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Mi hijo adolescente quiere salir en nochevieja, ¿qué hago?

Mi hijo adolescente quiere salir en nochevieja, ¿qué hago?
Mi hijo adolescente quiere salir en nochevieja, ¿qué hago?larazon

Apenas quedan quince días para fin de año y los organizadores de las muchas fiestas que hay en cada ciudad ultiman la venta de entradas. Y es ahí cuando nuestro hijo adolescente comienza la incesante matraca de: ¿Me vais a dejar ir? Y ahí entran las dudas y los “no sabemos qué hacer”. José Carrión Otero, Psicólogo Especialista en Psicología Clínica en Cinteco, nos da algunas pautas.

La posibilidad de salir en Nochevieja se convierte para muchos adolescentes en el argumento más poderoso para reclamar mayores cotas de autonomía: “a todos mis amigos les dejan salir sus padres” “es una noche especial y podéis hacer una excepción” y es en la adolescencia cuando los chicos y chicas empiezan a desarrollar sus principales habilidades de negociación y las claves de que irán marcando su independencia frente a la opinión de los adultos. Adquirir habilidades para defender sus derechos y favorecer su independencia son aspectos positivos en su desarrollo, cuando existe un clima previo de afectividad y comunicación con los padres, no resultará difícil llegar a acuerdos sobre la decisión de salir o no en esta fiesta.

Cuando las figuras de autoridad y los límites se han establecido adecuadamente y esto es algo que hay que empezar a trabajar desde la infancia con ellos, será relativamente sencillo consensuar con el adolescente una cierta flexibilidad en ocasiones especiales como esta, siempre potenciando su responsabilidad a la hora de gestionar estas salidas en la línea de lo que esperamos de ellos.

Es importante destacar que son los padres quienes deben decidir en función de factores como la edad, la responsabilidad y la convivencia. Podemos observar aspectos de su comportamiento tales como el cumplimiento habitual de normas y horarios, si acepta un no como respuesta, si respeta nuestra figura como autoridad, el manejo que hasta ahora ha mostrado sobre cuestiones de riesgo como el manejo del alcohol y otras sustancias, etcétera. Debemos valorar cuestiones como el tipo de fiesta y los horarios que nos proponen y en definitiva todo aquello que afecta a nuestra responsabilidad.

Todo esto suena muy bien pero la teoría puede distar mucho de la situaciones reales. Es muy probable que desde un marco de autoridad indefinida y un cuadro adolescente de escaso control de la frustración, nos encontremos con un conflicto garantizado. Es aquí cuando el adolescente impone sus deseos con el único argumento de que se trata de Fin de año y que ya “es mayor” para hacer lo que quiera. Si los padres no disponen de las herramientas para manejar estas imposiciones, si tienen que aceptar la conducta de sus hijos aunque la desaprueben, mas vale que acudan a un profesional especializado que pueda hacer las veces de mediador y revertir esta situación que perjudica, especialmente, al adolescente

Aunque no existen recetas magistrales yo destacaría los siguientes factores para abordar de la manera más razonable una cuestión como esta:

Primero escuchar la propuesta que nos hagan sobre la fiesta de Nochevieja sin juzgar ni descalificar de entrada sus planteamiento. Tenemos derecho a tomarnos nuestro tiempo para decidir sobre el asunto, no es necesario contestar de manera inmediata y ceder a “sus apremios”. Podemos solicitar cuanta información sea necesaria para valorar el asunto y perfilar nuestra decisión; dónde, con quién, cómo vas a desplazarte hasta allí, cuánto cuesta y quién lo financia, etcétera.

En segundo lugar y con todo ello, consensuar entre los padres la respuesta que les vamos a ofrecer atendiendo a los aspectos que hemos destacado anteriormente. No es necesario que ambos progenitores estén de acuerdo pero sí es muy conveniente ofrecer una decisión avalada por ambos.

En tercer lugar transmitirles nuestra decisión sin argumentar demasiado ni pecar por exceso de explicaciones. Es evidente que nuestra decisión, aunque no sea la que esperan, está basada en lo que creemos más adecuado para ellos en este momento y este sería un argumento suficiente.

En caso afirmativo reforzar los argumentos que nos han llevado a darles nuestra confianza y verbalizar que confiamos en su manera de gestionar esta autonomía. Salir en fin de año debería ser un privilegio que consiguen a través de su actitud y de su comportamiento habitual.