesto de encontrar zonas reflejas en los pies que sirvieran como anestésicos. Y lo logró. Lo cual le llevó de forma muy entusiasta a seguir investigando y a escribir su libro La Terapia Zonal. Pero Fitzgerald falleció muy pronto, siendo su secretaria, la enfermera y fisioterapeuta Eunice Ingham quien continuó su trabajo y desarrolló lo que hoy conocemos como reflexología, reflexoterapia o terapia zonal.

En los últimos 30 años la reflexología como terapia ha cobrado un auge que sigue en aumento, ya que los resultados son irrefutables. Múltiples especialidades se han desarrollado en este tiempo, en el cual terapeutas que hemos investigado la acción de la reflexología basados en el conocimiento empírico, proponemos hoy una reflexología aplicada a diversas áreas específicas, como por ejemplo la reflexología aplicada a los procesos de la maternidad, desde la fertilidad al embarazo y con este a la preparación para el parto, el parto mismo, el puerperio y la lactancia.

Otro ejemplo es la reflexología orientada al tratamiento del dolor. Estas dos son mis especialidades, las cuales he desarrollado en los últimos 20 años de trabajo como terapeuta, ya sea de forma privada como en numerosos hospitales. La Dra. Bibiana Carrasco, española, de Barcelona, es cirujana pediatra y también reflexóloga. En mi opinión la mayor y más prestigiosa referente a nivel mundial en el campo de reflexología y cáncer. El terapeutaNico Pauly, en Bélgica, propone la neuro reflexología, una fantástica forma de terapia especializada en patologías del sistema nervioso con excelentes resultados. Joaquín Muñoz, otro catalán, es especialista en reflexología neuro muscular. René Iglesias, de Madrid, una de las mayores exponentes de la reflexología infantil. Y así podríamos seguir aportando nombres y especialidades. La lista sería muy larga.

La reflexología trabaja en la base de que existen áreas reflejas en los pies. Es así que en la reflexología no diagnosticamos, sino que evaluamos pautas y caminos para entender la salud del paciente en todos los contextos: cuerpo, mente y espíritu. En las plantas de los pies se aprecian todos los rincones del cuerpo humano, se puede sentir y evaluar a priori la forma en que un órgano determinado está funcionando, pero eso de ninguna manera lo utilizaremos para diagnosticar (algo prohibido para un terapeuta de reflexología) sino para indagar a nuestro paciente sobre su estado de salud desde lo general a lo particular.

El paciente ideal vendrá con un diagnóstico y el terapeuta ideal sabrá interpretarlo para poder ofrecerle a este el tratamiento más adecuado para su condición.

La reflexología no es una ciencia, hay que admitirlo. Aunque tampoco es simplemente una técnica, como erróneamente se le define. La reflexología es una forma de terapia por derecho propio con la cual logramos estimular las funciones corporales que a su vez estimulan los mecanismos de auto curación de los que dispone el cuerpo humano.

Por lo general, el paciente logrará relajarse y esto permitirá a su terapeuta trabajar sobre su problema. La terapia no se basa solamente en la relajación, sino en un trabajo preciso en el cual todas las zonas reflejas del organismo se trabajarán de forma puntual y aquellas zonas reflejas involucradas en el desarrollo de una patología se trabajarán de forma tal de promover un mejor desempeño del órgano al que representa y al sistema al que pertenece.

Con este trabajo, intentaremos revertir el proceso de adaptación a la dolencia que ha sufrido el paciente. Si bien los resultados no tardan en llegar, de hecho en muchas ocasiones vemos una mejoría notable ya desde el primer tratamiento, siempre enfatizo que el tratamiento más eficaz requiere del terapeuta 4 pes: promover el placer, trabajando con perseverancia, paciencia y precisión.

Del mismo modo, se espera del paciente que sea constante y que no abandone el tratamiento a las primeras de cambio sino que aporte a su curación con debidas correcciones en aspectos tales como sus hábitos posturales, alimenticios, de descanso y de ejercicio, en la medida de lo posible.